La sociedad peruana padece un alto índice de maltrato infantil, concluyen instituciones creadas en los últimos cinco años en aplicación del Código de los Derechos del Niño y el Adolescente y de la Ley de Prevención de la Violencia Familiar.
Esas normas forman parte de la Cultura de Derechos de los Niños, promovida por el Estado para prevenir y resolver los problemas vinculados al maltrato infantil.
Se han creado así los Módulos de Atención al Maltrato Infantil del Sector Salud (MAMIS) en los hospitales públicos y una división policial especializada en la protección del niño y del adolescente, mientras se promueve la instalación de Defensorías Municipales del Niño (DEMUNAS) en todo el país.
Aunque las cifras reales del maltrato infantil no pueden ser conocidas porque se calcula que 60 por ciento de los casos no son reportados a las autoridades o a los servicios médicos, se estima que en los últimos cuatro años más de 200.000 niños han sido víctimas de maltrato o abuso físico.
Desde 1995, el número de denuncias o de casos de descubiertos de maltrato infantil aumentaron 15 por ciento al año.
"Ello no implica necesariamente que haya crecido el maltrato infantil, sino que se está produciendo una mayor recurrencia a las instituciones que atienden dichos casos", explica Pilar Dughi, asesora nacional en salud mental del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
"El uso de la violencia como método correctivo todavía es considerado aceptable por muchos padres, y en las escuelas algunos profesores recurren a diversas modalidades de maltrato psicológico", señaló.
"Pese a que los patrones de educación y crianza están cambiando, los modelos verticales y autoritarios subsisten en la mayoría de las familias y las escuelas. Pero la cultura de derecho de los niños está en avance, los chicos ejercen y reclaman que se respeten sus derechos", comentó.
Si en el campo educativo se promueve la difusión de los conceptos de la cultura del derecho de los niños, en la práctica todavía ellos son víctimas frecuentes de maltrato, como lo demuestran las estadísticas médicas.
El cinco por ciento de las emergencias en los servicios pediátricos en los hospitales públicos de Lima corresponde a secuelas del maltrato infantil físico a niños de corta edad, y el abuso sexual es el tercer tipo de maltrato más frecuente, según un informe del MAMIS del hospital Cayetano Heredia.
Desde 1995 fueron creadas 27 MAMIS, que operan en los centros hospitalarios estatales de mayor nivel de otod el país.
El hospital Cayetano Heredia está situado en el Cono Norte de Lima, una extensa zona de barrios pobres y marginales, donde viven alrededor de dos millones de personas.
Según la médica Claudia Ugarte, coordinadora del MAMIS de ese hospital, desde 1995 se han atendido en el Cayetano Heredia 4.826 niños maltratados, que ingresaron como emergencias pediátricas, aparentemente por accidentes o por dolencias de causas no conocidas.
En 37 por ciento de los casos los niños registraban graves impactos psicológicos como consecuencia de los maltratos sufridos y en 23 por ciento se descubrió que fueron víctimas de abuso sexual.
Cifras similares se registraron en el MAMIS del Hospital del Niño, situado en el centro de Lima, donde funciona el Instituto de Salud Infantil, indicó la pediatra Virginia Garaycochea, jefa de un departamento del nosocomio.
"En los MAMIS los equipos están conformados por psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales y médicos de diversas especialidades", destacó.
"Su creación fue un avance, porque ahora se investiga, como parte de la rutina de ingreso, la existenvia de presunto maltrato físico o psicológico en los casos que ingresan por emergencia", agregó.
La mayor parte de los casos de maltrato y abuso sexual contra niños son cometidos por parientes, a veces padres, abuelos, tíos, hermanos o alguien del entorno familiar, y los traen pretextando accidentes de diversos tipos, recordó Garaycochea.
"Pero hay también casos que llegan a los servicios de emergencia pediátrica traídos por la policía especializada porque algún vecino denunció el caso a las DEMUNAS municipales, cuya existencia y acción son cada vez más conocidas", resaltó.
Hasta hace algunos años, no era fácil detectar el maltrato infantil en los exámenes médicos, menos aun el maltrato psicológico, "que es tal vez peor porque no deja huellas visibles pero daña, o puede dañar, su personalidad y autoestima y convertirlo en una persona infeliz" , concluyó.
Ugarte destacó a su vez que la mayoría de los niños agredidos procede de familias disgregadas, en las que los padres están separados o donde existe violencia intrafamiliar.
"Contrariamente a lo que se suponía, un menor número de niños maltratados son hijos de padres alcohólicos o adictos a las drogas. En la mayor parte de los casos proceden de hogares que parecen normales, en los cuales la violencia intrafamiliar se suele mantener en reserva", comentó.
Según Ugarte, otro dato que las estadísticas desmienten es que los padres varones son los más propensos a infligir castigo físico o psicológico.
Las madres ocupan el primer lugar como agentes de agresión contra los niños, coincide Garaycochea, destacando la excepción de los casos de abuso sexual.
Las víctimas de esas últimas agresiones son niños y niñas de cinco a siete años y adolescentes de 12 a 16.
"El abuso sexual no es sólo violación con penetración. Hay que considerar también los manoseos y juegos eróticos", observó Garaycochea. (FIN/IPS/al/dg/hd-pr/99