La decisión brasileña de negociar con la Comunidad Andina de Naciones (CAN) provocó un terremoto en el Mercosur, debido más a la recesión económica que enfrenta este bloque que a unilateralidad de la iniciativa.
La cancillería de Brasil (Itamaraty) aclaró que sus negociaciones con la CAN, que concluirán antes de fin de junio, no buscan un acuerdo de libre comercio, es decir la eliminación de aranceles sobre una gran mayoría de productos.
El objetivo es unificar los diversos acuerdos bilaterales firmados por Brasil con Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, con preferencias distintas en cada caso, explicó José Alfredo Gracia Lima, subsecretario general de Integración de Itamaraty.
Ello puede impulsar y "sentar las bases" de una futura zona de libre comercio entre los dos bloques, en lugar de inhibirla, argumentó.
Los socios del Mercosur no pueden alegar sorpresa ante la iniciativa, sostiene Itamaraty.
Brasil hizo constar en el acta del Grupo Mercado Común, reunido en marzo en Asunción, que no descartaría ninguna posibilidad llevar adelante la negociación con los andinos, señaló otro diplomático.
Además comunicó su disposición de, ante el fracaso del diálogo bloque a bloque entre Mercosur y CAN, prorrogar por sólo tres meses sus acuerdos bilaterales expirados en marzo y buscar en ese período un acuerdo de "preferencia arancelaria fija" en el formato "cuatro más uno", añadió.
La CAN, en este caso se limita a cuatro, excluyendo a Bolivia, porque este país andino ya se asoció al Mercosur.
El gran problema es la recesión económica provocada en todo el bloque por la devaluación cambiaria en Brasil. Un pequeño aumento de la apertura del mercado brasileño a terceros tiene ahora un peso insoportable.
Las exportaciones uruguayas hacia Brasil cayeron 45 por ciento y las destinadas a Argentina, 28 por ciento, entre el primer trimestre de 1998 y el mismo período de este año, según estimó la Cámara de Industrias de Uruguay.
La caída de 17 por ciento en el flujo comercial entre los dos mayores socios del Mercosur, en el trimestre pasado, afectó más a las exportaciones argentinas que a las brasileñas.
De un superávit argentino de más de 100 millones de dólares mensuales como promedio en los últimos cuatro años, se pasó a un equilibrio y se piensa que en los próximos meses la balanza bilateral favorecerá a Brasil.
Argentina perdería así su única gran fuente de saldos favorables en su comercio exterior.
El aumento espectacular del comercio intrabloque, que cuadruplicó en los primeros años de existencia del Mercosur, se debe en gran parte a la fuerte ampliación del mercado consumidor brasileño, producto de la estabilización de su moneda en 1994.
La fuerte progresión de las importaciones desde Argentina y Uruguay contribuyó incluso a reducir la inflación brasileña.
Pero llegado el período de "vacas flacas" en el mercado brasileño, que representa más de tres cuartas partes del bloque, la disputa por las posiciones conquistadas se hizo muy reñida.
Con la recesión, una apertura mayor de Brasil hacia los andinos no se cubrirá con una ampliación de su consumo, como ocurrió con el Mercosur. Hay que repartir la escasez.
A Brasil le es casi vital en la actual coyuntura un mayor acceso a los mercados latinoamericanos.
Es esta parte del mundo donde su industria tiene mayores posibilidades de exportación, al contrario de su sector primario, que disputa los mercados del norte y los asiáticos.
Por eso un acercamiento a la CAN es estimulado y atentamente acompañado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI).
Hay gran desnivel entre el interés brasileño y el de los otros tres socios del Mercosur en un acuerdo comercial con la CAN, señaló Maduro, economista de la CNI dedicada a las cuestiones de integración.
Las preferencias entre Brasil y los andinos en los acuerdos firmados en el ámbito de la Asociación Latinoamericana de Integración son muy superiores a las argentinas, paraguayas y uruguayas, recordó. "Un avance exige nivelar por encima, no por abajo", destacó.
Argentina no puede quejarse de una iniciativaindependiente de Brasil, sugirió el nuevo embajador brasileño en Buenos Aires, Sebastiao do Rego Barros.
La propi Argentina creó un precedente de una actitud de ese tipo el año pasado al firmar un acuerdo comercial con México sin considerar al Mercosur ni la posición de Brasil, que optó por no prorrogar las preferencias bilaterales sino en presionar por un entendimiento en favor de todo el bloque, dijo. (FIN/IPS/mo/dg/if/99