LIBERIA: ONU lucha contra prácticas tradicionales

Las agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Liberia comenzaron a tratar los cada vez más frecuentes casos de secuestro e iniciación forzosa de personas en las sociedades tradicionales mediante prácticas dañinas como la mutilación genital femenina.

En los últimos meses se informó de casos de iniciación forzosa que involucraron a más de 50 niños y adultos en diversas partes de Liberia, incluida Monrovia.

En febrero, dos adolescentes de la Residencia para Niños Salven Nuestras Almas (SOS) de Monrovia, que visitaban parientes en el pueblo de Kakata, en el centro de Liberia, fueron atrapados por el "Diablo", nombre con que se conoce a los practicantes de medicina tradicional en Liberia, e iniciados por la fuerza en la sociedad "poro".

Las gestiones de la Residencia para Niños SOS para que fueran liberados fueron inútiles, informándose que los niños habían sido "comidos por el Diablo".

A comienzos de marzo, la Corte Penal de Monrovia ordenó la liberación inmediata de 10 personas que habían sido atrapadas por el "Diablo".

Todo comenzó cuando tres niñas "mandingo", grupo étnico que no adhiere a esas dañinas prácticas tradicionales, fueron secuestradas por el grupo étnico rival "femal".

Siete mujeres mandingo enviadas a negociar su liberación también fueron encadenadas y amenazadas con la iniciación por la fuerza, obligando a sus parientes a entablar acción legal para asegurar su liberación.

Los diversos grupos étnicos del Condado de Lofa, en la frontera de Liberia con Guinea y Sierra Leona, que realizan las prácticas tradicionales, con frecuencia tienen enfrentamientos con los mandingos.

Durante uno de ellos, dos personas resultaron muertas y varias heridas.

"Además de constituir una amenaza para las personas, las actividades del tradicional 'Diablo' también han desprestigiado el tránsito y las actividades comerciales en pueblos y carreteras en todo el país", dijo un miembro de la Asociación de Abogadas de Liberia (AFLL).

En noviembre del año pasado, el "Diablo" emboscó y secuestró cuatro camiones que transportaban pasajeros y caucho sin procesar.

El ataque fue realizado durante la noche en la carretera que une Monrovia y Kakata, según un oficial de policía de Kakata, que se encuentra a aproximadamente 32 kilómetros al oeste de Monrovia.

Elizabert Moyounor, funcionaria de AFLL, instó "al gobierno a aprobar una ley que detenga los casos cada vez más frecuentes de prácticas tradicionales dañinas".

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y la Organización Mundial de la Salud, junto con el Ministerio de Salud y Seguridad Social, comenzaron a discutir las maneras de poner fin a las prácticas.

"Se trata de una tarea difícil, considerando lo arraigadas que están estas prácticas tradicionales en Liberia", dijo Philip Wesseh, editor administrativo del periódico Independent Inquirer.

No sólo los altos funcionarios gubernamentales, como los legisladores, ministros y jueces, son miembros de las sociedades tradicionales. El presidente, Charles Taylor, fue nombrado jefe de los "zoes" (jefe de las sociedades tradicionales).

Un informe sobre Derechos Humanos en Liberia del Departamento de Estado de Estados Unidos, divulgado el 26 de febrero, muestra que antes de la guerra civil (1989-1997), 50 por ciento de las mujeres de entre ocho y 18 años de las áreas rurales de Liberia habían sufrido mutilación genital.

Los trabajadores sociales estiman que 90 más de por ciento de las mujeres de esa edad habitantes en las áreas rurales sufrieron esa práctica.

Las agencias de la ONU y la AFLL afirman que ejercerán presión sobre influyentes legisladoras y juezas para pelear contra ese flagelo.

Las cinco organizaciones de derechos humanos de Liberia aseguraron a la AFLL que presionarán para que el parlamento apruebe una legislación al respecto.

Ultimamente se ha prestado mucha atención a estas dañinas prácticas tradicionales, que violan los derechos humanos de las mujeres y las niñas, podrían causar daños irreversibles en su salud y bienestar y constituyen actos de violencia en su contra.

Según la ONU, 130 millones de niñas y mujeres sufrieron alguna forma de mutilación genital en todo el mundo, especialmente en Africa. (FIN/IPS/tra-en/aj/mn/at-dg/pr-hd/99

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