PHNOM PENH – La cuarta parte de los hogares de Camboya están a cargo de mujeres solas, la tercera parte de ellas debajo de la línea de pobreza, que enviudaron como consecuencia de la guerra civil, se divorciaron o fueron abandonadas por sus maridos.
Las mujeres sin marido y con hijos son las más pobres entre los pobres de Camboya, y su marginación es social, además de económica. Los expertos advierten que corren el riesgo de quedar fuera del proceso de reconstrucción del país.
Toeng Yung, de 24 años, vive con sus dos hijos pequeños en una choza de bambú situada en una zona ocupada ilegalmente, y se gana la vida a duras penas vendiendo pasteles.
Toeng Yung no quiere vivir en Phnom Penh, donde reside su esposo con otra mujer, pero tampoco desea volver a su pueblo, dónde supone que su familia la rechazará por no haber sido capaz de retener a su marido.
La mayoría de las mujeres solas viven de cultivos de subsistencia, pero son tan pobres que deben trabajar para otros agricultores y piden como paga que les presten lo que necesitan para plantar su propio arroz. —-