TIMOR ORIENTAL: Violencia en medio de débil proceso de paz

Joao da Silva Tavares puede no ser tan conocido como el luchador por la independencia de Timor Oriental, José Alexandre "Xanana" Gusmao, pero eso está cambiando a medida que sus fuerzas continúan con sus ataques relámpago en el territorio ocupado por Indonesia.

Tavares es el nuevo líder de los grupos a favor de la integración con Indonesia que en los últimos meses lucharon contra los seguidores de Gusmao, cometiendo toda clase de actos de intimidación.

El 5 de este mes, grupos paramilitares a favor de la integración balearon una iglesia católica en Liquicia, 28 kilómetros al oeste de la capital, Dili, donde se habían refugiado 1.500 personas.

El obispo Carlos Belo, ganador del premio Nobel de la paz, sostuvo que por lo menos 40 personas murieron en el ataque, pero el ejército indonesio en Timor Oriental sólo confirmó cinco muertes.

Aunque la cantidad de muertos en el incidente sigue siendo impreciso, es innegable que la violencia se intensificó desde enero, cuando Indonesia anunció que consideraría la posibilidad de conceder la independencia a este territorio.

Timor Oriental, que representa la mitad de la Isla de Timor, fue una colonia portuguesa hasta 1975, cuando tropas indonesias la invadieron para evitar que las fuerzas independentistas tomaran el control.

En 1976, Indonesia hizo de Timor Oriental su provincia número 27, acción que nunca fue reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El movimiento independentista tampoco dejó de luchar, aunque sus enfrentamientos con el ejército indonesio se volvieron menos intensos en los últimos años.

Los 800.000 timorenses se encontraron en medio del fuego cruzado una vez más, luego de que el presidente indonesio B.J. Habibie repentinamente anunciara en enero que Indonesia consideraría la posibilidad de la independencia de la provincia si sus habitantes realmente lo deseaban.

Al mes siguiente, miles de personas se congregaron en la cancha de fútbol de Atabae, en el distrito de Bobonaro, 40 km al este de Dili, para presenciar el reconocimiento formal de Tavares como comandante supremo de las fuerzas de la integración.

"Luchamos por la primera opción ofrecida por Indonesia, es decir, por la autonomía ilimitada", dijo Tavares luego de recibir su nuevo título.

"Amamos Indonesia hasta la muerte. Amamos el rojo y el blanco (los colores de la bandera indonesia). Los portugueses nos abandonaron en la guerra pero Indonesia nos ayudó. Indonesia no invadió este territorio sino que nos ayudó", agregó.

Desde entonces, las denuncias de asesinatos, secuestros y otros actos de terrorismo e intimidación aumentaron, a medida que los grupos de Tavares y Gusmao pelean por el territorio.

Se calcula que los grupos que apoyan a Tavares conforman un movimiento armado de 2.400 personas, equipado con aproximadamente 2.500 armas diversas, sin incluir las armas tradicionales como lanzas, espadas, arcos y flechas.

Muchos creen que el ejército indonesio está detrás de los grupos liderados por Tavares y constituye su principal fuente de armas y municiones.

Yakarta lo niega. El ministro de relaciones exteriores de Indonesa, Ali Alatas, dijo que el ejército sí entrenó civiles en Timor Oriental, pero como parte de un programa para fortalecer la fuerza policial.

Algunos timorenses afirman que los hombres que conforman las fuerzas de integración no son inexpertos, porque pelearon en la guerra civil de 1975.

Por su parte, Gusmao divulgó una declaración la semana pasada, en la que dijo que el gobierno de Indonesia da armas a los grupos a favor de la integración para crear caos y evitar la votación que se espera realizar en julio.

Las conversaciones entre Indonesia y Portugal el mes pasado resultaron en la decisión de realizar una votación para determinar el futuro de Timor Oriental. Los detalles se discutirán en una próxima reunión.

Gusmao ordenó anteriormente a sus seguidores no recurrir a la violencia. Pero el deterioro de la situación llevó al líder de la guerrilla, que está bajo arresto domiciliario en Yakarta, a instar a los grupos por la independencia a tomar nuevamente las armas.

Gusmao realizó ese llamado unos días antes del ataque de Liquicia.

Incluso antes de eso, la facción armada del movimiento por la independencia, Falintil, tuvo roces con el ejército y los grupos por la integración.

Recientemente, Falintil atacó la estación militar de Alas en el distrito de Manufahi y se hizo de por lo menos 37 rifles y 3.000 municiones.

El movimiento independentista también reconoció haber participado en un sangriento incidente en el distrito de Baucau el mes pasado, donde dos pobladores fueron asesinados.

En una entrevista televisiva realizada en marzo, Tavares señaló que eso sucedió antes de que Gusmao decidiera poner fin a la tregua y dijo que el líder de la guerrilla detenido ya no era obedecido por sus propios seguidores.

"Algunos piensan que Xanana es la solución clave para el problema de Timor Oriental", dijo Tavares. "Ahora deberían comenzar a pensar que pueden estar equivocados".

Los independentistas afirman que mostrar división en las filas de la resistencia es precisamente la estrategia de quienes están a favor de la integración.

Muchos timorenses temen que se repitan los hechos de 1975, cuando se desató una guerra total.

Un residente que peleó en 1975 dijo que en esa época el terreno hacía difícil que los "guerreros atacaran y escaparan". Actualmente "hay carreteras. Se puede acceder fácilmente a los 13 distritos de Timor Oriental en sólo un día".

Muchos recurrieron a colgar pancartas en las calles apelando a la paz. En una calle de Dili, un gran cartel dice: "No habrá solución para esta tierra sin tregua entre los timorenses".

Otro cartel hecho a mano recuerda a los transeúntes que "no habrá reconciliación nacional sin tregua".

Muchos timorenses dijeron que no están tan a favor de la "autonomía ilimitada" o la "independencia" como de una vida de paz y oportunidades.

"Mi deseo es principalmente que haya paz en esta tierra, que terminen la guerra y los disturbios, que ya no haya inútiles derramamientos de sangre, la mayoría de gente común como nosotros", dijo Domin Giring, vendedor de combustible.

Graciana Xavier dijo que le importa poco si Timor Oriental obtiene la independencia o sólo la autonomía. Suceda lo que suceda, dijo, "continuaré vendiendo verduras y ganándome la vida con eso".

"Estoy a favor de la independencia si ayuda a crear estabilidad y mantener la paz. Pero también estoy a favor de la autonomía si resulta en un buen ambiente para nosotros", explicó. (FIN/IPS/tra-en/ky/cb/js/at/aq/ip/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe