El secretario general de la ONU, Kofi Annan, advirtió hoy que existen varias señales de que se está cometiendo un genocidio en la provincia yugoslava de Kosovo, en un discurso pronunciado ante la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra.
"El genocidio es la peor de las formas de violación de los derechos humanos en la historia de la humanidad. Si bien no tenemos observadores independientes en Kosovo, varias señales indican que allí se está perpetrando un nuevo genocidio", alegó Annan, y citó las masacres cometidas en Camboya, Ruanda y Bosnia.
"La campaña sistemática de limpieza étnica realizada por las autoridades serbias de Kosovo parece dirigirse hacia un único objetivo: expulsar o eliminar a la mayor cantidad posible de albaneses que viven en Kosovo. Así, niegan los derechos básicos a la vida, la libertad y la seguridad de todo un pueblo", agregó.
La advertencia de Annan, realizada el mismo día que el Departamento de Estado estadounidense dio a conocer los nombres de los nueve comandantes del ejército yugoslavo que cometieron crímenes de guerra en Kosovo, hizo que aumentara la presión sobre Belgrado para que se someta a los parámetros de derechos humanos.
Annan se mantuvo apartado del conflicto de Kosovo, y delegó responsabilidad en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el Grupo de Contacto de seis países, que son Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Rusia y Estados Unidos.
El secretario general condenó discretamente los ataques de la OTAN a Yugoslavia, que llevan dos semanas, por no haber pedido autorización al Consejo de Seguridad de la ONU.
Annan "no tiene intenciones de sumergirse en una crisis en la cual su intervención no puede ser de gran utilidad. Preferiría mantenerse fuera, hasta que surja algo útil para hacer", explicó el portavoz de la ONU, Fred Eckhard.
Sin embargo, Annan advirtió que los países deben condenar las brutalidades cometidas en Kosovo alegando que si se permite que "la ONU se convierta en el refugio de los perpetradores de limpiezas étnicas y de asesinos de masas", traicionará los ideales que inspiraron la fundación del organismo mundial.
En tanto, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, James Rubin, anunciaba en Washington que nueve comandantes yugoslavos podrían ser perseguidos "no sólo por los crímenes que cometieron, sino también por no impedir que se cometieran o por no perseguir a los criminales".
El mensaje implícito de las declaraciones hechas este miércoles por Estados Unidos y la ONU es que el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, y sus altos funcionarios pueden ser acusados de genocidio, si continúan acosando y expulsando a la mayoría albanesa de Kosovo.
Rubin señaló que "el presidente Milosevic es políticamente responsable de lo que sucede en Kosovo". (SIGUE/2-E