Los paramilitares a los que se atribuye el asesinato de unos 1.500 indígenas en el estado de Chiapas desde 1994 actúan con apoyo de las Fuerzas Armadas de México y tienen vínculos con el partido gobernante, aseguró el opositor PRD.
El gobierno de México afirma que en Chiapas, en el sur del país, no operan paramilitares. Pero expertos en asuntos militares, uno de ellos un capitán retirado diplomado del Estado Mayor y de la Escuela de Guerra, rebatieron la afirmación, e incluso aportaron nombres y ubicaron lugares de entrenamiento.
El informe redactado por los expertos, titulado "Los paramilitares en México, fue presentado el viernes por el centroizquierdista PRD (Partido de la Revolución Democrática).
La investigación, que será entregada a la Procuraduría por el diputado del PRD Gilberto López, presidente en turno de la Comisión de Concordía y Pacificación del Congreso (COCOPA), se suma a otras elaboradas antes por organizaciones de derechos humanos.
Todas ellas aseguran que los paramilitares de Chiapas son parte de la implementación de una "guerra de baja intensidad" que el gobierno desarrolla contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), organización guerrillera que se levantó en armas el 1 de enero de 1994.
Paz y Justicia, Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista, Los Chinchulines, Tomás Munzer, Fuerzas Armadas del Pueblo, Alianza San Bartolomé de los Llanos y Degolladores, son algunos de los grupos mencionados en el documento del PRD.
Portavoces del gobierno de Ernesto Zedillo reconocen que en Chiapas hay "personas armadas" que combaten a los zapatistas, pero niegan que se trate de paramilitares.
Según afirman, estas personas no tienen relación con las Fuerzas Armadas, autoridades o partidos políticos, menos con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el gobierno desde 1929.
Los delitos que se cometen en Chiapas contra pobladores supuestamente vinculados con los zapatistas, como la matanza de 45 campesinos opositores al gobierno en diciembre de 1997, se originan en disputas familiares o intercomunitarias, según la tesis oficial.
Más de medio centenar de extranjeros que llegaron los dos últimos años a Chiapas para investigar violaciones de derechos humanos y la existencia de paramilitares fueron expulsados por el gobierno, con el argumento de que carecían del permiso migratorio respectivo.
Los que sí pudieron realizar sus investigaciones aseguran que el EZLN tiene razón cuando denuncia la existencia de paramilitares protegidos por autoridades.
Gobierno y guerrilla mantienen en suspenso el diálogo de paz desde 1996, cuando las autoridades se negaron a aceptar un proyecto de ley sobre derechos indígenas preparado por la COCOPA en base a los llamados Acuerdos de San Andrés y aceptado por el EZLN.
Aunque desde el 12 de enero de 1994 no se registran enfrentamientos directos entre guerrilleros y soldados, la violencia en Chiapas se mantiene constante y la pobreza recrudece.
En el estado sureño, fronterizo con Guatemala, hay más de 45.000 soldados rodeando a la guerrilla, la cual no tendría más de 5.000 seguidores armados, según distintas estimaciones.
En el documento presentado por el diputado López se describen los lugares de acción de cada grupo paramilitar contrario al EZLN, año de formación, número de miembros y algunas de sus acciones delictivas.
"Existen evidencias innegables de la violencia ejercida por organizaciones clandestinas que hostigan, amenanzan, agreden y asesinan a los miembros de las comunidades indígenas que se atreven a manifestar públicamente su apoyo político al EZLN", señaló López.
El gobernador interino de Chiapas, Roberto Albores, nombrado en 1997 por el Congreso de ese estado con el aval del gobierno de Zedillo, declara que todos los que denuncian la existencia de paramilitares están equivocados y en más de una ocasión ha pedido que le entreguen pruebas sobre el tema.
"No hay peor ciego que el que no quiere ver", pues en Chiapas sí hay paramilitares y algunos tienen incluso respaldo de la gobernación, señaló Roberto Vidales, del grupo humanitario Augusín Pro Juárez.
Para sustentar la tesis de que en Chiapas "se construye la paz", en las últimas semanas el gobernador Albores convocó a la prensa a atestiguar la entrega de armas de una docena de supuestos combatientes del EZLN.
La guerrilla denunció que se trata de actos montados por Albores con campesinos que pertenecen a grupos paramilitares. (FIN/IPS/dc/mj/ip hd/99