YUGOSLAVIA: La tercera vía para iniciar una guerra

El bombardeo de Yugoslavia por parte de la OTAN demuestra que la llamada nueva izquierda de Estados Unidos y Europa occidental es en realidad la "nueva derecha", que encubre su ideología con discursos de paz, según críticos.

Se trata, en otras palabras, de un intento por globalizar la llamada "tercera vía", la agenda socialdemócrata aplicada actualmente en Europa como opción intermedia entre el capitalismo y el socialismo.

Sin embargo, esta historia no es nueva. En 1914, la izquierda europea experimentó una crisis que cambió la historia del mundo, cuando los socialdemócratas liderados por el austríaco Karl Kautsky respaldaron la guerra contra Alemania, mientras los comunistas encabezados por el ruso Vladimir Lenin se opusieron.

Con Lenin como líder, los bolcheviques iniciaron en la empobrecida Rusia una revolución sobre la plataforma de la paz y establecieron la Unión Soviética. Pero la izquierda europea nunca se volvió a unir, lo cual facilitó el surgimiento del fascismo, concuerda la mayoría de los historiadores.

"Esta es la nueva derecha. No tengo dudas sobre ello", afirmó el veterano líder socialista británico Tony Benn, descripto por algunos como el guardián de la conciencia de la clase trabajadora de Gran Bretaña y por otros como "un socialista de la vieja guardia".

"El ataque de la OTAN demuestra que iniciaremos el nuevo milenio bajo otro período de imperialismo estadounidense, así como en el pasado fue el imperialismo europeo, y la globalización garantizará la dominación de las grandes empresas multinacionales", dijo a IPS.

Benn criticó duramente tanto a la guerra de Yugoslavia como a la nueva derecha, simbolizada en el surgimiento en 1997 del Nuevo Partido Laborista, liderado por el primer ministro Tony Blair.

Sin embargo, pocos críticos británicos de la guerra vinculan ambos hechos.

Cabe preguntarse si la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) es la nueva aplicadora de la llamada socialdemocracia, así como lo fue de las ideas de la derecha en los años de la guerra fría.

Un libro considerado la base ideológica del gobernante Nuevo Partido Laborista ofrece varias claves para satisfacer esa interrogante.

El libro, llamado "La tercera vía", fue escrito por Anthony Giddens, director de la prestigiosa Escuela de Economía de Londres, considerado el principal inspirador político de Blair.

"La tercera vía" es, según el propio Giddens, un manifiesto en favor de "la renovación de la socialdemocracia", y señala que los conflictos de posguerra indican "un cambio con respecto a las anteriores guerras geopolíticas de los estados-naciones".

"El mundo ya no está dividido en dos bloques militarizados. Las fronteras entre los países fueron fijadas y acordadas por consenso internacional en casi todos los casos. En la era de la información, el territorio nacional ya no importa tanto como en el pasado", dice el libro, publicado en 1998.

La opinión de Giddens es compartida por los grupos y personalidades más influyentes en la determinación del actual discurso sobre la política exterior de Gran Bretaña.

"La división tradicional entre asuntos domésticos y exteriores se ha borrado", afirmó Sundar Katwala, investigador del Instituto de Política Exterior, un gabinete de estrategia fundado por el canciller británico Robin Cook antes de que el Nuevo Partido Laborista llegara al poder.

La mayoría de los expertos en política exterior de la nueva izquierda creen que el conflicto de Bosnia definió el nuevo modelo de las relaciones internacionales, según Katwala. Bosnia marcó "el imperativo moral de intervenir", agregó.

Pero para Benn, existe escasa diferencia entre estas ideas y las que formaron la base filosófica de las acciones militares de la derecha durante la guerra fría.

"Está surgiendo una nueva derecha mundial que utiliza el discurso de la paz y los derechos humanos pero en realidad protege sus propios intereses. Se trata de algo muy grave", advirtió Benn.

Ignacio Ramonet, director del periódico francés Le Monde Diplomatique, afirmó que la guerra librada por la OTAN es apenas el último de una serie de hechos que demuestran que el socialismo "fue traicionado una vez más por los líderes socialdemócratas de Europa".

Muchos observadores se preguntan si la guerra no es también una traición a la propia socialdemocracia, una ideología que procura combinar los elementos económicos del socialismo (principalmente la equidad) con el concepto político de la democracia.

Los países miembros de la OTAN, gobernados por reconocidos líderes socialdemócratas, gastan millones de dólares en la actual acción bélica, aunque esos fondos podrían destinarse a sus deteriorados sistemas de educación y salud pública y a la creación de empleos.

"Por cada libra que invierte en los refugiados, Gran Bretaña gasta 1.000 en armas, y la beneficiaria de todo esto es la industria armamentista", lamentó Benn.

Según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, los países integrantes de la alianza atlántica excepto Hungría, Polonia y República Checa invierten 466.400 millones de dólares por año en gastos militares.

En el período 1997-1998, Estados Unidos invirtió 271.000 millones de dólares, Francia 47.000 millones, Alemania 39.000 millones, Gran Bretaña 33.000 millones e Italia 24.000 millones.

John Llewellyn, economista jefe de Lehman Brothers, dijo a la BBC que la campaña aérea costará a los países miembros de la OTAN cerca de 3.000 millones de dólares por mes, mientras los costos humanitarios ascenderán a unos 12.000 millones.

En base a otras fuentes, el diario británico The Financial Times estimó que el costo total será de aproximadamente 20.000 millones de dólares mensuales.

Como resultado, el valor de las acciones de las industrias militares se incrementó, y aumentará más cuanto más dure la guerra, señalaron analistas.

Además, pese a "la escasa destrucción de equipos de la OTAN", las industrias de defensa tendrán un beneficio a más largo plazo, ya que se prevé una nueva carrera armamentista, indicó la BBC.

"El derecho de nuestros pueblos a la paz, la salud, la educación y el empleo ya no es aceptado en Europa ni en Estados Unidos", dijo Benn.

La otra víctima de la guerra ha sido la propia democracia.

"¿Cómo pueden los líderes socialdemócratas, herederos de una larga tradición de respeto por el derecho internacional, ceder a la presión de Washington y embarcarse en una aventura militar que no cuenta con ninguna legitimidad internacional?", se preguntó Ignacio Ramonet.

"A ninguno de ellos se le ocurrió dar explicaciones a sus parlamentos antes de ir a la guerra, mucho menos solicitarles permiso para comprometer a sus fuerzas armadas en el conflicto", señaló.

Benn estuvo de acuerdo. "El parlamento británico fue completamente pasado por alto", dijo.

Aunque la limpieza étnica de albaneses en la provincia serbia de Kosovo es real, la OTAN se negó a actuar en el caso de Turquía, un aliado estratégico acusado de realizar una limpieza étnica de su población kurda, señaló Benn.

Esta doble moral ha convencido a los críticos de izquierda de que el ataque de la alianza atlántica contra Yugoslavia no tiene nada que ver con el objetivo declarado de resolver una crisis humanitaria.

"La OTAN ha reemplazado a las Naciones Unidas y hace lo que se le antoja", concluyó Benn. (FIN/IPS/tra-en/dds/ak/mlm/ip/99

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