/BOLETIN-CIUDADES DEL MERCOSUR/ ARGENTINA: Universidades nacionales al borde del cierre

El ajuste del presupuesto nacional implementado por el gobierno de Argentina afectará a las universidades estatales, al punto de que podría povocar el cierre de muchas de sus facultades, advirtieron profesores y estudiantes.

Asociaciones de estudiantes y profesores universitarios iniciaron el miércoles pasado la ocupación de locales de estudio en protesta por el anunciado recorte, que incidirá sobre unos 600.000 alumnos.

Dirigentes estudiantiles advirtieron que la protesta se extendería hasta que las autoridades revean la medida, que obligará al cese de actividades educativas y de atención de salud por falta de recursos suficientes para hacer frente a salarios y al funcionamiento mínimo de los edificios.

El recorte de gastos dispuesto por el gobierno de Carlos Menem, en atención a una recomendación del Fondo Monetario Internacional, alcanza a 1.000 millones de dólares, de los cuales 280 millones corresponden a partidas para la educación pública que ya enfrenta una severa crisis.

Mestros y profesores mantienen una tienda de campaña frente al Congreso desde hace más de dos años, en reclamo de una ley que permita financiar la educación estatal, pero sólo han conseguido hasta ahora que se cree un impuesto que no recauda nada.

La ministra de Educación, Susana Decibe, se enfrentó reiteradamente con su par de Economía, Roque Fernánez, por la falta de apoyo a la creación de un impuesto para el área, por la incapacidad del Estado para recaudarlo una vez que fue aprobado, y ahora por el ajuste presupuestal.

Sin embargo, el presidente Menem avaló la medida de Fernández, quien acusó a su compañera de gabinete de intentar desconocer los compromisos financieros internacionales asumidos por el país.

El gobierno invierte en las universidades actualmente un promedio 1.300 dólares por alumno al año, una suma ya magra si se compara con los 40.000 que desembolsa Estados Unidos en universidades de nivel medio o los 14.000 que disponen las instituciones privadas locales.

De los 280 millones de dólares menos que recibirá el sistema educativo público, 100 millones debían destinarse a las universidades nacionales.

El anuncio de ese recorte motivó a estudiantes y profesores a comenzar la protesta, mientras el rector de la Universidad de Buenos Aires, Oscar Schuberoff, advertió que la institución cerrará sus puertas en octubre de no mediar una solución.

De la universidad nacional argentina egresaron tres cinetíficos que merecieron el Premio Nobel. El de Medicina le fue otorgado a Bernando Houssay en 1947 y a César Milstein en 1984, mientras que Federico Leloir recibió el de Química en 1970.

Schuberoff explicó que la protesta no se trata de una medida política, sino que "si se concreta el ajuste, no tenemos recursos suficientes para garantizar el funcionamiento de las universidades más allá del 1 de octubre", señaló.

En Argentina existen 33 universidades estatales, siendo la Universidad Nacional de Buenos Aires la más grande del país, con casi 30 por ciento del alumnado universitario del país. Además hay 56 escuelas dependientes de esas casas de altos estudios.

Laura Sofía, presidenta del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, sostuvo que el recorte presupuestal es un paso más para desfinanciar las universidades públicas para que se acepte el cobro de arancel, a fin de privatizar luego las facultades, como se hizo con las empresas públicas.

Por su parte, el profesor de matemática Adrián Paenza, que participa de la ocupación de la facultad de Ciencias Exactas, sostuvo la necesidad de mantener la enseñanza pública.

Paenza es profesor a medio tiempo y percibe poco más de 200 dólares al mes, al igual que 80 por ciento de los titulares de cátedra que trabajan con horario reducido.

Los salarios más altos en las universidades del país apenas superan los 1.000 dólares mensuales, más beneficios por antigüedad. En Argentina, un salario mínimo ronda los 500 dólares.

"Más de 90 por ciento del presupuesto universitario es destinado a sueldos, así que, si se pide un ajuste de este tipo, nos quedaremos sin laboratorio, sin material para investigación, y sin ningún otro recurso", apuntó Paenza

Maestros de primaria y profesores secundarios mantienen desde hace dos años una protesta permanente en demanda de mejoras salariales y mayor presupuesto para la educación pública porque no llegan a la mitad de ese mínimo de 500 dólares.

Por su parte, los profesores universitarios que comienzan su carrera, con el cargo de ayudante de cátedra, dictan cursos por apenas 90 dólares al mes, que equivale a tres dólares la hora, la mitad de lo que percibe una empleada doméstica por horas. (FIN/IPS/mv/dm/ed if/99)

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