El principal partido político de Ruanda, que en 1994 incitó a la población hutu a masacrar a sus compatriotas tutsis, pidió perdón por su participación en el genocidio que cobró la vida de hasta un millón de personas.
El Movimiento Democrático Republicano (MDR) "pide perdón a todos los ruandeses por la campaña divisionista propagada por alguno de sus dirigentes, que se convirtió en la base del poder hutu y desató el genocidio de 1994", declaró el nuevo presidente del partido, Pierre Celestin Rwigema.
Rwigema sostuvo que el MDR se reformó desde que los asesinos perdieron el poder en este pequeño país de Africa central en 1994.
La reforma incluye el cambio de la bandera partidaria, que antes era roja y negra y simbolizaba la supremacía hutu, a verde y roja. El verde representa la esperanza de una Ruanda reconciliada y unida, y el rojo recuerda la sangre de tutsis y hutus, explicó.
Aunque "el partido pidió perdón por la tragedia de 1994", Rwegiya dijo que el MDR no debe ser considerado "responsable por los crímenes cometidos por anteriores políticos hutus".
"Nuestra función es señalar los errores de cada uno de nosotros y ayudar al proceso judicial a tomar su rumbo", explicó.
Las disculpas de Rwegiya tuvieron lugar pocos días después de que el presidente Pasteur Bizimungu instó a los hutus, durante el quinto aniversario del genocidio, a pedir el perdón de los tutsis.
Hasta un millón de tutsis y hutus moderados fueron masacrados por los partidarios del MDR y las milicias hutus, conocidas como Interahamwes.
Todas las masacres fueron perpetradas en nombre de los hutus, dijo Bizimungu. "Así que los hutus deben pedir perdón", exhortó.
El MDR se fundó en 1957 durante la campaña por la independencia de Bélgica. Para atraer a los hutus, que representan 85 por ciento de los ocho millones de habitantes, el partido les pidió que se levantaran contra los tutsis quienes "los oprimieron durante siglos", aseguró un manifiesto del grupo.
Los tutsis fueron asesinados en todo el país, su ganado fue confiscado, sus casas destruidas, y cientos de miles huyeron a países vecinos donde pasaron más de 30 años en el exilio.
En 1994, los hijos de los refugiados, que se organizaron en el Frente Patriótico Ruandés (RPF), tomaron el poder en Ruanda, luego de cuatro años de combates.
Pero tres meses antes de que tomaran el poder, se desató el genocidio cuando el 6 de abril fue derribado el avión que trasladaba al presidente Juvenal Habyarimana, provocándole la muerte.
A pesar de las disculpas del MDR, muchos tutsis siguen descreídos. "Si el MDR se compromete a cambiar y a enterrar el pasado debería adoptar un nombre nuevo y rechazar el viejo que recuerda las atrocidades cometidas en nombre de los hutus", dijo a IPS un sobreviviente del genocidio.
Pero los dirigentes del MDR insisten que su disculpa es sincera. "Los dirigentes anteriores no se molestaron en pedir perdón, así que nosotros queremos ser diferentes", dijo el primer vicepresidente del partido, Stanley Safari.
"El MDR carga con el fantasma del pasado, y el pueblo de Ruanda seguirá viendo cierta imagen del pasado en su existencia", sostuvo el vicepresidente Paul Kagame, quien dirigió al RPF durante la rebelión de 1990 a 1994.
Más de 124.000 hutus, acusados de participar en el genocidio de 1994, permanecen en las cárceles ruandesas. (FIN/IPS/tra-en/jbk/mn/aq/hd-ip/99