Unos 25 presos de Nicaragua resultaron heridos de gravedad luego de que la policía sofocó un motín en el que participaron más de 200 reclusos en la Cárcel Modelo de Tipitapa, la más grande de este país.
Los reclusos, al parecer enojados con los funcionarios que habrían apagado un televisor antes de la hora establecida, lograron el domingo pasado dominar la cárcel durante más de una hora, en lo que se considera el peor amotinamiento en la historia de este centro penitenciario.
Armados de tubos y filosas varillas metálicas extraídas de las literas, los amotinados se lanzaron el domingo contra las aulas, las oficinas administrativas y el pabellón donde están las mujeres detenidas, quebraron vidrios y saquearon la peluquería y la clínica.
La mayoría de los funcionarios encargados de resguardar a los presos fueron expulsados de las instalaciones de forma violenta por los presos que tomaron el penal.
Como resultado de los graves incidentes en los patios de la cárcel de Tipitapa, más de 25 presos resultaron gravemente heridos, ocho de ellos con balas de goma.
Cinco de los 35 oficiales que resguardaban las 10 secciones del penal fueron vapuleados por los amotinados.
Las autoridades de la cárcel no pudieron controlar la situación y acudieron a la Policía. Un contingente de agentes antimotines hicieron retroceder a los amotinados hasta la sección donde fueron recluidos luego, lanzándoles bombas lacrimógenas, disparándoles balas de goma y golpeándolos con bastones.
El teniente José Blanco indicó que durante semanas las varillas de hierro fueron afiladas contra las paredes por los prisioneros para utilizarlas en un motín.
La prisión está administrada por el Sistema Penitenciario Nacional, adscrito al Ministerio de Gobernación, cuyo director es un civil, William Frech, pero todos los demás funcionarios son militares.
Frech, nombrado hace tres meses como primer civil al frente del Sistema Penitenciario en 20 de existencia, estaba en el momento de los incidentes en la prisión presenciando la elección del Consejo de Reos.
Mientras, varios de los presos de una sección de la cárcel donde residen unos 200 detenidos, la mayoría menores de 20 años considerados de alta peligrosidad, se escaparon, subieron a los techos y robaron ropas y artículos de primera necesidad de otros detenidos.
La situación se complicó cuando más de 100 personas presas por su participación en las últimas protestas contra el gobierno en Managua fueron asaltadas por reclusos que llevan años de encierro.
Unas 20 personas quedaron desnudas, pues los presos veteranos les arrebataron su ropa por la fuerza.
El subcomandante Ramiro Jáen, director de este penal ubicado en la periferia de la ciudad de Tipitapa, 26 kilómetros al norte de Managua, culpó a Frech, a quien consideró complaciente con los reclusos.
Jáen afirmó que el director del Sistema Penitenciario dejó de lado "medidas disciplinarias de hace años y que rigen en los penales de todo el mundo".
Uno de los internos, Pedro José Calderón Sánchez, encargado del bar de la prisión, dijo que Frech "ha dado privilegios y confianza a los presos más peligrosos, con el único objetivo de promover el caos y apartar a los mandos militares del manejo del penal".
"Estos reclusos han perdido el respeto a las autoridades militares, porque el señor Frech ha ordenado que no se tome ninguna medida contra ellos cuando hay actos de indisciplina y esto es el resultado", manifestó Calderón.
Según este preso, los que gozan de la confianza de Frech son los procesados por asesinatos, homicidios, violaciones, robos con fuerza y robos con intimidación, entre otros delitos graves.
Frech manifestó que no sabía quién había llamado a las tropas antimotines. "No sé lo que pasó. Lo que pude enterarme es de que los disturbios comenzaron desde el sábado en la noche cuando un oficial apagó el televisor", dijo.
El domingo pasado "me los encontré muy excitados a los muchachos, ya que habían golpeado a uno de ellos sin ningún motivo de fondo. El muchacho identificó al que lo golpeó", aseguró Frech.
Varios presos dijeron que "el doctor Frech ha sido tan bueno" que les permite acostarse y apagar las luces a la medianoche y no a las 22 horas, como antes.
Cada fin de semana, dos secciones son favorecidas o "premiadas" con esta disposición si todos sus integrantes han tenido un buen comportamiento a lo largo de la semana.
"Pero el sábado, un oficial violentó esa disposición y nos apagó el televisor a la hora de antes", alegó un recluso.
"Ante un disturbio, nosotros no tenemos más defensa que las bombas lacrimógenas y los bastones de madera", se lamentó el subcomandante Jáen.
El jefe del penal dijo que está dispuesto a someterse a lo que determine una comisión investigadora. "Si hubo abusos, que sea una comisión de especialistas quien lo determine", indicó. (FIN/IPS/wg/mj/hd/99