Legisladores y más de 5.000 activistas de Estados Unidos encabezan una campaña para clausurar la Escuela de las Américas, el centro militar de este país que entrenó a numerosos oficiales latinoamericanos acusados de violar los derechos humanos.
La campaña está incentivada por las disculpas ofrecidas por el presidente Bill Clinton en marzo por el entrenamiento y el respaldo que brindó Washington durante décadas a las fuerzas armadas guatemaltecas, acusadas de genocidio y otros crímenes.
En una carta dirigida a Clinton el jueves, un grupo de ocho legisladores demócratas y republicanos de la Cámara de Representantes pidió la "inmediata" clausura de la Escuela de las Américas.
En una conferencia de prensa celebrada frente al Congreso en Washington, también anunciaron que presentarán en conjunto con 114 legisladores más un proyecto de ley que clausuraría la Escuela a los 30 días de ser aprobado por el parlamento.
Simultáneamente, unos 5.000 activistas se comenzaron a reunir en Washington para celebrar un fin de semana de protestas organizadas contra lo que denominan la "Escuela de los Asesinos", frente a la Casa Blanca y el Pentágono (ministerio de Defensa).
"Así como apuntamos a la limpieza étnica del presidente yugoslavo (Slobodan) Milosevic en Kosovo, Estados Unidos debe lavar la sangre de sus propias manos mediante el cierre de la Escuela de las Américas", dijo el sacerdote Roy Bourgeois, codirector de la organización SOA Watch en Washington.
"Podemos dar el ejemplo al terminar este capítulo asesino de nuestra historia", dijo.
La Escuela, fundada en Panamá en 1946 y trasladada en 1984 a la localidad de Fort Benning, en el estado de Georgia, lucha por mantenerse en funciones desde el fin de la guerra fría.
El año pasado, un proyecto de ley que la hubiera clausurado fue derrotado en la cámara baja por el estrecho margen de 212 votos contra 201, y los detractores de la Escuela cree que tienen buenas oportunidades de ganar este año.
En su existencia de más de 53 años, la Escuela entrenó a más de 60.000 oficiales latinoamericanos en técnicas de combate, contrainsurgencia, contraterrorismo e inteligencia.
El centro asegura que en los últimos años agregó la enseñanza de derechos humanos al programa, que actualmente se imparte a entre 1.000 y 2.000 oficiales por año.
Pero muchos de los egresados de la misma son notorios por sus violaciones a los derechos humanos.
Por ejemplo, dos de los tres asesinos conocidos del arzobispo salvadoreño Oscar Romero estudiaron en la Escuela, así como el dictador argentino Leopoldo Galtieri y diez de los militares responsables de la masacre en 1981 de 900 civiles del pueblo de El Mozote, en El Salvador.
Entre sus alumnos también se encuentra el ex presidente de Panamá, general Antonio Noriega, preso en Estados Unidos por tráfico de drogas.
"Los egresados de la Escuela perpetraron algunas de las peores violaciones de derechos humanos en la historia de este hemisferio", sostiene la carta enviada a Clinton y redactada por el legislador Joe Moakley, del gobernante Partido Demócrata.
"¿Cuántas atrocidades deben ocurrir antes de que podamos decir ya basta?", preguntó la carta. Así mismo, Moakley felicitó a Clinton por las declaraciones que realizó en Guatemala en marzo.
"El apoyo de Estados Unidos a las fuerzas militares o las unidades de inteligencia que participaron en la represión violenta y generalizada del tipo descrita por el informe estuvo mal, y Estados Unidos no debe repetir ese error", declaró entonces el mandatario.
El informe al que se refería Clinton es de la Comisión Histórica de Guatemala que, con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas, reveló que Washington había dado dinero, armas y entrenamiento a los militares guatemaltecos que cometieron actos de genocidio contra la población maya y otras graves violaciones contra supuestos disidentes.
La comisión también concluyó que el entrenamiento de contrainsurgencia dado por Estados Unidos tuvo "un peso importante en las violaciones de los derechos humanos" durante la guerra civil que dividió al país durante más de 40 años.
El informe agregó que la Escuela de las Américas es uno de los centros fundamentales donde se imparte ese tipo de entrenamiento.
El general Héctor Gramajo, quien como ministro de Defensa guatemalteco a principio de los años 80 dirigió la devastadora ofensiva contrainsurgente del país, también fue graduado de la Escuela.
Otros alumnos fueron el coronel Julio Alpírez y nueve oficiales que torturaron y asesinaron al líder guerrillero Efraín Bamaca, según Jennifer Harbury, viuda de Bamaca y abogada estadounidense que también defiende el cierre de la Escuela.
También asistieron a la Escuela 10 de los 30 oficiales chilenos a los que el juez español Baltasar Garzón solicitó procesar por crímenes, torturas y desapariciones durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.
En Colombia, egresados de la Escuela también fueron vinculados a graves violaciones de los derechos humanos en ese país.
Uno de ellos es el general Paucelino Latorre Gamboa quien comandó la disuelta y notoria Brigada 20, así como el general Rito Alejo del Río, destituido por el presidente Andrés Pastrana por sus presuntos vínculos con escuadrones de la muerte de ultraderecha.
"Algunos defensores de la Escuela dicen que estos problemas son cosa del pasado. Pero no es así", sostuvo el legislador Jim McGovern, que tuvo un papel protagónico en la investigación de la masacre en 1989 de seis sacerdotes jesuitas en El Salvador, en la que estuvieron implicados 19 egresados del centro de Georgia.
"Basta con ver a los generales y comandantes de Colombia que perpetraron violaciones de derechos humanos y masacres de civiles en los últimos dos años para encontrar egresados de la Escuela de las Américas", dijo.
El Pentágono niega que a los estudiantes de la Escuela se les haya enseñado o alentado a violar los derechos humanos o cometer otras actividades ilegales.
"La Escuela, en contra de las acusaciones que muchos hacen, nunca entrenó a nadie en prácticas ilegales", dijo el portavoz teniente coronel William Darley. Las acusaciones son "escandalosas y sin fundamento", aseguró.
Muchos de los detractores del centro, a los que acusó de tener "fines políticos", nunca lo visitaron ni analizaron su programa de estudios que, agregó, ahora cuenta con capacitación en derechos humanos y democratización.
"Ya basta. Así como cayó el muro de Berlín, también debe caer la Escuela de las Américas", declaró a la prensa el legislador de Texas Ciro Rodríguez.
Una opinión similar tuvo el legislador republicano de derecha Joe Scarborough, quien dijo que el apoyo que brinda Estados Unidos a los militares latinoamericanos hace parecer "hipócrita la lucha (de Washington) por la libertad y la democracia en todo el mundo". (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/hd/99