Los monjes Shaolin, de China, fueron conocidos en el resto del mundo en la década del 70 gracias a la serie de televisión "Kung Fu", pero su historia de fe y artes marciales se remonta a más de 1.500 años.
Los monjes del templo de Shaolin, en el distrito de Dengfeng, situado en la provincia central de Henan, no saltan tan alto como los astros del kung fu, Jacky Chan y Jet Li, pero las artes marciales siempre fueron parte de sus tradiciones.
Como otros monjes budistas, también recitan escrituras sagradas, meditan y ofician rituales para expresar su fe.
Así mismo, precisan que, si bien las artes marciales parecerían contrarias a las pacíficas enseñanzas de Buda, en realidad no hay conflicto entre ellas y el cumplimiento de los dictados de la fe.
Por una parte, el kung fu requiere disciplina y concentración, que los budistas consideran virtudes. Por la otra, la maestría de los monjes de Shaolin en las artes marciales fue crucial para la protección de los templos y defender al país en diversos períodos de su historia.
En efecto, los monjes de Shaolin salvaron una vez la vida del emperador Li Shimin, de la dinastía Tang, y participaron en la guerra contra los piratas japoneses en el sudeste de China durante la dinastía Ming, que gobernó entre 1368 y 1644.
No obstante, lo que distingue el kung fu de Shaolin de otras escuelas de artes marciales es que sus movimientos se basan en los de animales que se encuentran en los bosques y montañas que rodean el monasterio, pero también en la cultura popular.
Los monjes de Shaolin desarrollaron distintas maneras de practicar lo que denominan "el boxeo de Xiangxing", como el del Aguila, el Tigre, el Leopardo, la Serpiente, la Grulla, el Mono y el Dragón. Según el abad Shi Yonxin, esas técnicas de boxeo demuestran la comunión del hombre con la naturaleza.
Quienes presenciaron una de las raras exhibiciones de artes marciales de los monjes dicen que tienen cabezas de hierro y cejas de bronce, porque son capaces de usar esas partes del cuerpo para desviar los golpes y también como armas contra sus contrincantes.
Aunque los monjes aún tienen que demostrar que pueden volar en el aire como el astro de cine Chan, muchos creen que no tendrían ningún problema para hacerlo.
Un orgulloso residente de Henan asegura que "pueden volar y hacer todo lo que supera la imaginación de la gente común".
Los propios monjes no quieren hablar mucho del tema, pero lo cierto es que se requieren varios años antes de que un discípulo sea considerado un maestro en una de las técnicas de boxeo del templo.
Xiao Wang, por ejemplo, ha trabajado duramente para aprender el "boxeo del borracho" durante los últimos tres años. Sin embargo, el discípulo de 12 años de edad dijo que debe aprender más antes de que su tutor lo considere un maestro en la técnica que enmascara golpes poderosos con movimientos supuestamente desequilibrados.
Para estar seguro, Xiao debe someterse a otros cinco años de experiencia en artes marciales antes de que un maestro de los monjes lo adopte para enseñarle Qigong Duro, una técnica de kung fu de alto nivel impartida en Shaolin.
Se dice que una vez que aprenden el Qigong Duro, los discípulos puede enfrentar ataques con bastones, puñales, lanzas y sables.
Los practicantes de artes marciales sostienen que estas no dependen sólo de la fuerza sino de lograr un estado mental en el cual uno está en armonía con el universo y nada es imposible. Por lo tanto, es fácil ver por qué los monjes de Shaolin insisten que el budismo y el kung fu están relacionados.
La destreza de los monjes de Shaolin no es un secreto para los residentes de Henan. Pero tras la exhibición de la película "El Templo de Shaolin", hace más de una década, el monasterio se convirtió en un popular centro de peregrinación para budistas de todo el mundo.
En verdad, el monasterio es considerado por el gobierno como una de las reliquias culturales claves de China. Disperso en 14 hectáreas, el conjunto de edificios comprende siete hileras de palacios y refectorios, con gran cantidad de pilares y pagodas.
No existe duda alguna de que se trata de un lugar religioso el el cual la serenidad es el sentimiento dominante.
El monasterio fue construido por el emperador Zinowei, de la dinastía Wei, en el 495, para un monje llamado Batuo, procedente de India.
En septiembre de 1995, el monasterio, que pertenece a la secta budista Chan, realizó una gran ceremonia para conmemorar el aniversario de los 15 siglos de su fundación.
No cabe duda de que el monasterio seguirá celebrando aniversarios en los próximos años si sigue llamando la atención de jóvenes como Xiao Wang, quien asegura que no sólo desea ser maestro en el kung fu de Shaolin, sino también monje del monasterio algun día.
Interrogado si estaría dispuesto a mostrar su destreza en el cine, el tímido Xiao respondió con sencillez que "el maestro podría despreciarme". (FIN/IPS/tra-en/pa/cb/ego/aq/cr/99)
