INDONESIA: Partido de gobierno en carrera pese a impopularidad

El gobernante partido Golkar es una de las organizaciones más impopulares de Indonesia, pero todavía está en carrera para las primeras elecciones democráticas de este país asiático en cuatro décadas, previstas para el próximo junio.

Aunque el color amarillo que simboliza al partido una vez encabezado por Alí Suharto, presidente durante 32 años, es suficiente para desatar reacciones violentas en mucha gente, analistas políticos señalan que Golkar aún podría ganar los próximos comicios generales.

Esa posibilidad, advierten los analistas, podría significar más trastornos en la volátil Indonesia.

Muchos disturbios y actos de violencia fueron atribuidos a antiguos conflictos étnicos y religiosos, pero algunos observadores apuntan también a la creciente frustración ante la conducción del país y la falta de cambios políticos luego de que Suharto debió abandonar la presidencia, en mayo de 1998.

Aunque muchos indonesios esperaban que el alejamiento del dictador marcara un nuevo comienzo, el partido Golkar permaneció en el poder encabezado por Jusuf Habibie, antiguo protegido de Suharto.

Los indonesios, decepcionados, ven entonces las elecciones del 7 de junio, las primeras desde la renuncia de Suharto, como su próxima posibilidad de lograr cambios.

Sin embargo, el partido que dominó la política nacional por más de tres décadas podría obtener 20 por ciento de los votos, un porcentaje mayor que el de las otras agrupaciones políticas, según una encuesta del Instituto de Asuntos Públicos.

Aunque Golkar no conquistó el sentimiento popular, los partidos de oposición son demasiado pequeños y carecen de una red nacional para poder desafiar a la más poderosa organización política de Indonesia, observan analistas.

El Instituto también señaló que si Golkar obtiene la mayoría parlamentaria será gracias a su alianza con otras agrupaciones, como la facción del Partido Democrático de Indonesia liderada por Budi Harjono, el Partido Soberano del Pueblo y el Partido de la Justicia.

Pero una victoria de Golkar no caería bien a la gran mayoría de los indonesios, que adoptaron una actitud hostil ante varias manifestaciones políticas del partido, sostienen observadores.

En al menos tres grandes manifestaciones de Golkar realizadas este mes en la isla de Java, los participantes fueron atacados.

Durante una manifestación en Purbalingga, por ejemplo, los hombres que usaban camisas amarillas fueron obligados a quitárselas, mientras las mujeres que usaban atuendos del mismo color debieron refugiarse en estaciones de policía.

Además, caravanas con partidarios de Golkar fueron apedreadas, y automóviles que transportaban miembros del partido fueron volteados e incendiados.

Algunos analistas señalaron que tales reacciones son comprensibles dado que Golkar es responsable de tres décadas de corrupción y violaciones a los derechos humanos.

"Golkar es como un atleta que se droga constantemente. Muerde las orejas de sus oponentes, pero siempre un árbitro injusto le permite seguir compitiendo", comentó un editorial de la revista Tempo.

Mientras, Golkar acusó a los partidarios de la líder opositora Megawati Sukarnoputri, jefa de su propia facción del Partido Democrático de Indonesia, de instigar muchos de los ataques.

Algunos señalan incluso que la popularidad de Megawati, hija del fallecido primer presidente indonesio Ahmed Sukarno, está en disminución debido a las acciones de sus seguidores.

"La gente se ha dado cuenta de que no puede controlar a su propia organización. ¿Cómo podría conducir la nación?", comentó un político local.

Pero varios analistas vinculan la hostilidad de los partidarios de Megawati con los ataques a su sede, en julio de 1996, por facciones promilitares que deseaban imponer a la cabeza de su partido a un protegido de Suharto.

"La actual violencia es en realidad lo que Golkar enseñó a hacer en el pasado. Es lógico que ahora reciba sus frutos", comentó un crítico del gobierno.

Los políticos indonesios no están preparados para convivir con una democracia auténtica, opinó Rubiyanto, profesor de la Universidad Gadjah Mada, de Yogyakarta.

"La actual escalada de violencia demuestra que los grupos políticos prefieren recurrir al uso de la fuerza para obtener sus objetivos", agregó.

Además, "no estoy seguro de que grupos llamados democráticos estén dispuestos a aceptar una victoria de Golkar en las próximas elecciones, aún si son justas", manifestó Rubiyanto. (FIN/IPS/tra-en/ky/cb/js/mlm/ip/99

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