La lucha por la independencia de las antiguas colonias de Portugal en Africa y los conflictos posteriores fueron la materia de un festival de cine en esta ciudad.
Entre los hechos destacados del Quinto Festival del Filme Africano, que duró 10 días y finalizó el domingo, figuraron películas de Sara Maldoror, de Guadalupe, y de Flora Gomes, de Guinea-Bissau.
Maldoror, la primera mujer negra que produjo una película africana, es la inspiradora de toda una generación de cineastas africanos. Formada en la escuela de cine Vgik en Moscú, fue asistente de dirección del italiano Gilo Pontecorvo en "La Batalla de Argel", de 1970.
Su primer documental, "Mogambee", en 1969, describió las técnicas de tortura utilizadas por los franceses en la guerra de Argelia, y su última película, "Leon G. Damas", producida en 1994, narra la historia de un maestro de Guayana francesa fundador del movimiento Negritud.
"Como todo negro en el mundo, yo pertenezco a Africa. Estuve interesada en los conflictos armados y, tras experimentarlos en Angola, quise mostrar los horrores de la guerra", declaró Maldoror en el festival.
"Los estadounidenses e incluso sus cineastas siempre hablan de la guerra de Vietnam, pero no dicen una palabra de las luchas en nuestro continente", agregó.
Su película mas celebrada, "Sambizanga", sobre una novela de Luandino Vieira, relata el comienzo de la rebelión en Angola tras 500 años de colonización portuguesa, y su trama concluye el 4 de febrero de 1961 con la creación oficial del Movimiento Popular para la Liberación de Angola, que todavía gobierna el país.
Domingos Xavier, el héroe de "Sambizanga", un camionero que se unió a la lucha por la independencia, muere el mismo día en la cárcel.
La esposa de Xavier, con el hijo de ambos sobre la espalda, busca al camionero por pueblos y ciudades, en puestos policiales y cárceles, hasta que finalmente descubre que éste fue torturado y muerto.
El filme, realizado en 1974, fue exhibido en Angola en noviembre de 1975, después de la independencia.
El mensaje, para Maldoror, es que la muerte de un hombre no detiene un movimiento de liberación. "Africa está considerada hoy un continente sin líderes. Yo quiero corregir eso y decir que tuvimos líderes grandes y honestos, como Amílcar Cabral, Patrice Lumumba y, mas recientemente, Thomas Sankara. Todos fueron asesinados", señaló.
Si bien la película fue realizada en Congo-Brazzaville, auténticas guerrillas angoleñas actuaron en "Sambizanga", que es el nombre de una aldea de Angola.
Maldoror destacó que Angola es el país con mayor cantidad de minas antipersonales en el mundo e insistió en que la Convención de la ONU sobre Minas Terrestres fue un logró importante, pese a no haber sido firmada por China y Estados Unidos, dos grandes fabricantes. "No sé qué más puedo hacer para parar la carnicería en Africa", dijo.
Maldoror participó en el boicot al Festival Panafricano de Cine y Televisión de Ougadougou, Burkina Faso.
"Creo que no deberíamos respaldar un régimen militar (el de Burkina Faso), especialmente cuando sabemos el papel que jugó en el asesinato del presidente Thomas Sankara", explicó a IPS.
Para Flora Gomes, el festival de cine de Nueva York tuvo lugar en un momento en que Guinea-Bissau, su pais natal, era devastado por una guerra civil.
Justo después del festival, el gobierno de Joao Vieira sucumbió ante una facción militar encabezada por el brigadier Ansumane Mane. Vieira escapó a Portugal y pidió asilo politico.
Gomes denunció que Africa está plagada de armas automáticas. Al hablar de los problemas de los realizadores africanos, lamentó la falta de estructuras y recursos y de un sistema eficaz de distribución.
Una vez que los cineastas africanos terminan un rodaje, a menudo se ven enfrentados a la censura, o deben competir con grandes producciones de Hollywood, un ejercicio en el cual terminan perdiendo, expresó.
Si producen filmes en idioma africano mezclado con el lenguaje de las ex potencias coloniales, se ven restringidos a una audiencia nacional o deben gastar recursos adicionales en subtítulos.
En Guinea-Bissau, por ejemplo, hay sólo seis realizadores cinematográficos. "Intentamos ayudarnos mutuamente", dijo Gomes, quien presentó tres películas en la muestra de Nueva York: "Mortu Nega" (1992), "Udju Azul di Yonta" (1992) y "Po di Sangui" (1996), que compitió en el Festival de Cannes.
En el último filme, que significa "Arbol de Sangre", el escenario es la aldea de Amanha Lundju, donde la tradición es plantar un arbol por cada nuevo recién nacido, porque se cree que la vida de los seres humnanos está unida a los árboles.
El equilibrio es roto cuando una mujer da a luz a mellizos y sólo es sembrado un árbol a causa de la estrechez económica o de la destrucción del paisaje para obtener materias primas. La película comienza cuando uno de los mellizos muere y el segundo, que había dejado la aldea, regresa.
Retorna para descubrir que las nuevas economías destruyen el equilibrio físico y espiritual de la naturaleza. Por eso, el curandero tradicional de la aldea le pide que conduzca al desierto a los pobladores de Amanja Djulu, para hallar nuevas simientes y viejas raíces y restaurar el equilibrio.
"Po di Sangui" finaliza cuando los aldeanos vuelven a sus casas, donde se dan cuenta de la importancia de sus tradiciones y la necesidad de preservarlas.
En el festival tambien fue presentada "Mississe", la primera película de Antonio Forjaz, una historia en la que magia y amor interfieren en los planes de casamiento de un joven mozambiqueño.
El cine de Cabo Verde fue representado por Leao Lopes, ex ministro de Educación y Cultura de ese archipielago de Africa suroccidental.
"Ilheu de Contenda" (Isla de Contienda), la primera película de ficción de Cabo Verde, muestra una sociedad en evolución, que mezcla lo nuevo y lo viejo de Africa y Portugal. (FIN/IPS/tra- en/ib/mk/ego-ff/cr/99