La reunión de los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de Argentina y Chile consolidó la buena vecindad entre los dos países, con sustantivos acuerdos en seguridad, integración eléctrica, navegación aérea y políticas migratorias.
La cita, celebrada el lunes y martes en el balneario costero de Zapallar, 150 kiómetros al noroeste de Santiago, fue considerada este miércoles en Chile un buen augurio para la próxima ratificación del tratado de Campos de Hielo Sur.
Este acuerdo, relativo al último litigio territorial pendiente entre estos dos países fronterizos, será votado el 2 de junio en el Senado de Argentina y la Cámara de Diputados de Chile, para cumplir así el último trámite antes de entrar en vigor.
Los cancilleres Guido Di Tella, de Argentina, y José Miguel Insulza, de Chile, destacaron el amplio arco de coincidencias con que estos dos países, que estuvieron al borde de la guerra en 1978, marchan ahora hacia la integración.
Los ministros de Defensa Jorge Domínguez, de Argentina, y José Florencio Guzmán, de Chile, avanzaron, además, en la creación de medidas de mutua confianza y cooperación, tendientes a eliminar hipótesis de conflicto entre los dos países.
En este último aspecto se acordó elevar una propuesta conjunta a los miembros del Mercado Común del Sur (Mercosur), con el fin de materializar la declaración de zona de paz de este bloque, efectuada en julio de 1998 en la cumbre de Ushuaia, Argentina.
Este compromiso abarca tanto a los cuatro países creadores del Mercosur en 1991 (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), como a Bolivia y Chile, que son miembros asociados de este acuerdo de integración regional.
Una de las iniciativas específicas a concretar en este sentido es la creación de un sistema de homologación de los gastos militares de los seis países, para lo cual se cuenta con el apoyo técnico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Domínguez y Guzmán resolvieron igualmente continuar con los ejercicios militares conjuntos que iniciaron en 1998 las fuerzas navales de los dos países, así como intercambiar dotaciones militares en las bases de la Antártida.
Los ministros reafirmaron también el compromiso de eliminar las minas antipersonales, materia muy sensible en Chile, que durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990) sembró cientos de miles de estos artefactos.
Estimaciones de expertos no desmentidas por las autoridades señalan que durante los episodios de tensión bélica a fines de la década del 70 se colocó un millón de minas antipersonales en la frontera con Argentina, Bolivia y Perú.
El argentino Carlos Menem realizará su última visita como presidente a Chile el 20 de agosto, para completar así una década de fluidos intercambios tanto con el actual mandatario chileno Eduardo Frei, como con su antecesor, Patricio Aylwin (1990-1994).
Desde 1991 se estableció un mecanismo regular de intercambio de visitas entre los jefes de Estado de Argentina y Chile, para avanzar así constantemente en el cumplimiento de la agenda de la integración y de la cooperación política y económica.
En este marco, la cita de Zapallar reflejó los sólidos vínculos políticos entre los dos gobiernos, al reafirmarse el apoyo de Menem a la posición de Frei en el conflicto con España y Gran Bretaña por el ex dictador Augusto Pinochet (1973-90).
Argentina respalda los reclamos de soberanía y territorialidad de la justicia con que el gobierno chileno se opone a la detención en Londres desde octubre del anciano general y senador vitalicio, que podría ser extraditado a España.
Del mismo modo, el gobierno argentino agradeció el respaldo del chileno a sus reivindicaciones sobre las Islas Malvinas, traducido en la suspensión de vuelos de la empresa Lan-Chile al archipiélago del Atlántico Sur ocupado por Gran Bretaña.
Otro fruto de la reunión ministerial, de gran trascendencia para Chile, fue el acuerdo de crear un sistema de conexión eléctrica entre los dos países, que tienen una frontera común de 5.000 kilómetros en la cordillera de los Andes.
La interconexión de las redes eléctricas permitiría en el futuro un permanente intercambio de energía, para afrontar así crisis como la que vive Chile desde abril por el déficit de electricidad que originó una prolongada sequía.
Este acuerdo complementará los programas de integración energética negociados en 1991 por Menem y Aylwin, que incluyen la construcción de varios oleoductos y gasoductos entre Argentina y Chile con inversiones de empresas privadas.
En el ámbito de la integración fronteriza, Argentina y Chile iniciarán un estudio para consagrar el libre tránsito de sus nacionales entre los dos países, manteniendo sólo los controles aduaneros y fitosanitarios.
La materialización de esta medida requerirá de que las dos naciones tengan una política migratoria común ante terceros países y coordinen sus organismos policiales para impedir desplazamientos de personas reclamadas por la justicia.
En julio, las autoridades aeronaúticas de Argentina y Chile realizarán una reunión especial en que analizarán la instauración de una política de "cielos abiertos" que elimine las limitaciones a los vuelos entre ambos territorios. (FIN/IPS/ggr/mj/ip if/99