La industria azucarera de la provincia de Nyanza, Kenia, comienza a derrumbarse bajo el peso de los costos médicos y laborales de la epidemia de sida, para preocupación de empresarios y autoridades de salud pública.
Entre 40 y 50 por ciento de la población adulta de la localidad de Kisumu y la zona azucarera que la rodea está infectada con el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH), frente a un promedio nacional de ocho por ciento.
Las cifras fueron proporcionadas por el Programa Nacional de Control del Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual.
La situación es tan alarmante que economistas y médicos temen que la producción de azúcar de la provincia caiga en picada si la población local, y en especial los empresarios, no toman en serio la amenaza de la mortal enfermedad.
Estudios realizados en Africa austral y oriental demuestran que la epidemia causa la pérdida de personal experimentado, con la consiguiente necesidad de contratar y capacitar sustitutos, la disminución de la productividad y el incremento del ausentismo y los costos de salud.
Un informe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) titulado "El VIH/sida y el sector agrícola comercial de Kenia" corrobora esta situación.
Entre 1995 y 1997, las fábricas del país africano perdieron en promedio 8.007 jornadas laborales debido a enfermedades relacionadas con el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), y en algunas agroindustrias, el gasto médico se multiplicó por 10 en la última década, según el informe.
La muerte de empleados calificados también repercute en la cantidad y la calidad de la producción. De acuerdo con la FAO, la mayor parte de los fallecidos por sida estaban en la fase más productiva de su vida (entre 16 y 50 años).
La publicación del informe coincide con un momento en que planificadores de salud y grupos empresariales comienzan a advertir los posibles costos económicos de la enfermedad.
Impulsadas por activistas, muchas compañías empezaron a participar en campañas de prevención del sida en todo el mundo, principalmente en Africa subsahariana.
Líderes de empresas, agencias internacionales y gobiernos formaron un "Consejo empresarial mundial sobre el VIH y el sida", bajo la presidencia honoraria del presidente sudafricano Nelson Mandela.
El Consejo estimula asociaciones entre el sector público y privado aprovechando la experiencia y los conocimientos de las empresas.
Sus iniciativas incluyen recaudación de fondos, promoción de la educación para la salud en comunidades cercanas a fábricas, provisión de equipos médicos y asistencia técnica o financiera a grupos de voluntarios.
"Sin duda, las empresas deben reaccionar por su propio bien, ya que en todo el mundo la epidemia afecta la fuerza de trabajo, los mercados y el clima empresarial en general", señaló Richard Sykes, miembro del Consejo y presidente de la compañía farmacéutica Glaxo Wellcome.
El informe de FAO destaca que los efectos del VIH comienzan a percibirse en los empleados antes de que desarrollen el sida, ya que las infecciones y enfermedades oportunistas "comprometen la productividad laboral", y aun cuando pueden trabajar, su rendimiento disminuye debido a factores físicos y psicológicos.
Aunque el hospital de una compañía de Nyanza registra varias muertes por semana, es difícil discriminar cuántos de esos fallecimientos están relacionados con el sida, señaló un médico que solicitó reserva.
"No realizamos la prueba del sida a los empleados porque no tenemos los equipos necesarios", admitió.
Trabajadores de la salud señalaron que las plantaciones y fábricas están muy mal preparadas para el desafío del sida.
"La gente debe recibir educación, y todos debemos cooperar", manifestó Helza Kagumba, fundadora y directora del Centro de Consulta sobre Bienestar Familiar y Sida de Muhoroni.
Kagumba atribuyó a la pobreza la rápida propagación del virus del sida en las plantaciones de caña azucarera, donde muchas mujeres deben prostituirse porque no tienen empleo. —— (*) IPS pone a disposición de sus suscriptores este material por un acuerdo de distribución con la institución internacional de comunicación Panos Features, de Londres. (FIN/PANOS/tra-en/ha/dds/mlm/he dv/99
