El precandidato presidencial Eduardo Duhalde comenzó a arrebatar al mandatario argentino Carlos Menem el liderazgo del gobernante Partido Justicialista, con una holgada victoria en elecciones internas en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito del país.
Duhalde, que gobierna la provincia, advirtió este lunes que si Menem quiere sumarse a su campaña para las elecciones nacionales de octubre deberá aceptar un enfoque crítico del impacto social de la política económica del gobierno federal. De otro modo "será desautorizado", aseguró.
Los comicios de este domingo tuvieron el objetivo de elegir el candidato justicialista (peronista) a la gobernación de Buenos Aires, una provincia que representa 40 por ciento del padrón electoral del país.
El vicepresidente Carlos Ruckauf, apoyado por Duhalde, logró la candidatura justicialista en la provincia al cosechar casi 80 por ciento de los votos emitidos, mientras el senador Antonio Cafiero, propuesto por el grupo de Menem, reunió menos de 18 por ciento.
Del total de 7,5 millones de personas habilitadas para votar en el distrito entre afiliados al justicialismo e independientes,
Cerca de 1,5 millones de personas, sobre un padrón provincial de 7,5 millones, participarpn en las elecciones internas, muchas de ellas movilizadas por causas no estrictamente políticas.
La provincia vivió una jornada de fluida circulación de automóviles numerados para su identificación, que trasladaban a los votantes hasta los centros receptores de sufragios. En muchos casos, los electores recibieron una caja con comida y 25 dólares.
La victoria del candidato de Duhalde tendrá consecuencias en la campaña electoral del jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Fernando de la Rúa, aspirante a la presidencia por la Alianza de oposición.
Hasta el momento, de la Rúa es el favorito a imponerse en las elecciones del 24 de octubre, seguido de cerca por Duhalde.
En verdad, Duhalde tiene que someter su candidatura a la elección interna de los afiliados del partido el 4 de julio, pero se descuenta, por el resultado de los sondeos, que será el rival de De la Rúa.
Duhalde consiguió el domingo "que el liderazgo partidario ejercido durante una década por Menem empiece a inclinarse hacia él", comentó el columnista político Eduardo Van Der Kooy, del diario Clarín.
Menem fue elegido por primera vez en 1989 y, habilitado por una reforma constitucional que él mismo impulsó, obtuvo en 1995 un nuevo mandato, de cuatro años. Cuando abandone el cargo en diciembre, habrá cumplido una década en el gobierno.
"Otro paso hacia el fin del reinado", tituló su artículo de este lunes Atilio Cadorín, del diario La Nación, que describió el resultado de la elección interna por sus efectos: "Venció el duhaldismo al candidato de Menem".
"Duhalde emergió con más fuerza política -del comicio de este domingo en su provincia- y al menemismo le corre frío por la espalda, pues se acerca el principio del fin de un reinado", vaticinó Cadorón.
Las diferencias entre Menem y Duhalde comenzaron a cristalizarse cuando el segundo advirtió que el presidente no aceptaba poner plazo a su poder político dentro y fuera del Partido Justicialista.
El diario Buenos Aires Económico consideró que el "aplastante" triunfo de Ruckauf "consolidó a Duhalde en la estructura partidaria y clausuró toda posibilidad al 'menemismo' de postular un aspirante a la presidencia".
Hasta hace pocos días, el sector "menemista" del partido bregaba para que el presidente obtuviera una nueva reforma de la Constitución o un fallo favorable de la Corte Suprema de Justicia para aspirar a un tercer período consecutivo, una posibilidad que ya no tiene.
"Duhalde emerge como el artífice de la recuperación justicialista", dijo en Buenos Aires Económico el editorialista y encuestador Manuel Mora y Araujo.
Menem considera a Duhalde un "traidor", porque éste no apoya los principios económicos neoliberales que permitieron al país dejar atrás la hiperinflación.
Por su parte, el gobernador de la provincia de Buenos Aires asegura que respalda esas reformas, pero pone énfasis en la necesidad de terminar con el desempleo y la pobreza.
Menem se ausentó el domingo de la capital, para asistir al seguro triunfo del gobernador justicialista de la norteña provincia de Salta, que se postulaba a la reelección.
La derrota de su candidato en la provincia de Buenos Aires no sólo entierra las aspiraciones del presidente a optar por un tercer período consecutivo sino que consolida la fórmula de Duhalde con el ex cantante Ramón Ortega y el liderazgo del gobernador en el Partido Justicialista.
Menem -que tiene apenas 15 por ciento de imagen positiva en las encuestas del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría- ya había sufrido un severo golpe el viernes, cuando la ministra de Educación, Susana Decibe, presentó renuncia en medio de una fuerte crisis.
Decibe rechazó el ajuste presuestario dispuesto por el gobierno para el área de educación, que desató la protesta de estudiantes y profesores. Este lunes, los profesores universitarios están en huelga, y el martes se sumarán los maestros de escuelas.
Para algunos analistas, las dificultades del presidente para "disciplinar" a sus ministros a menos de seis meses de las elecciones presidenciales indican un "sindrome de fin de ciclo", con todas las connotaciones negativas que esta etapa ha tenido tradicionalmente en los gobiernos argentinos.
Menem sucedió a Raúl Alfonsín en 1989, seis meses antes de la fecha prevista en la Constitución. Alfonsín aceptó adelantar el momento del traspaso del poder debido al incontrolable caos que provocaba la hiperinflación y al alejamiento de los inversores externos. (FIN/IPS/mv/ff/ip/99