Tras el retorno a Chile de cinco ciudadanos de este país encarcelados por delitos políticos en Brasil, el cogobernante Partido Socialista (PS) inició una campaña en favor de siete chilenos recluídos en Perú.
Se trata de seis supuestos militantes del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), cuatro de ellos sentenciados a prisión perpetua, y de la escritora Sybila Arredondo, viuda del novelista José María Arguedas, vinculada al grupo Sendero Luminoso.
Las gestiones en favor de estos siete chilenos ante el gobierno de Alberto Fujimori han sido infructuosas hasta la fecha, pero ahora se abre una nueva posibilidad, tras el precedente sentado en Brasil.
Así lo señalaron la diputada Fanny Pollarolo y el diputado Jaime Naranjo, ambos del PS, que propusieron este domingo la pronta materialización de un acuerdo de intercambio de presos entre Chile y Perú.
Un acuerdo similar con Brasil permitió finalmente el sábado el traslado a Chile de María Emilia Marchi, Pedro Fernández, Ulises Gallardo, Sergio Urtubia y Héctor Tapia.
Los cinco, ex militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), de Chile, cumplían en Sao Paulo penas de 28 años de reclusión por el secuestro el 11 de septiembre de 1989 del empresario brasileño Abilio Diniz.
Con el secuestro de Diniz, en que participaron también dos argentinos, dos canadienses y un brasileño, se pretendía cobrar un rescate por 30 millones de dólares para apoyar al insurgente Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador.
La sentencia a 28 años, de los cuales los condenados alcanzaron a pugar nueve en Brasil, fue considerada excesiva, vista la motivación política del delito y el hecho de que los secuestradores respetaran la vida de Diniz.
Chile y Brasil negociaron un convenio de intercambio de presos, según el cual los reos son devueltos a su país de origen para terminar de cumplir sus sentencias según las normas penales y procesales de éste.
Los cinco ex militantes del MIR realizaron a fines de 1998 una huelga de hambre de 49 días, la más larga en la historia carcelaria de Brasil, para conseguir que el acuerdo se aprobara y se les aplicara.
Tras un prolongado "vía crucis" político, judicial y burocrático, los cinco chilenos fueron trasladados el sábado a Santiago, donde los recibió la Gendarmería, dependencia del Ministerio de Justicia a cargo de las cárceles.
Tras los exámenes médicos de rigor, Marchi fue internada en un centro de reclusión de mujeres y los cuatro hombres llevados a un penal de alta seguridad, donde se supone que permanecerán al menos por dos meses.
En ese lapso, podrán aspirar al beneficio de la libertad vigilada, por haber cumplido ya un tercio de la condena que se les impuso en Brasil.
Los diputados Pollarolo y Naranjo, que participaron activamente en la elaboración de la fórmula para liberar a los cinco chilenos presos en Brasil, anunciaron que viajarán el próximo mes a Perú para visitar a los siete presos políticos chilenos en ese país.
Se trata, además de Arredondo, de Francisco Castillo, Lautaro Mellado, María Pincheira y Alejandro Astorga, sentenciados a prisión perpetua, y Alejandro Valdivia y Marcela Gómez, condenados a 20 años de reclusión.
Los seis ex "miristas" fueron detenidos en 1993 por el secuestro del empresario peruano-japonés Raúl Hiraoka y procesados por "jueces sin rostro", según la ley antiterrorista peruana.
Castillo fue sindicado en su momento como "número dos" del MRTA, la organización insurgente peruana que el 17 de diciembre de 1996 ocupó la embajada de Japón en Lima y tomó 72 rehenes.
El MRTA exigió la liberación de 458 presos de sus filas, entre los cuales incluyó a los seis chilenos. Pero los ocupantes de la embajada fueron muertos por fuerzas militares en el cruento rescate de abril de 1997.
Arredondo, de 62 años e hija de la también escritora chilena Matilde Ladrón de Guevara, ha cumplido ocho de los 15 años de cárcel a que fue condenada como supuesta dirigente de Sendero Luminoso.
Pollarolo y Naranjo reiteraron que los seis chilenos ligados al MRTA no tuvieron un debido proceso y que el delito de "traición a la patria" por el cual se les juzgó no corresponde, por el simple hecho de que no son peruanos.
Insistieron, igualmente, en que están recluidos en condiciones inhumanas en la cárcel de Yanamayo, en Puno, a 4.000 metros sobre el nivel del mar, en celdas de aislamiento y con un restringido régimen de visitas.
Naranjo subrayó que los presos chilenos no tienen acceso a la prensa, están impedidos de escuchar radio y de ver televisión. "No saben nada de lo que ocurre hoy en el mundo", señaló el diputado del PS.
Chile negocia con Perú un acuerdo de intercambio de presos similar al que firmó con Brasil y que permitió el regreso de los cinco implicados en el secuestro del empresario Diniz.
Además de los seis supuestos miembros del MRTA y de Arredondo, hay otros 16 chilenos en las cárceles peruanas por delitos comunes.
Mientras, en prisiones de Chile hay más de un centenar de peruanos, sobre todo en las regiones del extremo norte, donde es frecuente la detención de "burreros", como se denomina a los pequeños narcotraficantes. (FIN/IPS/ggr/ff/hd/99