Timor Oriental debe hallar la vía para evitar que el caos y el derramamiento de sangre se apoderen del territorio en los meses previos al referéndum que decidirá su independencia o su autonomía dentro de Indonesia.
Esa es la conclusión a la que llegó esta semana un seminario organizado por Solidamor, una organización no gubernamental cuyo objetivo es encontrar una solución pacífica al conflicto de Timor Oriental, que lleva más de dos décadas de duración.
Timor Oriental fue colonia de Portugal hasta que las fuerzas portuguesas se retiraron en 1975. Indonesia invadió entonces el territorio, y la anexó como provincia en 1976.
Timorenses de facciones opuestas temen que se susciten violentos enfrentamientos durante los próximos meses, a pesar de la buena voluntad de todos por encontrar una solución política, con la mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Activistas por la independencia denunciaron que Yakarta entregó armas a los grupos a favor de la integración con Indonesia, que aterrorizaron y mataron a civiles timorenses.
Dirigentes integracionistas declararon que se vieron obligados a armarse porque el Fretilin, o sea la guerrilla de la resistencia timorense, los aterrorizaba y los mataba.
Cada grupo dio ejemplos de las atrocidades cometidas por su opositor, en la conferencia de esta semana.
Xanana Gusmao, presidente del Consejo Nacional de la Resistencia de Timor (CNRT), preso en Indonesia, sostuvo que la idea de que la violencia es inevitable entre sus compatriotas fue infiltrada por el gobierno indonesio, para atemorizar a los timorenses y hacerlos elegir la autonomía.
Para Gusmao, el ofrecimiento de Yakarta contiene una amenaza poco sutil, según la cual Timor Oriental debe elegir entre la autonomía amplia y el baño de sangre amplio, según un documento leído por un líder estudiantil timorense en el encuentro de Solidamor.
Xanana alegó que el gobierno de Indonesia advirtió una y otra vez que la independencia conducirá a los timorenses a una guerra civil, y que ahora pretende que sus predicciones se cumplan a cualquier precio.
"Vale la pena señalar que desde la invasión militar y consiguiente anexión hecha por Indonesia en 1976, hasta septiembre del año pasado, los integracionistas jamás se sintieron amenazados por la población civil", indicó Xanana.
"Pero en octubre…se sintieron súbitamente amenazados, de modo que (las fuerzas armadas de Indonesia) armaron a los milicianos rápidamente, para que intimiden y maten a los civiles", agregó.
Dino Patti Djalal, un diplomático de Indonesia, defendió el ofrecimiento de Yakarta argumentando que era lo mejor para Timor Oriental.
Djalal apoyó al canciller de Indonesia, Ali Alatas, que sostuvo que la autonomía es "la perspectiva más realista, más viable, y más pacífica, además de constituir una alternativa justa, entre la integración total y la independencia".
La "autonomía amplia" aún no fue oficialmente definida, pero Djalal explicó que equivale a la libertad en todo menos en la diplomacia, la defensa exterior y los asuntos financieros.
La defensa exterior implica, en la práctica, a las fuerzas armadas indonesias, más conocidas por su eficacia para contener los conflictos internos que por su actividad preventiva en cuanto a peligros externos, por lo que se duda del papel que tendrán los militares en caso de que la población opte por la autonomía.
Djalal aseguró que si Timor Oriental eligiera la autonomía, una propuesta que Yakarta aún está estudiando, los efectivos de ABRI no intervendrían en las cuestiones de seguridad interna del territorio, a diferencia de lo que sucede en otras provincias.
El diplomático dijo creer "no sólo políticamente, sino con toda mi conciencia" que la autonomía conducirá a Timor Oriental por un camino de libertad, reconciliación, paz y prosperidad.
Los independentistas y los integracionistas están de acuerdo, por su parte, en la necesidad de que los timorenses elijan su futuro. Pero no se ponen de acuerdo en el modo de consulta que habría que llevar a cabo.
Los independentistas prefieren el sistema de "un hombre, un voto", por tratarse, según ellos, del más democrático. Pero los integracionistas alegan que los timorenses no están preparados para participar en una votación de este tipo, que podría desencadenar la violencia.
"¿Si los timorenses pueden votar en las elecciones de Indonesia, cómo ya lo hicieron, por qué no serían capaces de votar por su cuenta?", se preguntó Ana Gomez, enviada de Portugal a Yakarta.
Solidamor propuso establecer un grupo internacional e independiente de supervisión para vigilar la "votación directa" que coordinará la ONU, y que se supone se realizará entre julio y agosto de este año.
El ex gobernador de Timor Oriental, Mario Viegas Carrascalao, defensor de la postura integracionista, dijo que su experiencia indicaba que Indonesia no respetaría ningún acuerdo de autonomía, puesto que "nunca respetó" ninguna regla escrita, ni nacional ni internacional.
Carrascalao se quejó de que nunca había podido ejercer plenamente su cargo de gobernador porque Yakarta intervenía siempre que se le antojaba.
El ex gobernador sostuvo que si los timorenses tuvieran que votar ahora sobre su estatuto futuro, elegirían la independencia porque tienden a identificar a Indonesia como la fuente de todos sus males.
"Podrían arrepentirse más adelante, pero ahora, eso es lo que sienten", explicó en una entrevista.
"¿Por qué razón los timorenses esperan libertad, reconciliación, paz y prosperidad por parte de un país como Indonesia, que no pudo brindar esas cosas a su propio pueblo?", preguntó Djalal.
Este mes, el gobierno del presidente Bacharuddin Jusuf Habibie debe presentar una versión final de lo que significa su propuesta de autonomía.
Indonesia, Portugal y la ONU están en conversaciones desde que Yakarta ofreció una autonomía especial a los timorenses, en junio de 1998.
Yakarta anunció en marzo que admitiría la independencia de Timor Oriental si el pueblo rechazaba el ofrecimiento de la autonomía. Fue entonces que la ONU propuso realizar un referéndum para consultar a los timorenses.
El resultado de dicha consulta se conocerá en el mes de agosto, y Habibie podrá entonces proponer una recomendación para que se elija una nueva Asamblea Consultora del Pueblo, el organismo político más poderoso del país.
La Asamblea tomará, en ese momento, una decisión final acerca del estatuto de Timor Oriental. (FIN/IPS/tra-en/sb/js/ceb/aq/ip/99