Una larga batalla legal y política llegará a su punto culminante este lunes en Brasil, cuando el gobierno anuncie la polémica legalización del cultivo de semillas de soja tratadas genéticamente, más resistentes a enfermedades y plagas agrícolas.
La medida no pondrá fin al intenso debate entre productores agrícolas, la multinacional Monsanto, ambientalistas y el gobierno.
Hasta la policía intervino en el debate, cuando investigó denuncias de contrabando de soja transgénica de origen argentino, supuestamente con el apoyo de Monsanto.
La multinacional estadounidense es la principal beneficiada por la legalización de la soja tratada geneticamente porque las cinco variedades de semilla que podrán ser comercializadas en Brasil son, todas ellas, producidas por Monsanto.
La polémica en torno de las semillas involucra cuestiones comerciales, politicas, ambientales y de salud pública. Los defensores de la soja transgénica afirman que sus cultivos reducirán por lo menos 20 por ciento los costos de produccion.
Los partidarios de la semilla tradicional recuerdan que los importadores europeos no aceptan productos transgénicos.
Por su parte, los ambientalistas afirman que el efecto sobre el ambiente de las nuevas variedades de soja aún no fueron suficientemente probadas, y mencionan en ese sentido la resistencia europea como el principal argumento.
También hay muchas especulaciones médicas sobre los posibles efectos de los alimentos transgénicos sobre los seres humanos.
En el terreno político, los críticos de la soja tratada biotecnológicamente afirman que la legalización del cultivo dará a Monsanto control sobre la producción de esa leguminosa, principal rubro de las exportaciones agrícolas brasileñas.
La decisión del Ministerio de Agricultura abre también un nuevo foco de tensiones políticas entre el gobierno del Fernando Henrique Cardoso y los gobernadores de los estados de Río Grande do Sul y Mato Grosso do Sul, dos de los tres principales productores de soja de Brasil.
Ambos estados quieren prohibir el cultivo de soja transgénica en sus territorios.
Se prevé que el anuncio gubernamental profundice también las divergencias entre agricultores. Los pequeños y medianos productores quieren seguir cultivando la variedad tradicional para mantener los clientes europeos, mientras los grandes, aliados a Monsanto, prefieren vender a Estados Unidos y Japón.
Una semana antes del esperado anuncio, la policia entró en la disputa al capturar en la ciudad de Cruz Alta, en Río Grande do Sul, 500 toneladas de semillas de soja transgénica contrabandeadas de Argentina.
La policía también fue convocada para apoyar al bando contrario. En el mismo estado de Río Grande do Sul, agricultores tradicionales denunciaron intentos de sabotaje en embarques de soja natural destinada al mercado europeo.
Según estos agricultores, sus contrincantes intentaríian poner soja transgénica en los cargamentos que se dirigen a Francia y los países nórdicos.
En varios seminarios y reuniones técnicas realizados en Brasil desde el año pasado resultó claro que no hay unanimidad sobre los efectos ambientales y sobre los seres humanos del uso de la soja tratada genéticamente.
Pero tambien resultó evidente que hay una disputa por mercados internacionales entre los que prefieren negociar con la Unión Europea y los que aspiran a que sus productos ingresen al mercado de Estados Unidos.
La guerra de la soja transgénica está lejos de un desenlace. Ahora, a todos los argumentos ya puestos sobre la mesa, se sumarán otras dos variables: la productividad y la reacción de los consumidores.
El kilogramo de la semilla transgénica cuesta tres a cuatro veces más que la tradicional. Pero Monsanto promete que los gastos de agrotóxicos serán mucho menores. Los agricultores brasileños que plantaron clandestinamente la semilla producida en laboratorio no detectaron grandes ventajas en la producción.
La palabra final será dada por los consumidores después de otra batalla legal. Los ambientalistas exigen una advertencia muy clara en el empaque de alimentos hechos sobre la base de soja transgénica. (FIN/IPS/cc/mj/if en he/99