Estados Unidos adoptó nuevas medidas en cumplimiento de sus promesas de ayuda económica y flexibilización de las normas de inmigración para los países de América Central arrasados el año pasado por el huracán Mitch, aunque la ayuda no está libre de controversia.
El Senado aprobó un proyecto complementario de asignación presupuestal por 16.000 millones de dólares que incluye casi 1.000 millones en ayuda de emergencia y reconstrucción a América Central.
La controversia radica en que parte de los fondos se destinarán a compensar al Pentágono (Ministerio de Defensa) por los gastos en que incurrió durante las labores de rescate, además de financiar ejercicios de entrenamiento militar conjunto y detención de inmigrantes indocumentados de la región en Estados Unidos.
La administración del presidente Bill Clinton también anunció el jueves un plan que permitirá obtener la residencia permanente a unos 300.000 inmigrantes de El Salvador y Guatemala que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos después de octubre de 1990.
El plan contempla a aquellos salvadoreños y guatemaltecos que tengan familia, trabajo y lazos con la comunidad en este país.
La medida está destinada a disipar temores de que nuevas deportaciones a América Central aumenten el ya altísimo índice de desempleo en la región y la criminalidad, ejerciendo una presión insostenible sobre los presupuestos de los gobiernos que hacen frente a las consecuencias del huracán, explicaron funcionarios.
La aprobación del proyecto y el alivio de las normas de inmigración se produjeron una semana antes de una reunión de los principales donantes de América Central, que se realizará en Estocolmo.
El propósito del encuentro, que será presidido por el Banco Interamericano de Desarrollo, consistirá en elaborar planes concretos para cumplir la promesa el pasado diciembre de otorgar a la región 6.200 millones de dólares en ayuda humanitaria, créditos preferenciales y alivio de la deuda externa.
El huracán Mitch dañó especialmente a los países centroamericanos más pobres, Honduras y Nicaragua, y fue descripto por altos funcionarios de Washington como el más destructivo de que se tenga registro en la región.
Más de 9.000 personas murieron en los dos países, y decenas de miles quedaron sin hogar debido a la tormenta, en octubre del año pasado. El daño a la infraestructura y a la producción agrícola de la región fue estimado en 8.500 millones de dólares.
Luego de un lento comienzo, Washington envió a los países afectados 300 millones de dólares en ayuda de emergencia, incluidos unos 6.000 soldados, en lo que un alto funcionario calificó como "el mayor esfuerzo dirigido a una situación de desastre natural" en la historia de Estados Unidos.
La primera dama Hillary Clinton anunció durante un viaje a la región, en febrero, que Washington pretendía 956 millones de dólares más para ayuda humanitaria y la reconstrucción de países centroamericanos y caribeños (en especial Haití) afectados por Mitch y George, un huracán anterior.
Clinton promovió una rápida aprobación de ese pedido en el Congreso, a tiempo para su gira en marzo por América Central, pero el proyecto quedó estancado, primero por disputas partidarias y luego por nuevos pedidos para hacer frente a los costos de la campaña de la OTAN contra Yugoslavia.
Cerca de dos tercios del paquete, equivalentes a 673 millones de dólares, fueron asignados a la Agencia Estadounidense de Desarrollo Internacional (USAID).
La mayor parte de los fondos se destinarán a proyectos de saneamiento, suministro de agua, salud pública, desarrollo rural y protección ambiental, así como a la reconstrucción de escuelas, viviendas, puentes y caminos.
"El desafío consiste en que las autoridades nacionales inviertan el dinero correctamente, potenciando a la sociedad civil y las comunidades locales, y no a la burocracia", advirtió Geoffrey Thale, de la Oficina de Washington para América Latina.
Cerca de 50 millones de dólares se invertirán en obras de reconstrucción en Haití y el este del Caribe, y otros 10 millones en Colombia, que sufrió un terremoto devastador.
Los fondos de USAID incluyen 25 millones de dólares para ayudar a cubrir el pago de intereses de Honduras y Nicaragua a bancos multilaterales y 16 millones en alivio de la deuda de esos países con Estados Unidos.
Del resto del paquete, unos 154 millones se destinarán a compensar al Pentágono (Departamento de Defensa estadounidense) por algunos de los costos en que debió incurrir durante la ayuda de emergencia a América Central, el pasado otoño boreal.
Además, cerca de 57 millones de dólares serán utilizados para acciones militares conjuntas estadounidense-centroamericanas el próximo año, que incluirán "acciones cívicas" como construcción de rutas.
Otros 80 millones serán usados por el Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos para detener inmigrantes indocumentados procedentes de la región. (FIN/IPS/tra-en/jl/mlm/dv pr/99