/BOLETIN-AMBIENTE/ MEXICO: Selva Lacandona es botín de militares, dicen indígenas

Los militares de México son responsables de la destrucción de la selva Lacandona, reserva natural y refugio de la guerrilla zapatista, denunciaron indígenas del lugar mientras el gobierno atribuye el deterioro a los rebeldes.

La frágil selva que se extiende sobre 500.000 hectáreas en el estado de Chiapas, en el sur mexicano, representa 50 por ciento del manto tropical y lluvioso de América del Norte y es desde 1994 escenario del conflicto entre el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el gobierno.

Los soldados, que abren caminos y construyen periódicamente nuevos destacamentos, cazan de forma indiscriminda lagartos, monos y otras especies para extraer su piel y venderla, y además faltan el respeto a la armonía de la selva, dijo Margarito Chancayum, portavoz de los indígenas lacandones.

En una carta enviada el lunes pasado al presidente Ernesto Zedillo, los nativos, que se consideran ajenos al conflicto entre guerrilleros y autoridades, advierten que la selva será pronto un desierto de continuar la caza indiscriminada y la tala de árboles.

Denunciaron, además, que los destacamentos militares parecen zoológicos, que los soldados maltratan a los campesinos y que el alcoholismo y la prostitución son crecientes debido a la presencia de las Fuerzas Armadas.

"Estamos pidiendo el retiro de las bases del Ejército y cuarteles de policía por ser los principales depredadores de la ecología matando animales, contrabandeando maderas, golpeando y encarcelando a comuneros y abusando de su fuero", declaró Chancayum.

El gobierno de Zedillo acepta que hay un progresivo deterioro de la selva, ubicada en la frontera con Guatemala, pero lo atribuye a la acción del EZLN.

Las autoridades no tienen, debido al conflicto, acceso a muchos lugares de la selva donde opera la guerrilla y, por lo tanto, es imposible poner en marcha programas de conservación e impedir el saqueo forestal, dijo en 1998 la secretaria (ministra) de Medio Ambiente, Julia Carabias.

En Chiapas, los inspectores están amenazados y no pueden realizar su trabajo de protección de la selva, afirmó la funcionaria.

Para paliar el deterioro, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente anunció este martes que invertirá dos millones de dólares en trabajos de protección de la selva en los que participarán directamente los militares.

El EZLN y los soldados mantienen una tensa tregua desde 1996, cuando guerrilla y gobierno suspendieron el diálogo de paz. Se calcula que unos 40.000 soldados rodean hoy a la guerrilla en una zona selvática cercana a la frontera con Guatemala.

El grupo rebelde está integrada en su mayoría por indígenas tzotziles y tojolabales, que llegaron a la selva hace unos 50 años. Los lacandones viven en la zona hace cientos de años.

Grupos ambientalistas locales apoyan las denuncias de los lacandones contra los militares y piden al gobierno que vigile a los soldados. Con el tránsito de tanquetas y el constante vuelo de aeronaves se alteró la fauna de la zona para siempre y aumentó el contrabando de especies, sostienen.

En la selva Lacandona se encuentran la mayoría de los árboles tropicales de México, 33 por ciento de los reptiles, 80 por ciento de las especies de mariposas y 32 por ciento de las aves, pero el deterioro ambiental es allí superior al de la Amazonia, denunció la organización Greenpeace Internacional.

Si el conflicto armado continúa en Chiapas es posible que la selva se destruya en pocos años, advierte Jeffrey Wilkerson, investigador del Centro de Ecología Cultural del Trópico.

La selva de Chiapas tenía hace un siglo alrededor de 1,3 millones de hectáreas y en ella habitaban unas 2.000 personas. Hoy su extensión es de 500.000 hectáreas y su población suma unas 300.000 personas. (FIN/IPS/dc/mj/ip en/99

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