La pequeña minoría cristiana de Nepal, que se prepara para celebrar la Pascua este domingo, teme que los hindúes de línea dura en este país mayoritariamente hindú desaten una persecución religiosa en su contra.
La mayoría de los 21 millones de habitantes de Nepal son hindúes, y las relaciones entre ellos y las comunidades minoritarias de cristianos (menos de uno por ciento), budistas y musulmanes fueron de coexistencia y armonía durante siglos.
El temor a la violencia religiosa entre las minorías es nuevo, y coincide con el aumento del extremismo hindú, que ahora llegó a la política con un grupo hindú abiertamente derechista que pretende llegar al parlamento en las próximas elecciones generales de mayo.
El nuevo grupo político, el Shiva Sena Nepal (Ejército de la Divinidad Siva), está afiliado al partido extremista hindú que gobierna el occidental estado de Maharashtra y que admite ser anti musulmán.
El partido insta a los votantes a preservar el hinduismo, la religión oficial del Estado de acuerdo con la Constitución, y a combatir otras religiones como el cristianismo y el islam.
"Grupos cristianos han atacado Nepal desde todas partes… Shiva Sena no puede permanecer en silencio en estas circunstancias", señala el manifiesto electoral del partido.
Dirigentes cristianos señalaron que aunque el sentimiento anticristiano y la violencia religiosa son insignificantes por el momento, el cisma entre las comunidades religiosas se podría agrandar en el futuro.
"No hay un movimiento anticristiano por el momento, pero nadie sabe qué sucederá en el futuro", dijo el padre Casper Miller, un sacerdote católico nacido en Estados Unidos, que vive en Nepal desde hace más de 40 años y es ciudadano nepalés.
"Con grupos como el Shiva Sena postulándose para las elecciones, eso podría ser una realidad. Todos los cristianos deben prepararse para la persecución religiosa en Nepal en el futuro", afirmó.
Los líderes protestantes también expresaron una inquietud similar. "No vivimos con temor porque hasta ahora los incidentes han sido insignificantes", dijo Simon Pandey, secretario general de la Asociación Nacional de Iglesias, organización que agrupa a todas las iglesias protestantes de este país.
"Pero nos sorprende que un grupo como el Shiva Sena haya sido registrado como partido político por el gobierno. Podría haber violencia religiosa aquí, como en India", manifestó Pandey.
La intensa violencia desatada por los derechistas hindúes contra la minoría cristiana en partes de la vecina India durante el año pasado tuvo repercusiones en este país.
Entre 1997 y 1998 hubo siete ataques graves contra cristianos en India.
Varias organizaciones de ayuda y bienestar dirigidas por grupos cristianos fueron acusadas de inducir a las personas pobres a convertirse al cristianismo a cambio de beneficios materiales.
En agosto, los fundamentalistas hindúes llegaron incluso a destruir tumbas en un bosque próximo al templo de Pashupatinath, uno de los lugares más sagrados del hinduismo, en Katmandú.
El año pasado, la policía mató a dos jóvenes cristianos, que acababan de regresar a sus pueblos después de trabajar en Katmandú, por sospechar que se trataba de maoístas radicales de izquierda.
Los grupos cristianos negaron las acusaciones de proselitismo y dijeron que el Estado y la policía deberían hacer más por protegerlos de los fanáticos hindúes como Shiva Sena.
"No me molesta que Nepal sea un Estado hindú, pero sí me molesta la discriminación. El Estado y sus órganos deberían proteger a todas las religiones, ese es su deber", dijo el padre Miller.
Incluso antes de los últimos acontecimientos, los cristianos, a diferencia de otras religiones minoritarias, denunciaron sufrir discriminación en los empleos gubernamentales.
Chirendra Satyal, periodista que se convirtió al cristianismo hace 19 años, dijo que para los cristianos "es casi imposible obtener un empleo en una oficina del gobierno".
Los orígenes del cisma están en el período autocrático sin partidos políticos llamado Panchayat, entre 1960 y 1990, cuando los cristianos fueron atacados por su actividad religiosa y se prohibió la práctica de toda religión que no fuera la hindú.
El padre Miller recuerda un incidente en 1985, cuando un grupo de monjas católicas de India fueron golpeadas por la policía, acusadas de "forzar a personas pobres a convertirse al cristianismo en el distrito de Morang", en las planicies orientales de Terai.
Los cargos eran falsos y el caso fue cerrado inmediatamente después del restablecimiento de la democracia en 1990.
Con el advenimiento de la democracia pluralista se otorgó a las minorías el derecho de asistir a misa en público, pero no al proselitismo, un delito penado con prisión.
El jueves santo, cientos de cristianos se reunieron para rezar en un parque público de Jawalakhel, un suburbio de Katmandú, con un permiso especial de la policía.
A medida que transcurre el período de cuaresma de oración y abstinencia, los líderes cristianos esperan que su mensaje de amor y compasión sea escuchado por todos, inclusive los extremistas como Shiva Sena. (FIN/IPS/tra-en/sp/an/at/aq/re-hd/99)