JAPON: Gobierno no podrá cancelar deuda de países pobres

Japón analiza la propuesta de Alemania de cancelar la parte que le corresponde de la deuda contraída por 41 países pobres de Africa y otras regiones, pero no podrá cumplirla, aseguran observadores en este país.

Aunque Tokio no puede cancelar la deuda, anunció que los préstamos pendientes con esos países serán efectivamente cancelados mediante programas de reducción de deuda, según la cancillería.

"Estamos analizando la propuesta" realizada por el G-7 para cancelar la deuda de los países más pobres, señaló un funcionario de la cancillería.

El G-7 (Grupo de los Siete) está integrado por los siete países más industrializados: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón.

"Pero no es posible llevar a cabo la propuesta… de cancelar la deuda por completo", explicó.

El funcionario no se refirió a la forma en que actuará Japón, y se limitó a asegurar que Tokio examina proyectos "a fin de cumplir con el plan de cancelaciones de la mejor manera posible".

Gerhard Schroeder, el canciller (jefe de gobierno) de Alemania, que será la sede de la cumbre del G-7 en junio, propuso que para fines del 2000 los países acreedores cancelen la deuda contraída por los 41 países pobres altamente endeudados a causa de los préstamos para el desarrollo.

Del total de los países altamente endeudados, 32 se encuentran en la región subsahariana de Africa. De Asia se encuentran Birmania, Laos y Vietnam.

Japón, el mayor donante del mundo, brindó cerca de 40 por ciento de los 20.000 millones de dólares en préstamos bilaterales de ayuda que el G-7 destinó a los países pobres altamente endeudados.

Francia es el segundo donante, con 25 por ciento del total, luego está Alemania, con 15 por ciento, y Estados Unidos, con 10 por ciento. Los créditos de Japón para los 41 países más pobres del mundo sumaron 8.170 millones de dólares en 1998.

Gran Bretaña también diseñó un plan de cuatro medidas para prestar ayuda a los países más pobres, que prevé una reducción de 50.000 millones de la deuda para el año 2000.

Japón, consciente de que sería el más afectado por la propuesta del G-7, no mostró interés respecto del plan de eliminación de la deuda.

Los observadores sostienen que Tokio se vio obligado a aceptar la propuesta del G-7 para evitar que su imagen se deteriorara ante la comunidad internacional.

Además, Japón desea asegurarse de que los demás miembros del G- 7 se hagan cargo de su parte en el proyecto, ya que estará obligado a asumir el mayor costo.

Por ese motivo, Tokio se propone pedir a Estados Unidos y los países europeos que contribuyan con más dinero en los programas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para ayudar a los países pobres a reducir su deuda.

Los créditos representan casi la mitad del presupuesto que Japón destina a la ayuda externa, y la reducción de la deuda afectaría el enorme presupuesto que el país destina a la ayuda para el desarrollo.

Tamaki Tsuda, de la división de Créditos de Ayuda de la Oficina de Cooperación Económica de la cancillería, dijo que Japón desea fomentar el desarrollo sustentable en el mundo en desarrollo, y eso significa que los países que reciben ayuda deben ser responsables y pagar los préstamos.

Tokio ya empezó a aliviar la deuda de 19 países altamente endeudados, en respuesta a la presión externa. Para ello, puso en marcha un sistema de subvenciones para que los países paguen sus deudas anteriores.

Japón también aporta 10 millones de dólares a un fondo del Banco Mundial creado con el fin de aliviar los créditos de los países en desarrollo.

Los funcionarios explicaron que Japón no puede cancelar por completo sus préstamos por la sencilla razón de que no tiene los fondos suficientes para hacerlo.

Los afectados por la cancelación de la deuda serían los ciudadanos medios de Japón, ya que los préstamos de ayuda provienen del programa fiscal de préstamos e inversiones del gobierno, que a su vez depende de sistemas de ahorro público.

"El dinero (de los préstamos) se le debe a los japoneses que ahorran en la caja postal porque les da mayores beneficios que los bancos", explicó Ikuko Matsumoto, de la organización no gubernamental Amigos de la Tierra.

El principal semanario en temas financieros, el Nikkei, declaró esta semana que será difícil cancelar la deuda de los países pobres debido al sistema japonés, que podría afectar las cuentas de sus ciudadanos.

Esto explicaría la afirmación del canciller, según el cual la cancelación de la deuda deberá hacerse por una vía diferente.

"Cada país vive una situación diferente. Japón hará todo lo posible para cumplir con la propuesta de Alemania, pero a su manera", aseguró el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Por lo tanto, si bien se puede confiar en que Japón hará lo necesario para aliviar la deuda, aún hay que estudiar el alcance que debería tener para incluir al presupuesto de ayuda extranjera, indicó Matsumoto.

"La ayuda oficial al desarrollo de Japón depende demasiado de préstamos, no tanto de ayuda, sino de verdaderos negocios, ya que los países que los reciben deben pagar intereses además de devolver el préstamo", señaló.

Las organizaciones no gubernamentales piden que Japón incremente la ayuda para los países en desarrollo, como lo hicieron otros países donantes. (FIN/IPS/tra-en/js/sk/ceb/aq/if-dv/99

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