URUGUAY: Tres favoritos a gobernar en el comienzo de siglo XXI

Jorge Batlle, del gobernante Partido Colorado, Tabaré Vázquez, del izquierdista Frente Amplio, y Luis Alberto Lacalle, del Partido Nacional, disputarán el 31 de octubre la Presidencia de Uruguay, según los datos oficiales de los comicios internos del domingo divulgados hoy.

Estos resultados, dados a conocer por el Ministerio del Interior, indican que ninguno de ellos deberá esperar el pronunciamiento de la convencion partidaria, porque todos superaron los mínimos legales exigidos.

Nuevas normas electorales plebiscitadas en 1996 establecen que los candidatos surgen de quienes en las eleciones internas simultáneas obtengan en sus respectivos partidos más de 50 por ciento de los votos, o 40 por ciento con una diferencia de 10 por ciento con el segundo.

En caso contrario, para definir el candidato hubiera sido necesario una negociación entre los 500 integrantes de las convenciones partidarias, que también fueron elegidos el domingo.

El total de habilitados para votar fue de 2,4 millones sobre un total de 3,2 millones de habitantes. En estas elecciones, a diferencia de las nacionales, el voto no es obligatorio.

Aunque el escrutinio no es definitivo, la proyección del resultado oficial indica que nada cambiará. El total de votantes fue de alrededor de 54 por ciento del los habilitados, dijeron a IPS fuentes de la Corte Electoral, máximo organismo oficial en materia de comicios.

En el Partido Colorado, Batlle obtuvo 55,12 por ciento de las adhesiones y el senador Luis Hierro alcanzó 43,9 por ciento, sobre un total de 473.981 votos emitidos para esta fuerza política, que tuvo otros tres candidatos minoritarios.

Batlle, de 71 años de edad, disputará el sillón presidencial por quinta vez en su vida política. Se postuló y fue derrotado en 1966, 1971, 1989 y 1994.

Integrante de una familia tradicional en la historia política uruguaya, Batlle encabeza en el Partido Colorado un sector opuesto al del presidente Julio María Sanguinetti.

El derrotado Luis Hierro integra el círculo más estrecho del actual mandatario. Sin embargo, tras los comicios ambos se comprometieron a conjugar esfuerzos para triunfar en las elecciones de octubre.

En el Partido Nacional, aliado del Colorado en el gobierno, el ex presidente (1990-1995) Luis Alberto Lacalle obtuvo 48,2 por ciento de los votos, con lo que venció a su rival Juan Andrés Ramírez (31,2 por ciento).

Los nacionalistas (o blancos) obtuvieron un total de 368.172 votos y presentaron cinco aspirantes a la candidatura presidencial del partido.

El principal aliado de Sanguinetti en la coalición de gobierno, el nacionalista Alberto Volonté, obtuvo apenas 10 por ciento de los votos de su partido.

Con este resultado, Lacalle, de 58 años, superó en las urnas el impacto político del procesamiento judicial por actos de corrupción de varios integrantes de su gobierno, entre ellos el ex ministro de Economía y ex presidente del Banco Central Enrique Braga.

La convocatoria al voto ético y las críticas hacia esos funcionarios fueron los principales argumentos de Ramírez, quien adelantó este lunes que no está dispuesto a apoyar a Lacalle pese a su victoria en las internas.

Dentro del Frente Amplio, coalición integrada, entre otros, por socialistas, comunistas, ex comunistas, independientes, democristianos y ex guerrilleros tupamaros, el socialista Vázquez obtuvo una abrumadora victoria sobre el senador Danilo Astori.

Vázquez, que ya fue candidato presidencial en 1994 y condujo el gobierno municipal de Montevideo entre 1990 y 1995, logró 82,4 por ciento de las adhesiones dentro de la coalición.

Astori, su rival, alcanzó 17,6 por ciento, una cifra pequeña sobre el total de 389.144 votantes de esta fuerza política, pero que marca una ruptura en los métodos históricos de selección del candidato utilizados por los frentamplistas.

Hasta ahora, la cúpula de este partido elegía un candidato presidencial único que competía con múltiples postulantes presidenciales de los restantes partidos.

Las nuevas normas impiden que a partir de ahora exista una multiplicidad de candidatos por cada partido.

En el total de los votos emitidos en todo el país, el Frente Amplio quedó ubicado en segundo lugar detrás de los colorados.

Sin embargo, analistas políticos, exhortaciones públicas y declaraciones de votantes parecen indicar que un número indeterminado de simpatizantes de Vázquez se volcaron a votar por Batlle por razones diversas, pues daban por descontado el triunfo del líder frenteamplista en las internas.

El analista de la consultora Cifra Luis Eduardo González dijo que la elevada votación de los colorados puede indicar que "el voto extrapartidario haya sido importante".

Algunos votantes frentemplistas admitieron este lunes en una emisora radial que votaron a Batlle como forma de castigo al gobierno y porque "es más fácil" negociar con él políticamente.

"Rompimos el aparato del gobierno", afirmó uno de los consultados.

Si el ganador de las elecciones nacionales no triunfa por más de 50 por ciento de los votos, deberá competir con el que le sigue en una segunda vuelta que se realizará el último domingo de noviembre.

En este último caso, las simpatías o antipatías de los candidatos y la conducta que asuman los derrotados en las elecciones internas puede ser decisiva para la elección del presidente que conducirá el destino de Uruguay a partir de marzo del 2000. (FIN/IPS/rr/mj/ip/99

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