La visita esta semana a Manila de Wan Azizah Wan Ismail, esposa del encarcelado ex viceprimer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, suscitó comparaciones con el papel que le tocó desempeñar hace 13 años a la ex presidenta filipina Corazón Aquino.
Wan Azizah, cuyo viaje destacó la campaña de "reformasi" desatada en Malasia por el encarcelamiento de su marido, cree que puede aprender de la experiencia filipina y del ejemplo de Corazón Aquino, quien se vio catapultada a la presidencia en 1986 sin tener experiencia política, tras una revuelta cívico-militar.
"Hay similitudes, aspectos coincidentes de los que puedo sacar partido", expresó el jueves Wan Azizah en una conferencia de prensa.
"Tengo mucho que aprender de la señora Aquino, pero me dijo que lo estoy haciendo bien", agregó.
El marido de Wan Azizah fue declarado culpable de cargos de corrupción el día 14 y sentenciado a seis años de prisión, tras un juicio marcado por un duro enfrentamiento personal con el primer ministro malasio, Mahathir Mohammad. Ibrahim siempre sostuvo que las acusaciones contra él son falsas.
Benigno Aquino, el extinto marido de Corazón, también estuvo prisionero durante años bajo el régimen de Ferdinand Marcos.
Wan Azizah, igual que Corazón Aquino, está ahora al frente del Partido Nacional de Justicia, la principal fuerza opositora, y también a la vanguardia de la campaña contra Mohammad previa a las elecciones que el gobierno debe convocar en abril del 2000.
También, como en el caso de Corazón Aquino, Wan Azizah logró una buena cobertura de la prensa extranjera y gran simpatía en el exterior.
Corazón Aquino en persona se postuló para sustituir al extinto dictador Ferdinand Marcos en febrero de 1986, y fue la única líder aceptada por otras fuerzas opositoras al régimen.
Malasia y Filipinas comparten, además de la misma raíz étnica, gran experiencia sobre gobernantes que se perpetuaron en el poder. Marcos gobernó 21 años, mientras Ibrahim ya lleva 18.
Durante la visita de tres días de Wan Azizah por invitación especial de Corazón Aquino, las dos mujeres intercambiaron sus experiencias de tener maridos encarcelados y transformarse en "políticas accidentales".
"Ella (Corazon) me dio mucho coraje. Me dijo cómo hacer para ganar apoyo, de qué manera logró 'Cruzados de Cory', cómo hacer para que la gente demuestre el valor de seguir adelante…", expresó Wan Azizah, quien regresó el viernes a Malasia.
"El tratamiento de Anwar abrió los ojos a los malasios sobre las injusticias que prevalecen en su medio", dijo en un discurso ante el Rotary Club de Manila.
"Miles se alzaron para protestar por la brutal agresión física y moral a mi marido. Yo considero su apoyo a mi persona y al Partido Nacional de Justicia como la versión malasia de 'todo el poder al pueblo'," expresó.
Corazón Aquino declaró que invitó a Wan Aziza a Manila simplemente para expresarle su solidaridad, "tanto a ella como a sus hijos".
"Yo sé lo que es ser esposa de un preso político. Yo sé lo que sentí cuando fui separada de mi marido durante siete años y siete meses y debí ser al mismo tiempo padre y madre de mis cinco hijos", agregó.
"También sé lo que es ver a un marido procesado por un tribunal militar y conocer de antemano cuál será la sentencia debido a los procedimientos injustos", continuó.
Aunque existen numerosas similitudes entre ambos casos, también hay muchas diferencias.
En el caso de Filipinas, la revuelta de "todo el poder al pueblo" fue precedida por una batalla electoral entre Aquino y Marcos. La violencia y el fraude en los comicios desvirtuaron la consulta de febrero de 1986 y allanaron el camino a un ejecutivo con mandato cuestionable.
Con respecto a Malasia, Wan Azizah deberá adjudicarse la mayoría parlamentaria en las elecciones generales, y eso es mucho más difícil de conseguir, señalaron analistas.
Al contrario de Filipinas, la diversidad étnica en la población malasia podrían ser un gran obstáculo, especialmente porque sus principales grupos políticos estuvieron tradicionalmente divididos según la etnia.
Wan Azizah señaló que la coalición gobernante, la Organización Nacional de Unidad Malaya (UMNO), juega su caballo de batalla contra la minoría china, mientras los indios están enfrentados a los otros dos grupos étnicos. Los malasios constituyen más de la mitad de la población del país.
"La administración trata ahora de intimidar a los chinos malasios pintando al movimiento reformista como una amenaza para las familias chinas. Entre los malayos, la administración propaga la versión de que, si triunfa la reforma, van a perder sus privilegios", explicó.
De todos modos, Azizah dijo que recibió apoyo tanto de la comunidad china como de la india. Apuntó que las organizaciones de base de UMNO apoyan sigilosamente a los reformistas "y pueden ayudar a provocar un cambio".
Admitió que es difícil pronosticar cuándo podría producirse un levantamiento popular como el que tuvo lugar en Filipinas hace 13 años y obligó a Marcos a dejar el poder.
No obstante, "queremos extraer lecciones de la historia. Debemos aprender del pasado para poder forjar el futuro", sentenció Wan Azizah.
"La señora Aquino y el pueblo de Filipinas nos demostraron que un dictador puede ser derrocado si las masas ponen un límite y dicen 'basta'. La lucha contra un régimen corrupto requiere sacrificio, valor y confianza. Pero nosotros en Malasia tenemos a nuestros hermanos y hermanas en Filipinas a los que agradecemos por mostrarnos el camino", dijo.
Entretanto, el gobierno malasio está disgustado por su visita y acusó al gobierno de Filipinas de tratar de "interferir" en los asuntos internos del país. No obstante, el presidente filipino Joseph Estrada no descartó la posibilidad de un futuro encuentro privado con Wan Aziza. (FIN/IPS/tra-en/idc/js/ego-mlm/hd/99