El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, exacerbó el sentimiento de su nación a favor de la acción militar de la OTAN contra Yugoslavia al rechazar la oferta de tregua y negociación de ese país.
Una encuesta realizada por el diario The Washington Post y la cadena de televisión ABC reveló que 68 por ciento de los ciudadanos apoyan la campaña aérea, frente a 55 por ciento la semana pasada, y que 55 por ciento aceptarían enviar fuerzas de tierra a Kosovo si los ataques aéreos no lograran sus objetivos.
La campaña militar, comenzada el 24 de marzo, tiene por finalidad el retiro de las fuerzas serbias de la provincia separatista de Kosovo, de mayoría albanesa, y la aceptación incondicional de un acuerdo de paz inspirado por Occidente por parte del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic.
En el ambiente político estadounidense también aumenta el apoyo a Clinton. Muchos legisladores que inicialmente eran escépticos o ambiguos sobre la decisión presidencial de ir a la guerra, ahora apoyan duras medidas militares.
Un puñado de congresistas demócratas aún están preocupados por la posibilidad de "un segundo Vietnam" en los Balcanes, pero la mayor parte de la oposición procede del Partido Republicano, profundamente dividido en internacionalistas y aislacionistas.
Un factor fundamental en el aumento del respaldo a la acción de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), según analistas, fue la cobertura televisiva del éxodo forzado de hasta un millón de kosovares de origen albanés hacia Albania, Macedonia y la vecina república yugoslava de Montenegro.
"¿Qué determina la opinión pública? La respuesta es las imágenes", señaló William Schneider, analista político del canal de televisión para abonados CNN.
Agregó que las imágenes transmitidas por los principales canales de Estados Unidos recordó a los ciudadanos la pesadilla de la segunda guerra mundial, recientemente revivida por dos películas ganadoras de premios Oscar, "Rescatando al soldado Ryan" y "La vida es bella".
Fortalecido por la opinión pública, Clinton rechazó el martes una declaración unilateral de tregua de Yugoslavia con motivo de la Pascua de los cristianos ortodoxos.
La oferta, anunciada en la televisión estatal yugoslava, incluía planes para el retorno de los desplazados albaneses a Kosovo y la negociación de un "acuerdo final" con Ibrahim Rugova, el líder kosovar que promueve la resistencia no violenta contra la dominación serbia de la provincia.
La Casa Blanca rechazó inmediatamente la propuesta, arguyendo que ni se acerca a las condiciones planteadas por la OTAN para suspender su campaña de bombardeo de objetivos militares.
El secretario de Defensa, William Cohen, calificó la oferta de tregua de "no sólo inaceptable, sino también absurda" antes de partir hacia Bruselas para reunirse con sus homólogos de la alianza atlántica.
Una declaración oficial del Departamento de Estado señaló el martes que la oferta de Belgrado dejó en el aire varias preguntas clave a las cuales la OTAN exige respuestas positivas.
Las interrogantes son si Belgrado está dispuesto a retirar sus fuerzas militares, policiales y paramilitares de Kosovo, si aceptará el despliegue en la provincia de una fuerza de seguridad internacional, si permitirá el retorno incondicional de todos los refugiados y su acceso a ayuda humanitaria, y si aceptará un acuerdo que otorgue autonomía a Kosovo por tres años al menos.
La declaración también exhortó a las autoridades yugoslavas a permitir que Rugova -interlocutor favorito de Washington sobre Kosovo hasta el surgimiento el año pasado del Ejército de Liberación de Kosovo- se reúna con representantes de la OTAN fuera de Yugoslavia, "libre de posibles intimidaciones".
El rechazo a la oferta de Yugoslavia se produjo tras dos días de redoblados bombardeos de la OTAN contra objetivos militares en Kosovo y el resto de Serbia, posibilitados por el primer cielo despejado sobre la región desde el comienzo de los ataques.
Pese al bueno tiempo, un ataque contra un objetivo en la localidad minera de Aleksinac, en el centro de Serbia, alcanzó una zona residencial y provocó la muerte de 12 civiles al menos.
Aún es pronto para determinar si el incidente puede afectar la opinión pública de Estados Unidos o los otros 18 países miembros de la OTAN, que hasta ahora se han mantenido unidos sobre el curso de la guerra, según Washington.
Por ahora, la línea dura de Clinton hacia el gobierno de Milosevic parece gozar de un fuerte y creciente apoyo de su pueblo. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/mlm/ip/99