El envío de una fuerza observadora a Timor Oriental se demorará hasta que el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, obtenga la aprobación del Congreso, y eso podría retrasar el cronograma del referendo previsto en la antigua colonia portuguesa.
Funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) esperaban que el despliegue de la misión internacional se concretara mucho antes del 8 de agosto, fecha en que los habitantes del territorio ocupado por Indonesia decidirán entre un plan de autonomía de Yakarta o la independencia.
Se preveía que para fines de junio ya habría más de 270 cascos azules en el terreno, pero la demora de Washington probablemente demorará hasta el 10 de junio la aprobación de la fuerza por el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Estados Unidos tiene poder de veto.
Esto a la vez complicaría todo el cronograma electoral, según funcionarios.
"Existe una moción de resolución" para que el Consejo apruebe la fuerza policial, señaló Francesc Vendrell, director de la División Asia/Pacífico del Departamento de Asuntos Políticos de la ONU.
Sin embargo, explicó, "el gobierno de Estados Unidos debe avisar al Congreso con dos semanas de anticipación" antes de que pueda aprobar el despliegue de la Misión de las Naciones Unidas en Timor Oriental (UNAMET).
La demora es resultado de la Decisión Directiva Presidencial 25, emitida por Clinton en respuesta a las críticas por la participación de tropas estadounidenses en la malograda misión de la ONU en Somalia, en 1993.
La directiva impone estrictas condiciones para la aprobación por Estados Unidos de cualquier misión de índole pacificadora de la ONU, por ejemplo que tenga un plazo definido y un mandato limitado.
Para aplacar al Congreso, que se resistía a someter tropas estadounidenses al comando de la ONU, la directiva también estableció un plazo de dos semanas para que se realicen consultas con los legisladores antes de la aprobación.
El problema, señalan funcionarios de la ONU, es que el tiempo es esencial en Timor Oriental. Vendrell observó que el foro mundial supervisó antes dos votaciones (en Namibia en 1990 y en Camboya en 1993), pero nunca en un plazo tan limitado.
El registro de votantes para el referendo debe comenzar antes del 20 de junio.
Si la fuerza observadora no pudiera instalarse en Timor Oriental hasta mediados de junio, cualquier esfuerzo para garantizar la seguridad sólo precedería al proceso electoral por unos días.
Grupos de derechos humanos sostienen que esa demora sería inaceptable, dado el alto índice de violencia en el territorio asiático en las últimas semanas.
"Cada día que se pierde es un verdadero peligro para todo el proceso de consulta", advirtió Sidney Jones, directora ejecutiva de la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch/Asia.
"La existencia de esa norma es sumamente desafortunada", dijo en referencia a la directiva presidencial 25. Añadió que el retraso podría impedir que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, determine para mediados de junio si existen las condiciones para una votación justa en Timor Oriental.
Partidarios de la independencia del territorio sostienen que en las actuales condiciones no puede realizarse un referendo justo.
La reciente violencia provocada por milicias proindonesias forzó a numerosos partidarios de la independencia a ocultarse, mientras unos 35.000 timorenses orientales debieron abandonar sus hogares y refugiarse en campamentos patrullados por fuerzas de Yakarta.
"Continuamos recibiendo informes confiables sobre violencia política, que incluye intimidaciones y asesinatos, por parte de milicias armadas contra civiles desarmados partidarios de la independencia", informó Annan esta semana.
El Consejo respondió a esta inquietud con una moción de resolución sobre el despliegue de UNAMET durante tres meses y tomó nota de las intenciones de Annan de enviar funcionarios militares de enlace para realizar consultas con oficiales indonesios, pero el retraso de Washington estancó los planes.
Sin embargo, funcionarios de la ONU opinaron que el foro mundial está respondiendo al desafío de Timor Oriental con una velocidad apropiada.
Robin Lustig, el funcionario de la ONU a cargo de los arreglos electorales, señaló que la organización ya envió 31 funcionarios, 20 vehículos y un helicóptero a Timor Oriental.
Ian Martin, director de UNAMET, llegará al territorio la semana próxima. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/mlm/ip hd/99