VENEZUELA: Diplomacia de Caracas se desmarca de Estados Unidos

La diplomacia de Venezuela tomó hoy distancia de Washington, luego que el canciller José Vicente Rangel aseveró que recibió y rechazó "presiones" de la embajada de Estados Unidos durante los escasos 80 días que el presidente Hugo Chávez lleva en el poder.

Como muestra de ese distanciamiento, Rangel dijo que Venezuela votará a favor de China, Cuba e Irán cuando se discuta en Ginebra la situación de derechos humanos en esos países.

Una asamblea del Polo Patriótico, alianza de izquierdistas y de militares retirados que apoyaron la elección de Chávez, sirvió a Rangel para exponer posiciones del nuevo gobierno venezolano.

"Hemos condenado el hecho de convertir a la OTAN en policía del mundo en los salvajes bombardeos de Yugoslavia, al mismo tiempo que rechazamos cualquier tipo de limpieza de carácter étnico", postuló Rangel a propósito del conflicto balcánico.

Con respecto a la defensa internacional de los derechos humanos dijo que ordenó a la delegación venezolana ante los organismos de las Naciones Unidas en Ginebra votar a favor de China, Irán y Cuba.

Se trata de tres de los países constantemente adversados, por Estados Unidos y sus aliados, a propósito del respeto por los derechos fundamentales. Venezuela en varias oportunidades ha respaldado las tesis de Washington.

Rangel explicó la nueva posición aludiendo a Cuba "porque mientras haya bloqueo y embargo contra un tercer país pequeño -lo cual constituye la mayor violación de los derechos humanos- nadie tiene derecho a reclamar respeto a esos derechos".

El ahora canciller se hizo un activo defensor de los derechos humanos cuando fue diputado en los años 60. Luego, en 1973, 1978 y 1983, fue candidato presidencial de formaciones de izquierda.

Venezuela, como otros países latinoamericanos, ha condenado desde hace años y en distintos foros el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, y esa posición la ha reiterado Chávez, pero es la primera vez, desde que asumió el 2 de febrero, que Caracas enfrenta a Washington de modo tan abierto.

Chávez, elegido con 56 por ciento de sufragios en diciembre, dirigió en 1992 una cruenta asonada golpista, siendo teniente coronel del ejército, y la oposición le acusa de buscar quebrantar la legalidad hasta implantar una dictadura.

Hace una semana, un portavoz del Departamento de Estado en Washington, James Foley, dijo que Estados Unidos está interesado en que Chávez "gobierne de manera acorde con la Constitución y tradiciones democráticas".

Rangel produjo entonces una declaración insistiendo en que la "voluntad democrática" de Chávez "ha sido suficientemente demostrada", al liderar un proceso para que sea el pueblo el que se pronuncie sobre si una asamblea constituyente debe rehacer la estructura del Estado y relegitimar los poderes públicos.

Rangel no explicó si las "presiones" recibidas de la embajada estadounidense se refieren a temas de política internacional o por la negociación pendiente de un acuerdo bilateral de protección y promoción de inversiones, piedra en el zapato para el flujo de capitales Washington-Caracas.

En el escenario interamericano, Caracas resulta un renovado obstáculo para la política estadounidense de aislar a Cuba. Chávez dijo a poco de ser elegido que los gobiernos de Washington y La Habana "son para nosotros iguales, porque la patria es América", según una expresión del libertador Simón Bolívar.

Chávez y el presidente cubano Fidel Castro han intercambiado elogios y disposiciones de intensificar la cooperación, pero siempre en encuentros grupales, como por ejemplo en su reunión de enero en La Habana con su colega Andrés Pastrana para apoyar el proceso de paz en Colombia.

Durante la cumbre de la Asociación de Estados del Caribe, la semana pasada en Santo Domingo, Chávez propuso incluir a Cuba en el Pacto de San José, por el que México y Venezuela se reparten el suministro de 160.000 barriles diarios de petróleo a 11 países de América Central y el Caribe, financiando parte de la factura.

Rangel se preguntó, ante la asamblea del Poplo Patriótico que le vitoreó largamente, "?en nombre de qué se reclama respeto a los derechos humanos cuando se mantiene por más de 40 años un embargo miserable contra un país pequeño como Cuba?"

Abundó el canciller -a quien Chávez pidió que actuase como jefe de la diplomacia y "voz política" del gabinete- al decir que el embargo contra Cuba "además de acto que desafía el Derecho Internacional, ha resultado una estupidez".

Ello porque "al cabo de 40 años de bloqueo, el régimen de Fidel Castro sigue gobernando la isla, lo cual indica que, por lo menos desde ese punto de vista, es un fracaso".

"Lo que digo en público lo digo en privado", añadió Rangel, por lo que el embajador estadounidense, John Maisto, "sabe perfectamente cual es la posición de la cancillería".

El ministro del Interior, Luis Miquilena, otro antiguo izquierdista, dijo en la misma asamblea que "por fin tiene voz el pueblo venezolano, que hasta ahora había sido mudo".

"Preferimos morirnos de hambre antes que bajar la cabeza ante los poderosos que pretenden someternos", agregó Miquilena.

Maisto ha dicho que las relaciones entre su país y Venezuela "son excelentes", en tanto ha disminuido el "perfil" de su actividad, que se mantuvo alto con constante presencia pública en los meses finales del gobierno de Rafael Caldera (1994-1999).

El retraimiento de Maisto fue más marcado después que Rangel se refirió a él como "el locuaz embajador" de Estados Unidos, un diplomático de carrera que ha servido en Chile y en Nicaragua antes de Venezuela.

Chávez visitó al mandatario estadounidense Bill Clinton en enero, cuando todavía era presidente electo, y se prevé otro viaje suyo a Washington en junio, para una nueva entrevista con el jefe de la Casa Blanca. (FIN/IPS/jz-eg/la ip 99)

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