/BOLETIN-INTEGRACION/ AMERICA LATINA: Línea de crédito del FMI no entusiasma

El Fondo Monetario Internacional (FMI) lanzó una Línea de Crédito de Emergencia para impedir crisis financieras que fue recibida con críticas y falta de interés por varios gobiernos de América Latina.

La línea de crédito, lanzada a fines de abril, tiene el propósito de entregar rápidamente miles de millones de dólares en préstamos de emergencia para impedir ataques especulativos en países cuyas políticas económicas tienen la aprobación de la institución multilateral.

La iniciativa se decidió después de que los rescates financieros internacionales que entregaron más de 100.000 millones de dólares en los últimos 21 meses no pudieron limitar la expansión y la gravedad de la crisis financiera mundial.

El problema es que la nueva línea de crédito es "el mismo tipo de club al que se refería el (comediante) Groucho Marx, el que uno no quisiera integrar si te aceptara como miembro", opinó Santiago Millán, economista de la firma financiera Idea Inc., en Nueva York.

El país que "solicite el dinero indica al mercado que está en problemas porque, para gozar de buena imagen, normalmente no necesitaría la asistencia del FMI", comentó.

El FMI esperaba que los países de América Latina, que fueron presas del pánico de los inversores después de que Rusia dejó de pagar parte de su deuda externa en agosto, hicieran fila para recibir los préstamos de emergencia.

Pero la respuesta ha sido mixta. México rechazó la iniciativa, Argentina declaró que la está considerando "a medias" y cuando Perú anunció la semana pasada que recibiría 4.500 millones de dólares de la línea de crédito, el FMI rectificó que el anuncio peruano había sido prematuro.

La confusión surge de los prerrequisitos necesarios para utilizar la línea de crédito que siguen siendo vagos y sujetos a manipulación, explican analistas financieros.

Para poder recibir los préstamos, las políticas económicas de los solicitantes deben tener la aprobación del FMI, y no deben tener dificultades con sus balanzas de pagos debido al contagio de la crisis financiera.

Así mismo, los países deben publicar periódicamente sus datos económicos, supervisar la actividad bancaria y tener buenas relaciones con los acreedores del sector privado.

El FMI cuenta con otro programa de emergencia desde diciembre de 1997, el Mecanismo de Reserva Suplementaria, que sólo brinda dinero a los países ya afectados por la crisis.

El organismo espera que el acceso a la Línea de Crédito de Emergenica proteja a los países de los ataques especulativos. El dinero sólo se entregaría en caso de desatarse la crisis.

Pero algunos, entre ellos países europeos y en desarrollo, advierten que la iniciativa podría tener el efecto contrario al deseado. Al garantizar implícitamente el pago, la línea de crédito podría fomentar un exceso de préstamos privados e inversiones especulativas en los países afectados, afirman.

Así mismo, la línea de crédito reforzará la influencia que ejerce el FMI sobre los prestatarios, según la organización no gubernamental Proyecto Bretton Woods, de Londres.

"Los países tendrán la presión de acceder a la iniciativa para que los inversores sepan que son merecedores del crédito. Esto hará que la influencia del FMI se amplíe a los países de medianos ingresos, aun si no recurren a la institución", advirtió la organización.

Pero el primer subdirector gerente del FMI, Stanley Fischer, asegura que la línea de crédito "fomentará la buena conducta" y ayudará a convencer a los inversores de que el "país cumple con altas normas de rendimiento económico".

Funcionarios de finanzas objetaron que los gobiernos habilitados para recibir el dinero probablemente no lo necesiten y que aquellos que sí lo necesitan probablemente no sean habilitados para recibirlo.

También existen dudas sobre el costo de los créditos de emergencia. El FMI cobraría a los países prestatarios entre siete y ocho por ciento, comparado con el costo habitual entre cuatro y cinco por ciento.

Los préstamos se entregarían en un año y el FMI exigiría el pago del crédito en un plazo de 18 meses, con una extensión de otro año en los casos extremos.

El ministro de Finanzas mexicano José Angel Gurría criticó los prerrequisitos de la línea de crédito porque, aseguró, impide a los países que ya utilizan préstamos del FMI, como México, evitar crisis no provocadas por ellos.

México le debe 7.000 millones de dólares al FMI que se vencerán en los próximos 18 meses y negocia un nuevo préstamo de contingencia con la institución.

El préstamo de contingencia costará más y llevará más tiempo pagarlo que la nueva línea de crédito, a la que podría haber recurrido por un monto de hasta 17.500 millones de dólares, según un analista financiero.

Argentina, que accedería hasta a 14.300 millones de dólares, sigue considerando la medida, según el secretario de Hacienda Pablo Guidotti.

Por ahora, el país goza de suficiente acceso a los mercados de capitales privados para cubrir este año sus necesidades de crédito por 16.000 millones de dólares para contrarrestar la caída de las exportaciones a Brasil, su principal socio comercial.

El presidente peruano Alberto Fujimori se enfrenta a una posible reelección en abril, y su popularidad depende de la economía. El gobierno anunció la semana pasada que el FMI lo había habilitado para acceder a la línea de crédito.

"El FMI negó rápidamente el anuncio peruano porque teme que se utilice para flexibilizar la política que a esta altura se cree no cumplirá varias metas" acordadas con la institución, según Millán.

Chile, que no expresó interés en obtener la línea de crédito, también se considera un posible cliente. El país tiene sólidas políticas macroeconómicas, pero sigue siendo vulnerable a la debilidad de los mercados de materias primas. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/aq/if/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe