Campeche, ciudad colonial del sudeste de México, se proyecta como un centro de turismo cultural y reivindica su belleza ante la perspectiva de entrar al próximo siglo como Patrimonio Histórico de la Humanidad.
Capital del estado del mismo nombre, ubicado en la Península de Yucatán, aspira a obtener ese reconocimiento en septiembre de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco).
Fundada en el siglo XV junto al antiguo pueblo maya de Can- Pech, del que se deriva su nombre actual, la ciudad que también es puerto muestra en todos sus rincones los siglos de historia y tradición que ha visto transitar.
La ciudad de Campeche pretende captar turismo internacional para vigorizar la economía del estado.
Pese a su enorme riqueza natural y arqueológica, el estado de Campeche es visitado al año por poco más de un millón de turistas, de los cuales menos de la cuarta parte son extranjeros, según datos oficiales.
Las autoridades locales pretenden elevar de 1,6 a cinco el promedio de días que un visitante permanece en el estado.
El programa gubernamental denominado "Campeche, ciudad museo", está vistiendo de gala centenarios edificios y casas del primer cuadro del puerto.
Remozadas y pintadas en tonos pastel, típicos del Caribe, 1.600 fachadas han sido recuperadas tras una inversión de unos cinco millones de dólares en Campeche, una ciudad que la embestida de piratas obligó hace siglos a levantar fuertes y murallas frente al mar.
Las altas temperaturas, que llegan a 40 grados, y la humedad están en el centro de la polémica sobre la conveniencia o no de reconstruir la muralla.
Los campechanos "debemos planear estrategias para cuando llegue la fecha en que la ciudad sea declarada Patrimonio de la Humanidad, llave gloriosa que le abra las puertas de la historia", afirmó el jefe del gobierno municipal de la capital del estado, Víctor Méndez.
José Buenfil, coordinador de las obras de remodelación, explicó que en la transformación de Campeche participan todos los sectores: gobierno, privados y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Al renovar el rostro de la ciudad, que según dicen algunos evoca la colombiana Cartagena, también han sido reconstruidos la catedral y el parque principal.
Además, los trabajos en la llamada Casa 6 incluyeron decoración interior a la usanza colonial, evocando la época en que Campeche era enclave entre Europa y la Nueva España.
Apenas 45 por ciento de las casas del centro están habitadas, en algunas viven una o dos personas, y edificios como el que ocupó la Compañía de Jesús alberga hoy el Instituto de Cultura, cuando por su tamaño podría ser un hotel.
El director regional de la INAH, Carlos Vidal, señaló que en el lugar no ganan espacio las ambiciones turísticas.
Los elementos que la cultura aporta a la economía hacen del turismo una de las vías idóneas para el desarrollo, afirmó Gloria López Morales, represente regional de la Unesco para América Latina y el Caribe.
"Pensemos qué sería de un país como Estados Unidos sin las industrias culturales, o de Francia sin su moda y gastronomía", señaló López Morales ante expertos reunidos en el seminario sobre Patrimonio Cultural efectuado este mes en Campeche.
"Ese patrimonio es en gran parte la fuente de la riqueza actual de todos esos países. Que no nos digan, pues, que la cultura no es un recurso capaz de generar recursos", sentenció.
Donald de Cid, investigador de la Universidad de Tulane (Louisiana, Estados Unidos), citó el caso de Nueva Orleans, donde se conjuntan esfuerzos para preservar el medio ambiente, proteger el patrimonio cultural y favorecer el desarrollo económico.
La gente no debe vivir con limitaciones por el hecho de habitar una zona de valor cultural, destacó De Cid.
El estado de Campeche ofrece el legado de la cultura maya y de la época colonial, además del atractivo natural de sus playas.
Existen en su territorio 314 sitios arqueológicos con ruinas mayas que dan cuenta, entre otros aspectos, de la avanzada arquitectura de esa cultura, que desarrolló estilos por regiones y para distinguir a las ciudades teocráticas de las militaristas.
Campeche, a la que el poeta español Francisco Villaespesa dedicó un soneto en la segunda década de este siglo que la define en su última estrofa como "ciudad colonial, pueblo divino", espera hoy el veredicto de la Unesco. (FIN/IPS/pf/dm/cr/99