VENEZUELA: Primer referendo de la historia, test sobre Chávez

El primer referendo de su historia, que realizará Venezuela este domingo, decidirá si una Asamblea Constituyente transforma la estructura del Estado, pero semeja también un crucial test sobre la recién comenzada gestión del presidente Hugo Chávez.

Más de 11 millones de electores fueron llamados a decir Sí o No a la convocatoria de una Constituyente, y a las bases para definir sus limites y elegir sus miembros, en cumplimiento de la oferta electoral de Chávez, favorecida en diciembre por 56 por ciento de votantes.

El referendo es una figura inédita en la historia venezolana, y esta primera vez que se convoca debe encarar nada menos que la "refundación de la república" o, según palabras de Chávez, "salvar a Venezuela del pantano en que lo sumieron 40 años de demagogia".

En los deseos de cambio le acompaña la inmensa mayoría de la población venezolana. Un independiente que fue rival de Chávez en diciembre y también ofertó cambios alcanzó casi 40 por ciento de votos y el actual presidente mantiene una aceptación popular de más de 80 por ciento según encuestas.

"Votaré doble Sí, lo importante es que haya un cambio", expresó Carmen Peña, una joven empleada en Caracas. Raúl Boscán, un vendedor ambulante en Maracaibo, la capital petrolera de occidente, dijo que "Ya nos montamos en este burro (la opción Chávez) y ahora debemos arrearlo".

La asistencia a las urnas es la mayor incógnita del referendo de este domingo, pues no existe tradición para este tipo de ejercicios, la publicidad ha sido prácticamente nula y los opositores de Chávez maniobraron apostando a la abstención.

Una encuesta de la firma Mercanálsiis en las siete principales ciudades, divulgada este viernes, indicó que 75,7 por ciento de los 1.000 consultados acudirá a votar. Otra, encargada por el partido opositor socialdemócrata Acción Democrática, indicó que sufragará 54 por ciento del padrón electoral.

En los sondeos, el SI gana de manera abrumadora en la primera pregunta y con cifras menores en la segunda, sobre las que existe desconocimiento y confusión, por falta de información y por la labor de los adversarios de Chávez.

La oposición y abogados independientes lograron que la Corte Suprema de Justicia prohibiera a Chávez convocar la asamblea "como poder constituyente originario", lo que le daría la posibilidad de asumir funciones de los tres poderes públicos, durante los seis meses en que redactará la Constitución.

El duelo por el poder político en Venezuela muestra a Chávez minando la influencia de los partidos tradicionales, sobre todo Acción Democrática (socialdemócrata) y Copei (socialcristiano), y a éstos atacando la que consideran intención del presidente de implantar una dictadura.

Chávez sostiene sus propuestas de rehacer los poderes constituidos en Venezuela y adelantó que pedirá a la Constituyente, apenas se instale en julio, que disuelva los actuales Congreso y Corte Suprema, además de poner su propio cargo a disposición de la nueva Asamblea.

En paralelo, Chávez recibió este viernes del Congreso una Ley Habilitante para que dicte medidas económicas de urgencia, principalmente orientadas a enjugar el déficit fiscal para 1999, cifrado en nueve puntos del producto bruto (9.000 millones de dólares), la mitad del presupuesto ordinario anual.

Las dificultades económicas de Venezuela, marcadas por merma del ingreso petrolero, caída del PIB durante 20 años, pobreza que toca a 80 por ciento de la población y parálisis del aparato productivo, obran como telón de fondo para la elección de Chávez y para la lucha política que le siguió.

Así, la confrontación por la Ley Habilitante y a propósito del referendo, que copó la escena venezolana desde diciembre y con énfasis desde que Chávez asumió el 2 de febrero, dio a la consulta del domingo un sesgo de plebiscito a favor o en contra de Chávez.

En la contienda, Chávez quedó con los partidos de su Polo Patriótico (casí toda la izquierda y militares retirados) y escaso apoyo en los medios de comunicación. La cúpula de los empresarios y de la Iglesia Católica ha mantenido distancia y los militares activos no pueden pronunciarse.

En la acera del frente, al lado de políticos tradicionales, el grueso de los líderes de opinión, importantes medios de comunicación, articulistas de prensa y conductores de programas audiovisuales, así como la mayoría de juristas y economistas con presencia pública, se oponen al mandatario.

La contienda se pobló de paradojas. Una muy notoria es que el principal rival de Chávez en la campaña de 1998, el empresario independiente Henrique Salas, adversario de la Constituyente, anunció ahora que buscará un asiento en esa asamblea.

Otro tanto han hecho juristas y otras figuras públicas que adversaron con dureza tanto las formas como la idea misma de una Constituyente. En la batalla de argumentos, gran parte de la oposición ha criticado la Asamblea al dar por hecho que seguidores de Chávez conseguirán una abrumadora mayoría.

El ex presidente Rafael Caldera (1969-1974 y 1994-1999), socialcristiano independiente que fue coredactor de la vigente Constitución de 1961, dijo que se abstendrá de votar debido al rumbo "amenazante" para la democracia del proceso.

Chávez, más que el primero casi el único propagandista por el SI, espetó a sus rivales: "No pretendan cortarle las alas a un pájaro que está volando. Venezuela está ante una situación revolucionaria, y si no somos capaces de lograr esa transformación pacíficamente, el pueblo nos pasará por encima". (FIN/IPS/jz/eg/ip la/99

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