Nigeria condenó el golpe de Estado en Níger que provocó el asesinato del presidente Ibrahim Mainassara en ese país de Africa occidental.
"Vehemente e inequívocamente condenamos el asesinato de un presidente elegido. El gobierno de Nigeria considera el golpe como un retroceso", declaró el ministerio de Relaciones Exteriores en Abuja.
La declaración, divulgada este domingo, afirma que el asesinato está "totalmente desfasado con la marcha universal hacia la democracia".
El tono de la declaración indica que Abuja no reconocerá al gobierno militar en Níger, encabezado por el comandante de la guardia presidencial, Daouda Mallam Wanke.
Una declaración del jefe del estado mayor en Níger señaló este lunes que Wanke encabezará un Consejo de Reconciliación Nacional durante nueve meses, y que luego se celebrarán elecciones generales.
Wanke ejercerá el poder "ejecutivo y legislativo", agregó la declaración.
El primer ministro Ibrahim Assane Maiyake confirmó la muerte de Mainassara el viernes 9 y dijo que el parlamento y las actividades políticas fueron suspendidas, y que pronto se formaría un "gobierno de unidad nacional".
Maiyake apeló al "apoyo del pueblo de Níger y a la comunidad internacional durante estos momentos de dificultad".
Mainassara fue enterrado el domingo en la aldea de Dougema, a 200 kilómetros de la capital, y contó con la asistencia de ministros de Argelia, Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Chad, Libia, Nigeria y Togo.
Las circunstancias que rodean la muerte de Mainassara no son claras, declaró el gobierno nigeriano, y el acto de violencia perpetrado por los militares de Níger va en contra de la paz y la estabilidad de la subregión.
Nigeria, que comparte fronteras con Níger, lleva la carga del conflicto en Sierra Leona y Guinea Bissau, donde destacó a más de 10.000 soldados a través de Ecomog, la fuerza de paz de Africa occidental.
Salim Ahmed Salim, secretario general de la Organización de Unidad Africana (OUA), integrada por 53 países, calificó de "brutal" el asesinato de Mainassara, perpetrado el viernes cuando el presidente volvía al aeropuerto de Niamey de su peregrinación a La Meca, Arabia Saudita.
El golpe tuvo lugar un día después de que la oposición de Níger solicitó la renuncia de Mainassara.
La crisis en Níger, antigua colonia francesa, se intensificó después de que los partidos de oposición acusaron de fraudulentas las elecciones locales celebradas el 7 de febrero y rechazaron el resultado.
La corte suprema, que divulgó los resultados, ordenó nuevas elecciones, que se vieron ensombrecidas por el fraude y el vandalismo.
Mianassara, de 50 años, accedió al poder en enero de 1996 luego de una reñida elección presidencial. Seis meses después, el ex comandante en jefe del ejército organizó comicios multipartidarios, en los que se presentó junto a cuatro candidatos más.
Pero la Comisión Electoral Independiente fue desautorizada tres horas antes del cierre de los circuitos electorales, y las fuerzas de seguridad recogieron las urnas con los votos finales.
La oposición y los sindicatos protestaron, pero la corte suprema finalmente convalidó el resultado, y concluyó que Mainassara había ganado con 52,2 por ciento de los votos. Los demás candidatos sostuvieron que los comicios fueron fraudulentos.
Desde los comicios del 7 de febrero, la inestabilidad ha reinado en este país de 10 millones de habitantes, mientras estudiantes y trabajadores realizan manifestaciones casi a diario en Niamey.
"Lo que pasó con la democracia en Níger es que fue obtenida por los medios equivocados", aseguró Adesina Sambo, analista político de la Universidad de Lagos.
"Quienes consiguieron la democracia a través de las armas, como ocurrió en Niamey, también deberán percatarse de que lo mismo habrá de ocurrirles ya que otras personas también cuentan con la ventaja de las armas", sentenció. (FIN/IPS/tra-en/ro/mn/aq/ip/99