México aumentará en 36 por ciento su importación de granos básicos entre los años 2000 y 2008, según datos oficiales que revelan una importante tendencia al incremento de la dependencia alimentaria.
El país donde nació el maíz llegará a importar 5,6 toneladas de esa gramínea, 400 mil más que en 1998, durante los años 2000 y 2001, y entre el 2008 y el 2009 comprará al exterior unos 7,5 millones de toneladas.
México ocupa el segundo lugar en biodiversidad del mundo, pero sus importaciones de granos, que entre 1990 y 1998 crecieron a un ritmo anual de cuatro por ciento, alcanzaron el año pasado 17 por ciento del valor total de las importaciones agroalimentarias, equivalentes a 8.633 millones de dólares.
Un estudio de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, titulado "Situación y perspectivas del sector agropecuario de México", señala además que en 1998 las compras de aceites y oleaginosas en el extranjero ascendieron a 28 por ciento.
El sostenido incremento de las compras de productos alimentarios agrícolas en el exterior colocó a la balanza comercial del rubro en una situación deficitaria el año pasado, con saldo negativo de 1.764 millones de dólares.
Según el informe de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural las importaciones de maíz, trigo, arroz, sorgo y soja ascenderán a 14,8 millones de toneladas hasta el 2001, y representarán 20,1 millones de toneladas entre el 2008 y el 2009.
El documento prevé que entre los años 2000 y 2008 la producción mexicana de maíz, sorgo y trigo mantendrá tasas positivas de crecimiento. No obstante, Estados Unidos dominará 57 por ciento del comercio mundial de granos, y 62 por ciento del mercado de la soja.
La dieta de los mexicanos incluye entre sus componentes principales a la "tortilla", un alimento elaborado a base de maíz, cuyo precio tiene una incidencia fundamental en la economía de las familias.
En 1994, cuando asumió la presidencia Ernesto Zedillo, el precio del kilogramo de tortilla equivalía a 0,75 centavos de dólar, contra 2,20 dólares que cuesta actualmente.
Para satisfacer la demanda de tortilla se requieren actualmente 13 millones de toneladas de maíz, y la producción local resulta insuficiente.
La Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA), surgida en el marco del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, recomendó a las autoridades responsables de la industria alimentaria que revisen las técnicas de producción de maíz.
A su entender, es preciso que se adopten medidas para evitar la erosión de los 8,8 millones de hectáreas dedicadas a su cultivo, y preservar la gran variedad genética de la gramínea, suprimiendo la aplicación de tecnologías que dañan el medio ambiente.
México reserva un total de 21 millones de hectáreas a la agricultura y ese territorio se concentra 75 por ciento de la pobreza extrema del país.
La CCA considera que es necesario reconsiderar los programas oficiales de apoyo financiero a los campesinos para la compra de ovejas y cabras, ya que el pastoreo es una causa importante de la erosión y la pérdida de productividad de la tierra.
En México, con una población de cerca de 100 millones de personas, entre 15 y 18 millones de habitantes viven de la producción de granos, una industria caracterizada por el creciente empleo de variedades genéticas mejoradas, de alto rendimiento.
La introducción de nuevas especies ha provocado una "erosión genética", que hace urgente la implementación de programas para convertir a los productores tradicionales en cuidadores de los recursos genéticos nacionales.
En un documento titulado "Evaluación de los efectos ambientales del Tratado de Libre Comercio", la CCA señala, sin embargo, que 52 por ciento de la producción total de gramíneas en el país se efectúa en las zonas donde las variedades mejoradas son utilizadas en menos de 35 por ciento.
El estudio destaca que las diferentes variedades del germoplasma del maíz mexicano son empleadas en el mundo entero. El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias conserva 10.000 muestras de variedades distintas del grano.
La CCA recomendó al gobierno mexicano que desarrolle tecnologías para evitar la erosión y salinización de los suelos cultivados con maíz, 70 por ciento de los cuales han sido ya afectados, obligando a los agricultores a realizar sus actividades en las laderas de los cerros. (FIN/IPS/pf/mp/dv if/99