Las sanciones económicas contra India y Pakistán por realizar pruebas nucleares forzaron a esos países a acelerar la apertura de sus economías, sugirió un informe de la Organización de las Naciones Unidas.
Segun el Análisis Económico y Social de Asia y el Pacífico 1999, de la la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (ESCAP, por su sigla en inglés), tras esas sanciones se produjeron importantes privatizaciones y cambios en el sistema de control de cambio de divisas extranjeras.
Las medidas contra India y Pakistán fueron decididas en mayo de 1998 por el grupo de los siete países industrialzados más poderosos (G-7, integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón e Italia), tras las pruebas nucleares realizadas por ambos países asiáticos en marzo.
Las sanciones implicaron que se cortaran los préstamos a agencias oficiales y a la financiación comercial, así como la postergación de gran parte de la asistencia internacional y multilateral al desarrollo, señaló el informe de la ESCAP.
Cuando los bancos estadounidenses y japoneses aplicaron vigorosamente las decisiones del G-7, la confianza de los inversores extranjeros se vio negativamente afectada, y el impacto de las sanciones se multiplicó.
En el tercer trimestre de 1998, la empresa estadounidense Moody`s decidió empeorar su calificación del riesgo para las inversiones en India, lo cual aumentó el costo de los préstamos para las compañías privadas y las corporaciones estatales.
En Pakistán, la asistencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), que había quedado en suspenso después de las sanciones, fue reanudada recién a comienzos de 1999.
En India se produjo una declinación de la afluencia neta de capital, que había sido de 10.400 millones de dólares en 1977 y pasó a 9.800 millones en 1998, a pesar del ingreso de elevados montos de inversiones extranjeras directas y créditos comerciales bancarios.
La afluencia de capitales para inversiones a largo plazo en Pakistán había sido de 2.100 millones de dólares en 1997 y pasó a 1.700 millones en 1998, al tiempo que se producía un significativo drenaje de los depósitos en moneda extranjera en el país.
A fines de junio de 1998, las reservas de divisas extranjeras habían bajado a 930 millones de dólares, y en diciembre, la firma Standard y Poor empeoró su calificación del riesgo para las inversiones en Pakistán, haciendo más costosos los préstamos comerciales desde el exterior.
Mientras tanto, el servicio de la deuda externa ha seguido siendo un pesada carga para India y Pakistán, tal como ocurre en otros países de la región que presentan desmesurados déficit en sus relaciones comerciales con el exterior. Según la ESCAP, este problema cobró especial significación en el período fiscal 1999.
El informe tambien señaló que el aumento del gasto público fue una de las principales razones de que no se lograra abatir el déficit fiscal de ambos países, a pesar de esfuerzos de las autoridades que incluyeron la anulación o la reducción de una variedad de subsidios.
Ante esas circunstancias, los gobiernos de Pakistán e India apelaron a la medida a corto plazo de aumentar la captación de recursos del mercado, lo cual determinó el incremento de la deuda interna y de sus intereses.
En India, el deterioro del balance de la cuenta corriente en 1998 y el reflujo de la inversión extranjera institucional causaron una presión negativa sobre la tasa de cambio, y obligaron al Banco de Reserva a intervenir varias veces en el mercado para sostener la cotización de la moneda.
De todos modos, la rupia se depreció 14,5 por ciento entre agosto de 1997, cuando comenzó la crisis económica en la región, y octubre de 1998. En Pakistán, la cotización del dólar aumentó ocho por ciento en octubre de 1997 y cuatro por ciento en mayo de 1998.
Esta situación llevó a que las autoridades paquistaníes adoptaran una serie de medidas para afianzar la regulación de los bancos comerciales y la restructuración de entidades de crédito del sector público.
Se inició el proceso de privatización de dos bancos comerciales, dos de créditos para el desarrollo y otras instituciones financieras que habían sido nacionalizadas.
Mejorar la viabilidad comercial de las empresas públicas, muchas de las cuales siguen sufriendo fuertes pérdidas, se ha transformado en una urgencia política primordial en la región.
El gobierno de India presentó un proyecto de ley que permitiría introducir la competencia de empresas extranjeras en el hasta ahora fuertemente protegido sector de los seguros, aunque también está realizando esfuerzos para mejorar el desempeño de las empresas públicas en esa área.
A pesar de que se adoptaron numerosas medidas de desregulación económica y liberalización, con el objetivo de impulsar la inversión privada y la producción del sector industrial, el resultado no ha sido satisfactorio, debido sobre todo a debilidades de infraestructura.
Algunos países de la región ofrecieron incentivos para atraer inversiones extranjeras en el sector energético, incluyendo garantías de utilidades, pero esos esfuerzos aún no han dado resultados importantes.
Las medidas para alentar la inversión privada en India abarcan la decisión de permitir su presencia en las industrias del carbón, el lignito y aceites minerales, que estaban reservadas al sector público.
Una vez más, el elemento salvador para toda la región ha sido la agricultura, que sigue contribuyendo sustancialmente al producto interno bruto de la mayoría de los países, apuntó el informe de la ESCAP.
Además de tener implicancias directas para el empleo y la provisión de alimentos, el sector aporta materia prima para los molinos de algodón y azúcar, plantas procesadoras de té y otras grandes industrias.
No obstante el aumento de la productividad agrícola parece haberse desacelerado tras el impacto inicial de tecnologías de la llamada "revolución verde", y además el sector sigue siendo altamente vulnerable a fenómenos naturales como inundaciones y sequías.
El desarrollo de la agricultura también se ha visto perjudicado por la falta de inversiones y la insuficiencia de las obras de mantenimiento de la estructura de riego, por un mercadeo insuficiente y una diversificación inadecuada.
También existen problemas en el rubro de la producción tradicional de cereales, y en muchos casos se ha asignado prioridad a otro tipo de productos agrícolas con buen potencial para la exportación. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/ego/mp/if dv/99)