Los votantes de Venezuela refrendaron con un avasallador 92 por ciento que una Asamblea Constituyente refunde políticamente el país, pero con una abstención igualmente récord, de 60 por ciento, que debilita al proceso.
Las lecturas sobre el resultado del primer referendo de la historia de Venezuela, resultan opuestas desde las filas del gobierno y la oposición, incluso sobre el significado que tiene para el presidente Hugo Chávez y su incipiente gestión.
Chávez es el gran promotor de la Asamblea, como vía para transformar en paz y dentro de la legalidad los fundamentos de la democracia venezolana, y convocó a la consulta al asumir la presidencia, el 2 de febrero.
El presidente declaró que "me siento dichoso por el resultado y un triunfador junto con el pueblo" y añadió que la gran votación "ratificó el respaldo que recibí en diciembre", cuando fue electo presidente con 56 por ciento de los votos.
Chávez negó que la abstención deslegitime la vía escogida para "hacer surgir mediante una revolución una democracia nueva de la mano del pueblo y en paz", porque "la abstención no mide un referendo" y el respaldo se logró sin haber campaña por el SI.
Los votos respaldaron la escogencia a fines de junio de 131 miembros de la Asamblea, que se instalaría el 5 de julio y funcionará seis meses, para en enero refrendarse en otra consulta el texto de la Constitución del 2000, que reemplazará la de 1961.
"Hay la imagen de una victoria que no se completó", argumentó Carlos Blanco, ex presidente de una ahora extinta Comisión para la Reforma del Estado en los primeros años de la década y adversario de Chávez, aunque respalda la Asamblea.
"El mensaje es claro: el cambio es indetenible pero el presidente debe comprender que ahí no se agota la agenda y que hay una emergencia económica que debe atenderse", dijo a IPS el vicepresidente del Congreso, el opositor Henrique Capriles.
"Dentro de la abstención hay una crítica silente a Chávez, su inacción en enfrentar la honda crisis económica y su estilo de confrontación con los otros poderes", abundó Capriles, un independiente de las filas socialcristianas que a los 26 años se estrenó en la política presidiendo a la Cámara de Diputados.
De las dos preguntas del referendo, la que consultó la convocatoria a la Asamblea obtuvó 92 por ciento de los votos validos, según el computo de 81 por ciento de los sufragios.
La segunda pregunta, refererida a la elección de los 131 constituyentes y los límites de su tarea, obtuvo 87 por ciento de apoyo, de acuerdo a computos que según el Consejo Nacional Electoral no variarán en su tendencia cuando se totalicen.
En esas bases quedó fijado que la mayoría de sufragantes definía el resultado, sin necesidad de la participación de más de la mitad de electores en el referendo.
El analista Fausto Masó se sumó a quienes leyeron una derrota para Chávez en los resultados del domingo, pero que puede ser "muy benéfica para el presidente si sabe leerla".
Masó citó entre los beneficios que ahora la Asamblea puede "no ser sólo un proyecto chavista", que de ella puede surgir "la matriz de la oposición que pide el presidente y que no existe" y que "las derrotas enseñan más que las victorías y eso lo sabe el político y militar que hay en Chávez".
Chávez es un teniente coronel retirado de 44 años, que en 1992 intentó tomar el poder por las armas, y supo encarnar la rabia popular contra los políticos tradicionales y su mala conducción, con un discurso de hondo contenido social.
La mayor abstención registrada hasta ahora en Venezuela era de 54 por ciento, durante las elecciones regionales y municipales de 1995, y los analistas destacan que si bien Chávez mantuvo el caudal de votación de diciembre "sufrió una clara erosión al no lograr sumar nuevos adeptos a su causa", como expresó Blanco.
"Chávez fue derrotado con esa escuálida participación", expresó Alberto Franceschi, dirigente del Proyecto Venezuela, la emergente fuerza centroderechista cuyo candidato, Henrique Salas, escoltó al presidente en los comicios de diciembre.
Desde el Polo Patriótico, la alianza de izquierda y antiguos militares golpistas que apoya a Chávez, el análisis es distinto, si bien indican que la abstención "debemos leerla todos, el gobierno y también la oposición, que nunca presentó una alternativa y se opuso a Chávez sin dar la cara".
Javier Elechiguerra, procurador (abogado) del gobierno, aseguró que "lo contundente es como triunfó el SI a un cambio radical con una Asamblea". "Medir la abstención en comparación con una elección distinta es una argucia de quienes no quieren percibir la realidad", argumentó.
"Chávez fue el gran ganador, sacó solo contra todos un apoyo arrollante, sin existir campaña y sin que la oposición partidista se manifestase", aseguró Aristóbulo Istúriz, ex alcalde de Caracas y el parlamentario considerado más brillante del Polo.
El gobernador del occidental y petrolero estado de Zulia, Francisco Arias, uno de los comandantes que acompañó a Chávez en su alzamiento, dijo que "ésta es la primera ocasión en la historia del país que no se acarreó a la gente a las urnas".
"Quienes fueron a votar lo hicieron por motivación", añadió Arias, para recordar que hasta ahora los dos grandes partidos tradicionales y los otros grupos políticos realizaban grandes operativos para llevar a sus militantes a votar.
Los exponentes del bipartidismo que dominó la escena política hasta que Chávez los desalojó del poder, el socialdemócrata Acción Democrática (AD) y el socialcristiano Copei, se mantuvieron ausentes de la capaña, y el primero dejo en libertad a su militancia y el segundo apostó por el SI.
La directiva de Copei coincidió que la abstención tiene un peso relativo en un referendo, pero el secretario general de la organización, Donald Ramírez, afirmó que Chávez debe leer "que el pueblo exige que los cambios avancen en medio de la concertación y no de la crispación". (Fin/IPS/eg/99