VENEZUELA: El hundimiento del consumo debilita la inflación

Venezuela tuvo en marzo la menor inflación en más de una década, pero esa anhelada noticia tiene la cara oscura de obedecer a una brutal caída del consumo, impulsada por la recesión y el desempleo, admitieron autoridades este viernes.

El índice de precios al consumidor aumentó en 1,2 por ciento, un nivel mensual que no se lograba desde enero de 1989, un mes antes que Venezuela entrase por vez primera en la senda neoliberal de los programas de ajuste, que ha abandonado y retomado a lo largo de esta década.

El director del Banco Central, Domingo Maza, reconoció que el descenso en el ritmo de la inflación tiene "como principal factor, lamentablemente, la recesión económica, que influye en una baja del consumo y la inversión".

Por vez primera en 20 años, los precios de los alimentos y las bebidas tuvieron un retroceso de -0,1 por ciento, mientras que los de los gastos diversos desaceleraron desaceleraron su ritmo y sólo vestidos y calzado tuvieron tasas superiores a febrero, al concluir la alargada etapa de ofertas en los comercios del ramo.

La tasa de inflación "no es un logro de la política económica" del gobierno del teniente coronel retirado Hugo Chávez, quien asumió hace dos meses, al frente de una alianza de la izquierda con antiguos militares golpistas de posiciones nacionalistas, subrayaron economistas como Tomás Socías.

Maza planteó que el debilitamiento de la inflación también se debió a la estabilidad cambiaria, en un mes durante el cual el bolívar tuvo días en que apreció su valor frente al dólar, y a otros factores positivos como el adecuado abastecimiento.

La demanda de alimentos se ha contraido en niveles que los economistas, cientistas sociales y comerciantes califican de alarmante, ante la intensidad de la recesión que incrementó la desocupación en unos tres puntos durante el primer trimestre.

Los mayoristas de alimentos aseguran que el consumo de alimentos cayó entre 8 y 12 por ciento los dos primeros meses del año, un comportamiento que no se mantendría porque "la población ya no está en capacidad de dejar de consumir más", dijo Luis León de la firma de mediciones Datanálisis.

Jaime Luzardo y Zaida Montes, una pareja con dos hijos y en que sólo el esposo tiene trabajo como soldador, después que ella fue despedida en enero, confirmaron este viernes en el centro de Caracas esa percepción.

"Sólo gastamos en pasajes, comida y pagar la luz porque el teléfono lo dejamos perder y la casita es propia y la escuela casi gratis, pero hemos dejado de comprar refrescos, carne y casi todo y aún así no alcanza", explicó Montes.

La canasta alimentaria familiar cuesta unos 210 dólares mensuales, mientras que el salario mínimo es de 170 dólares, y ese es el que cobran más de 50 por ciento de los empleados.

El gobierno fijó la meta de inflación del año entre 20 y 24 por ciento, la más baja en 16 años, lo que Maza consideró que puede alcanzarse si se mantiene la disciplina fiscal y se limita el deficit previsto de 9.000 millones de dólares, nueve puntos del producto interno bruto (PIB).

Maza también consideró necesario que se produzca un repunte de los precios del petróleo, se mantiene como se espera la estabilidad monetaria y los sectores económicos cooperan en contener los precios, aunque se reactive el aparato productivo y el consumo.

El directivo del Banco Central adelantó que la recuperación de la economía será difícil a corto plazo, pero que el gobierno tiene que promover de inmediato programas de empleo, "colocar en la mayoría social ingresos de los que ahora carece".

El salario real venezolano retomó su caída desde el segundo semestre de 1998, cuando descendió 3,15 por ciento, como uno de los impactos del desplome de los precios del petróleo, el sostén de la economía local.

"Eso después que en los últimos cinco años, el ingreso familiar del venezolano cayó 35 por ciento", puntualizó León.

León recordó que en los últimos nueve meses creció en tres puntos la tasa de ocupados en el sector informal, que ahora es de casi 53 por ciento, mientras tan sólo en 1998 en el sector industrial se perdieron 120.000 empleos.

Chávez dijo el 25 de marzo que el desempleo abierto bordea 16 por ciento, en un país con una población económicamente activa de más de nueve millones de personas. Esa tasa se acerca a 19 por ciento en el caso de las mujeres, que son el único sostén de 70 por ciento de los hogares más pobres.

Aseguró que su gobierno heredó no una crisis, sino una catástrofe, con una situación socioeconómica "macabra y terrible", que se resume en que más de 80 por ciento de la población vive en pobreza y la mitad en pobreza crítica.

Además, Chávez afirmó que la economía promedió una caída de uno por ciento anual en el PIB y la inflación un aumento de 30 por ciento, durante las últimas dos décadas.

Este año, el presidente fijó como meta una crecimiento cero, que la ministra de Hacieda, Maritza Izaguirre, puntualizó que sólo será posible si el recien iniciado repunte de los precios del petróleo activa la economía en el último cuatrimestre.

De no ser así, la ministra ha adelantado que el PIB caerá en torno a dos por ciento, lo que León duplica y Socías lleva a un nivel de 15 por ciento, si el comportamiento del aparato productivo y la inversión no corrige su tendencia actual. (Fin/IPS/eg/if la/99

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