POBLACION: Cuestiones semánticas retrasan acuerdo

El desacuerdo sobre términos como "derechos reproductivos" y "educación adolescente" retrasó la conclusión de las reuniones preparatorias de la quinta revisión de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo.

Los delegados, que discutían el progreso registrado cinco años después de la conferencia de El Cairo, debían terminar su debate el miércoles, pero naciones conservadoras católicas y musulmanas demoraron la aprobación de un texto sobre derechos reproductivos, por lo que la discusión se prolongó hasta la madrugada.

Algunas delegaciones se opusieron enérgicamente a cualquier lenguaje que representara un alejamiento del Programa de Acción acordado en El Cairo.

Argelia objetó la referencia al derecho de mujeres y niñas a la salud sexual "libre de coerción, violencia y discriminación".

Mientras, Sudán insistió en señalar que la aplicación del Programa de Acción debe realizarse con respeto hacia las distintas religiones, culturas y valores éticos de las naciones, una limitación clave para los derechos de la infancia y la mujer.

Así mismo, se observó "un intento deliberado de utilizar a algunas delegaciones latinoamericanas para demorar el proceso", señaló María Consuelo Mejía, directora de Católicos por el Derecho a Decidir, de México.

Mejía acusó a Argentina, Guatemala y Nicaragua de adoptar la línea dura del Vaticano sobre el aborto y los derechos reproductivos para bloquear cualquier consenso sobre esos temas pese al apoyo de la mayoría de los países en desarrollo.

Algunos diplomáticos opinaron que el debate lingüístico no impide un acuerdo general sobre el progreso registrado desde El Cairo.

"Son sólo palabras y semántica, pero en general, los delegados pudieron ponerse de acuerdo", dijo Mohammed Amanullah, ministro de Salud y Bienestar Familiar de Bangladesh, en referencia a las disputas ocurridas el martes y miércoles en las reuniones preparatorias.

Amanullah admitió que la delegación del Vaticano y otras presentaron objeciones al texto sobre la aplicación de los derechos reproductivos, mientras muchos representantes prefirieron las palabras "derechos reproductivos" a "derechos sexuales".

Pero en numerosos asuntos, incluida la necesidad de que los países industrializados aumenten los fondos para actividades de población, las naciones en desarrollo estuvieron unidas, señaló.

Sin embargo, muchos diplomáticos y funcionarios de la ONU expresaron sus dudas sobre una pronta resolución de las disputas.

Muchas partes del texto establecido en El Cairo fueron colocadas entre paréntesis para ser revisadas en junio, en una sesión especial de la Asamblea General, lamentaron activistas de los derechos de la mujer.

"Sería muy difícil y complicado si el documento llegara a la sesión especial de la ONU con esos paréntesis", advirtió Sonia Correa, delegada brasileña de la Coalición de Mujeres para la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, que agrupa a 75 organizaciones no gubernamentales.

Funcionarios de la ONU señalaron la imposibilidad de que los gobiernos celebren otras reuniones antes de fines de junio para solucionar sus diferencias. Si para entonces no se resuelven, el tiempo será muy escaso para llegar a un acuerdo, previnieron grupos de mujeres.

Varios activistas señalaron que muchas de las disputas semánticas que retrasaron el acuerdo en la reunión preparatoria se refieren a políticas (como la igualdad de derechos para las mujeres o la educación sexual de adolescentes) que ya se aplican en la mayoría de los países.

"Es paradójico que mientras las políticas establecidas en El Cairo se aplican en la práctica, los delegados todavía discutan la teoría", opinó Correa.

"Existe una desconexión entre las discusiones que tuvieron lugar aquí y las políticas ya aplicadas", concordó Bharati Sadasivam, directora del programa de justicia de género de la Organización de Mujeres para el Ambiente y el Desarrollo.

Sin embargo, excepto por la disputa sobre derechos reproductivos (interpretada por el Vaticano como un paso previo al derecho al aborto) y la educación sexual de adolescentes, hubo escasa controversia sobre otras políticas de población y desarrollo.

Tanto las naciones del Norte como del Sur señalaron la necesidad de aumentar los fondos para las actividades de población, aunque los países industrializados impulsaron una redacción que subraye el carácter universal de ese objetivo.

Hasta ahora, las naciones industrializadas suministraron sólo 2.000 millones de dólares de los 5.000 millones que debían asignar para actividades de población según el Programa de Acción de El Cairo.

No obstante, la mayoría de los delegados señalaron progresos en sus respectivos países sobre la anticoncepción, los derechos de la mujer, la salud femenina y otros objetivos establecidos en 1994.

"La conferencia de El Cairo inició un proceso que no se puede detener por voluntad de un puñado delegados", dijo Bene Madunagu, una activista de los derechos de la mujer de Nigeria. (FIN/IPS/tra-en/fah/mlm/pr/99

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