La televisión e Internet llegarán por primera vez a Bhutan el mes próximo, para conectar con el mundo a este aislado reino del Himalaya.
El primer canal de televisión nacional será inaugurado el 2 de junio, con motivo del jubileo de plata del rey Jigme Singye Wangchuk. Ese día también comenzará a funcionar DRUKNET, el primer proveedor local de Internet, la red informática mundial.
"Comienza para nosotros una nueva era. El mensaje del milenio está amaneciendo sobre Bhutan", dijo exultante Dorji Tshering, un estudiante universitario en la ciudad de Sherubtse.
La televisión fue prohibida en 1992, cuando una resolución adoptada por la Asamblea Nacional estipuló que "la prohibición de las antenas parabólicas debe seguir en vigor hasta que se establezca una red nacional de televisión".
Kuensel, el único diario del reino de casi 700.000 habitantes, señaló que la posesión de antenas parabólicas para captar emisiones via satélite será "totalmente innecesaria" una vez que el canal nacional comience a transmitir programas extranjeros seleccionados.
"Debemos tener un canal propio antes de abrirnos a la televisión mundial. Nuestra gente debe tener un sentido de posesión antes de ser expuesta a un centenar de canales", sentenció Sonam Tshong, jefe del servicio de radio y televisión de Bhutan (BBS), que también tendrá a su cargo el nuevo canal.
"Se gastaron millones de dólares en el proyecto" que será implementado por etapas, explicó Tshong. Sin embargo, el principal medio en Bután seguirá siendo la radio debido a su alcance y a las características montañosas del país, agregó.
Además de la BBS, algunas estaciones de radio extranjeras, en especial la británica BBC, tienen una gran audiencia en este país.
Tshong aseguró que el canal nacional reflejará el rico patrimonio y la singular cultura del país, y difundirá noticias y programas especiales de temas de desarrollo y ambientales. Agregó que la BBS intenta vincularse con canales extranjeros para retransmitir programas "con valor informativo y educativo".
Al comienzo, el alcance del canal de televisión estará restringido a los límites municipales de la capital, Thimpu. Posteriormente, una cadena de estaciones retransmisoras llevarán el canal hasta las partes más remotas del reino.
Los programas se difundiran en inglés y en dzongkha, el idioma de los drukpas, que es el grupo étnico gobernante en el reino, pero no en nepalí, la minoría homónima que habita en el sur del país.
"La radio también transmite en nepalí, pero no habra emisiones de televisión en ese idioma. Esto es significativo", apuntó Gautam Basu, un observador de Bután en Calcuta, India.
Funcionarios del ministerio de Comunicaciones dijeron que los distritos meridionales del reino quedaron fuera del alcance del canal nacional en su primera etapa. "Por lo tanto, no tiene sentido transmitir en nepalí o cualquier otra lengua, como el Sarchops, por ejemplo, en esta fase", declaró un funcionario.
La posesión de antenas parabólicas seguirá siendo ilegal en el reino hasta que se decida otra cosa, según el gobierno.
No obstante, ni bien se anunció la decisión de poner en el aire un canal nacional de televisión, las antenas parabólicas aparecieron en toda la capital y otros centros urbanos, particularmente aquellos junto a la frontera con India, porque los equipos fueron importados desde ese país.
Muchas personas interrogadas dijeron que estaban "desesperadas" por ver el mundo a traves de la televisión. "Cuando cruzamos a India, podemos ver 60 o 70 canales. No digo que todo eso tenga sentido, pero es muy estimulante", apuntó Karma Phuntsho, otro estudiante universitario.
"Estoy orgulloso de ser butanés, pero quiero saber qué es lo que ocurre en el mundo", dijo Phubzam, un comerciante que cruza periódicamente la frontera.
Pero algunos como Thinley Namgay, creen que la televisión podría hacer que los butaneses descuiden "sus responsabilidades sociales y religiosas, y afecte también sus hábitos de lectura".
El temor de la posible pérdida de patrimonio cultural puso al gobierno butanés ante la disyuntiva de controlar o no la producción de programas televisivos.
Mucho menos complicado que la aparición de la televisión fue el desarrollo de DRUKNET, un proyecto apoyado por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD).
El PNUD proporcionará equipos valuados en 115.000 dólares al Departamento de Telecomunicaciones del gobierno, al que se le confió la administración de DRUKNET.
"Muchos butaneses ya tienen acceso a Internet por medio de proveedores fuera del país. Ahora les resultará mucho menos costoso", declaró un funcionario del Departamento de Comunicaciones.
Los cambios eran inevitables, en opinión de muchos. "¿Cómo puede un país, aunque sea remoto, mantenerse ajeno (a Internet y la televisión) en esta época?", se preguntó el comerciante Sonam Wangdi. "Ahora Bután se abre a una nueva era", expresó. (FIN/IPS/tra-en/sb/an/ego/aq/cr/99)