Más de 100 refugiados de Sierra Leona fueron detenidos esta semana por la policía de Guinea, con la excusa de que podía tratarse de rebeldes o sus simpatizantes.
La detención de los refugiados se debe a las incursiones de los rebeldes de Sierra Leona en la frontera con Guinea, ya que pueblos y ciudades fronterizos de este país sufrieron numerosos ataques.
"Estuvimos vigilando desde nuestro lado para mantener la seguridad", explicó un gendarme de la comuna de Ratoma, al este de Conakry.
"Los rebeldes de Sierra Leona atacaron, robaron y mataron a guineos inocentes en varias ocasiones. Guinea toma ahora sus precauciones", declaró el oficial.
Pero observadores de derechos humanos y la comunidad de refugiados de Sierra Leona en Guinea se mostraron consternados ante el despliegue de fuerza de la policía.
Algunos refugiados declararon que personal de seguridad armado irrumpe a menudo en el barrio de Conakry donde sospechan que hay refugiados de Sierra Leona escondidos, los golpean y se los llevan a rastras a los centros de detención.
"Lloré cuando vi a furiosos policías golpeando a un hombre de 60 años, para luego llevárselo", recordó Fatoumata Soumah, ama de casa de Conakry.
Soumah relató que el hombre había perdido a la mayor parte de su familia en la guerra de Sierra Leona y que la última ola de violencia lo obligó a huir de su país y cruzar la frontera hacia Guinea.
"No me pagaba un centavo por alojarlo. Y la verdad es que yo le tenía mucha simpatía", dijo Soumah.
Más de 250.000 personas huyeron de Sierra Leona hacia Guinea desde que empezó el conflicto en 1991, según las agencias de ayuda humanitaria que operan en el país de Africa occidental.
Los campamentos están superpoblados y las condiciones allí son bastante malas. Los alimentos y la asistencia médica escasean, así que muchos refugiados se escapan de los asentamientos y se van a las ciudades, sobre todo a Conakry.
Pero sus posibilidades no parecen mejores allí. Las fuerzas de seguridad de Conakry extorsionan a los refugiados y les confiscan sus bienes en forma indiscriminada.
"Las cosas empeoraron, ojalá nunca hubiera tomado esa decisión. Ahora estoy tratando de volver a mi país, aunque eso signifique morir en mi tierra natal", declaró el empresario Osman Kamara, cuya casa fue incendiada por los rebeldes en enero, cuando invadieron el este de la capital de Sierra Leona.
Los disidentes guineos amenazaron con atacar a la ex colonia francesa, pero las autoridades de Conakry dejaron a cientos de refugiados atascados en la frontera del lado de Sierra Leona, sobre todo en el distrito de Kambia, al noroeste.
La embajada de Sierra Leona en Conakry fue acusada de no prestar ayuda a los refugiados. Pero las acusaciones fueron rechazadas.
"Habíamos indicado a los refugiados que se instalaran en los campamentos y que no fueran a Conakry. Creo que las autoridades de Guinea tienen razón al tomar medidas preventivas", dijo a IPS un funcionario de la embajada.
Parece difícil encontrar una solución pacífica para el conflicto de Sierra Leona a pesar de que el presidente, Ahmed Tejan Kabbah, anunció que los rebeldes del Frente Revolucionario Unido preparan las negociaciones con el gobierno para terminar la guerra. (FIN/IPS/tra-en/lf/mn/ceb/aq/ip/99
