YAKARTA – Los títulos de los periódicos de Indonesia reflejan cada día la inestabilidad y la violencia que azota a varias zonas de este país asiático un año después del caos desatado por la crisis financiera.
"Milicias matan a 25 en Timor Oriental", "Aumentan víctimas fatales en Aceh", "Choques raciales cobran 43 vidas", "Violencia religiosa agrava enfrentamientos", "Soldados disparan contra manifestantes" y "El presidente exhorta a la calma" son sólo algunos ejemplos.
Hace un año, la tormenta política creada por los reclamos estudiantiles de reforma y la presión de líderes opositores y otros grupos políticos forzaron a Alí Suharto a abandonar la presidencia luego de 32 años en el poder.
Su caída dio paso a una serie de reformas políticas pero también a una ola de violencia que las turbas enardecidas descargaron sobre la minoría china, a la que acusaron de enriquecerse a expensas de los indonesios nativos.
Se calcula que más de 1.000 personas murieron debido a los sangrientos disturbios producidos en Yakarta y otras localidades, según informes de prensa.
Además, se estima que unos 25.000 empresarios huyeron del país, llevándose consigo al menos 500 millones de dólares. —-