YUGOSLAVIA: Opositores se acercan a Milosevic

La incorporación de numerosos opositores serbios al ejército de Yugoslavia demuestra el fracaso de los ataques aéreos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), según numerosos analistas de este país de los Balcanes.

Los bombardeos lograron la unión en torno de un objetivo común del gobierno de Slobodan Milosevic con la oposición, algo que se consideraba difícil antes del inicio de la operación aliada el 24 de marzo.

Ahora, la oposición manifiesta su rechazo a los ataques y brinda su respaldo al gobierno en la coyuntura, al punto que muchos de sus militantes llegan a incorporarse al ejército ante la eventualidad de un ataque terrestre contra la Federación Yugoslava, integrada por las repúblicas de Serbia y Montenegro.

En las vísperas de los bombardeos, analistas independientes previnieron que la OTAN no lograría sus objetivos estratégicos de forma automática. Muchos temen ahora que la ofensiva terrestre, preparada de manera similar, constituya un nuevo error de cálculo grosero.

La alianza occidental lanzó los ataques como consecuencia de la negativa yugoslava a aceptar tropas extranjeras para supervisar el cumplimiento de un plan de paz para Kosovo, provincia de Serbia de mayoría étnica albanesa que procura mayor autonomía.

Observadores en Belgrado afirman que los planificadores de los bombardeos no tomaron en cuenta los antecedentes históricos, mentales y psicológicos de los serbios para delinear la operación que combina a las fuerzas militares de 19 países entre los que figuran los más poderosos del mundo.

"En circunstancias normales, los serbios pueden resistir mucho", apuntó Jovan Maric, profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Belgrado.

"Enfrentados a una agresión externa, están prontos para resistir aun más, a pesar de todo. Se sienten obligados a ponerse de pie ante el enemigo. Esa, y no el miedo irracional, es la reacción más probable de los serbios", dijo Maric.

"Todos aquellos que piensan que las bombas, el tremendo fragor de las explosiones o la vasta destrucción de la infraestructura pueden hacer que los serbios inclinen la cabeza están profundamente equivocados", agregó.

La principal constatación tras casi cuatro semanas de incesantes bombardeos de la OTAN es un tremendo sentido de cohesión entre los serbios, a pesar de sus profundas divisiones en el pasado.

"Nuestro objetivo básico no es derrotar a la OTAN, sino defendernos lo mejor que podamos", declaró a la prensa el viceprimer ministro yugoslavo, Vuk Draskovic, líder del Movimiento Renovador Serbio y durante años figura clave de la oposición al presidente Slobodan Milosevic.

"Este no es el momento adecuado para pensar en nuestras profundas diferencias políticas, sino de defender la nación. Después que ésto (los bombardeos) termine, tenemos tiempo de proseguir nuestra vida política", añadió.

"Si tuvimos alguna duda de que las guerras en Croacia y Bosnia eran una cuestión de interés nacional para los serbios de Serbia, ahora no existe ninguna duda sobre lo que está ocurriendo", expresó a su vez Goran Svilanovic, de la Alianza Civil de Serbia, otro grupo político opositor.

"Esta vez están en juego nuestros hogares, nuestra familia y nuestra supervivencia", declaró.

Analistas militares occidentales parecen sorprendidos y confusos por la reacción de los serbios ante la devastación de su país.

En vista del ahora masivo "daño colateral" (eufemismo utilizado para denominar a las víctimas civiles), la prensa occidental también expresa dudas y busca explicaciones. Algunas de las respuestas que obtiene resultan insólitas.

Un comandante de la OTAN, por ejemplo, fue citado por el periódico International Herald Tribune diciendo que el fracaso de los aliados se debe a su enorme superioridad tecnológica, y sugirió que un enemigo mejor equipado resultaría más facil de derrotar.

"Las armas de alta tecnología podrían ser devastadoras contra un adversario que combate nuestro tipo de guerra, pero funciona menos en una campaña políticamente constreñida contra los serbios, que usan diestramente armas casi obsoletas para pelear con tácticas que casi habíamos olvidado", dijo el oficial.

Como en Vietnam en los años 60, o Afganistán en los 80, la respuesta a una realidad que no satisface las expectativas es la escalada militar, lo que implica más aviones, misiles y ahora fuerzas terrestres con el consiguiente costo de vidas humanas.

El Departamento (ministerio) de Defensa de Estados Unidos (Pentágono) afirmó que estudia con seriedad la resistencia serbia contra las fuerzas de la Alemania nazi durante la segunda guerra mundial (1939-1945), pero no lo hacen bien, según la mayoría de los analistas yugoslavos.

"Hasta ahora, con toda su supremacía técnica, sus 'bombas inteligentes' y armas de avanzada, solo lograron 'muertes, mentiras y grabaciones en video", apuntó una analista independiente en Belgrado, en alusión al título de la película "Sexo, mentiras y video".

"Sería patético creer que nuestro espíritu puede triunfar sobre sus computadoras, pero ellos podrían tener mejores analistas", añadió.

"Haremos todo lo que sea necesario y (utilizaremos) todos nuestros recursos humanos para defender la patria", es la sentencia usual del general Dragoljub Ojdanic, el jefe de estado mayor del ejército yugoslavo.

"Conocemos la supremacía del enemigo, su poder militar y su potencial, pero no podemos hacer otra cosa que defender nuestro país", declaró a su vez el general Nebosja Pavkovic, comandante del Tercer Ejército estacionado en Kosovo.

"Si se produce una invasión terrestre de tropas extranjeras desde Albania o Hungría, solo puedo decir que lucharemos hasta el final", afirmó.

"Las fuerzas de la OTAN pueden esperar la resistencia de unos 95.000 serbios del ejército regular y otros 55.000 reservistas movilizados con fuerte apoyo de la población", expresaron fuentes militares yugoslavas.

"Después de todo lo que le han hecho a nuestro país, solo podemos decir que si planean otro Vietnam será tres veces peor aquí", afirmó Radovan Urosevic, un serbio de Pristina, la capital de la provincia de Kosovo.

La OTAN difunció la semana pasada un mensaje en el que afirmaba que no odia a los serbios e informaba que los albaneses habían sido expulsados de sus hogares en Kosovo.

"Deberían saber que la gente aquí piensa que el origen de los ataques aéreos es el deseo de los albaneses de independizar Kosovo. Para una persona común, resulta muy difícil aceptar cualquier cosa que diga la OTAN", explicó Jelena Vasiljevic, una psicóloga de Belgrado.

Lo mismo ocurre con los panfletos en los que la OTAN exhorta a la población yugoslava a derrocar a Milosevic.

"Quizas más tarde… Primero tenemos que lidiar con ellos y después limpiaremos la casa. No necesitan decirnos lo que debemos hacer", dijo un ingeniero retirado en Belgrado.

El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Nebosja Vujovic, afirmó que "Yugoslavia tiene en estos momentos dos objetivos estratégicos: su defensa contra la agresión y una solución política para la crisis en Kosovo". "Seguiremos trabajando en eso", agregó.

En ese contexto, y creando aun más confusión respecto de los efectos de los ataques aéreos de la OTAN, el presidente de Serbia, Milan Milutinovic, se reunió con Ibrahim Rugova, el líder moderado de los albaneses de Kosovo, en lo que Belgrado describió como un proceso de negociaciones. (FIN/IPS/tra-en/vpz/ak/ego/mj/ip/99

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