El sida se propaga por el mundo a un ritmo tres veces mayor que el del aumento de los fondos para combatir la enfermedad, informó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Entre 1990 y 1997, el número de infectados con el virus del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) se multiplicó por más de tres al pasar de 9,8 a 30,3 millones, pero los fondos anuales para la lucha contra la epidemia aumentaron apenas de 165 a 273 millones de dólares, según cifras de la ONU.
"Veinte años después de declarada la epidemia, es alarmante que los fondos no estén acordes con el ritmo de propagación de la enfermedad", lamentó Peter Piot, director ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida).
El virus del sida, "la mayor amenaza al desarrollo mundial de la actualidad", ya infectó a 47 millones de personas e infecta a aproximadamente seis millones más cada año.
En comparación con la catástrofe mundial de la epidemia, el nivel de gasto para hacer frente a la enfermedad en el mundo es mínimo, observó Piot.
Un nuevo estudio de Onusida en colaboración con la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard examina el gasto de los donantes en programas nacionales, regionales e internacionales para combatir el VIH (virus de inmunodeficiencia humana), que causa el sida.
El estudio incorpora informes de programas de ayuda para el desarrollo de 15 países donantes, la Comisión Europea, siete agencias de la ONU y 64 proyectos nacionales contra el sida de naciones en desarrollo.
Entre los países industrializados, Estados Unidos es el mayor financiador de programas internacionales contra el sida, con un aporte de 137,5 millones de dólares en 1996 y de 135,2 millones en 1997.
Pero en proporción con el producto interno bruto de los donantes, Holanda y Noruega figuran en primer y segundo lugar, respectivamente.
El monto asignado a la lucha contra el VIH/sida se limita a menos de uno por ciento del presupuesto de ayuda al desarrollo de los países donantes, señala el estudio.
"Los países donantes deben comprender que sus inversiones para mejorar las condiciones en los países en desarrollo no producirán ningún resultado a menos que inviertan más en la lucha contra el sida", advirtió Piot.
Según Onusida, 95 por ciento de las personas que viven con VIH/sida pertenecen a países en desarrollo, y en Africa subsahariana (donde residen la mayor parte de los infectados) el sida está reduciendo la expectativa de vida y aumentando la mortalidad infantil al nivel de la década de 1950.
Menos de la mitad de los donantes estudiados consideran la gravedad de la epidemia como uno de los criterios para la asignación de recursos a programas contra el sida, observa el estudio.
Sólo Canadá, Japón, Luxemburgo, Noruega, Gran Bretaña y Estados Unidos indicaron que utilizan ese criterio.
Según Onusida, la epidemia está cediendo en forma constante en los países industrializados, mientras crece con rapidez alarmante en las naciones más pobres del mundo.
La creciente brecha entre el Norte industrial y el Sur en desarrollo se relaciona no sólo con el ritmo de propagación de la epidemia, sino también con la mortalidad.
Nuevas drogas antiretrovirales redujeron notoriamente la rapidez con que los infectados con VIH desarrollan el sida en América del Norte, Europa occidental, Australia y Nueva Zelanda.
La disminución del número de casos es mayor en aquellos países donde la infección estuvo concentrada en hombres homosexuales, entre los cuales la tasa de VIH comenzó a reducirse hace entre cinco y 10 años.
"Este hecho demuestra que la reducción de los casos de sida es a menudo el resultado combinado de una mejor prevención y un mejor tratamiento", concluyó Onusida. (FIN/IPS/tra- en/td/mk/mlm/he-dv/99