Activistas y organizaciones cívicas de India impugnaron ante la Corte Suprema, por "inconstitucional", una nueva ley de patentes que concede monopolios a transnacionales productoras de medicamentos y agroquímicos.
La aprobación de la ley respondió a presiones de Estados Unidos, que presentó una demanda en la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra India, por no modificar su ley de patentes para cumplir los acuerdos sobre Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIP, por su sigla en inglés).
Representantes de India negociaron al respecto en octubre último, aceptando someterse a los términos de la Convención de París para la Protección de la Propiedad Intelectual y el Tratado de Cooperación sobre Patentes estadounidense.
Estados Unidos también aplicó y promovió internacionalmente, con éxito, sanciones comerciales contra India y suspensiones de los préstamos a ese país, luego de sus pruebas de armas nucleares en mayo de 1998.
El gobernante Partido Bharatiya Janata defendió la nueva ley sosteniendo que era obligatorio cumplir con los compromisos sobre TRIP.
Quienes presentaron la impugnación alegan que la norma permitirá a las transnacionales apoderarse del mercado de los productos de medicina tradicional, de los cuales dependen 70 por ciento de los 1.000 millones de habitantes, y producirá un gran aumento general de los precios de medicamentos y agroquímicos.
También sostienen que los medicamentos indios basados en conocimientos tradicionales son de dominio público, y en consecuencia están amparados por la Constitución, al igual que los derechos que se verán amenazados por productos de las transnacionales que son peligrosos para el ambiente y la salud.
La demanda fue presentada, entre otras organizaciones, por la Fundación de Estudios para Ciencias Tecnológicas y Ambientales (FECTA), el Sindicato de Granjeros, la Unión Popular por Libertades Civiles y el Movimiento para Salvar la Libertad.
Los litigantes también solicitaron a la Corte que, por razones de interés público, ordene una revisión completa de los planes para implementar los acuerdos sobre TRIP.
Bandana Shiva, responsable de la FECTA, declaró que la ley no brinda seguridad alguna a los consumidores e industrias locales, y que ni siquiera se ampara en las excepciones aceptadas por la OMC por razones de salud pública, interés público u orden público.
Shiva señaló que tampoco toma en cuenta la extensión de la pobreza extrema, que ya hace impagables muchos medicamentos esenciales, constantemente demandados en las áreas rurales, pese a que sus precios están entre los más bajos del mundo.
"Esas drogas son indispensables durante epidemias cuyas causas se relacionan con la pobreza, el subdesarrollo y las carencias sanitarias", explicó.
También se verán perjudicados por la nueva ley, según sus críticos, los campesinos que emplean productos tradicionales indígenas, de bajo costo, como insecticidas y pesticidas, ya que ahora se verán obligados a comprar aquellos patentados, mucho más costosos, o perder sus cosechas.
El año pasado, centenares de cultivadores de algodón del estado meridional de Andhra Pradesh se suicidaron tras el fracaso de sus cosechas, que se produjo pese a que habían adquirido pesticidas a crédito.
Según el parlamentario izquierdista Gurudas Disgupta, los negociadores indios sacrificaron en octubre del año pasado el interés de millones de ciudadanos, para conseguir mejores puestos de trabajo en la OMC.
Shiva apuntó que era llamativo que muchos ministros y parlamentarios responsables de la nueva ley antes hubieran actuado en movimientos contrarios a su aprobación.
El Parlamento también ignoró los informes de varios grupos de expertos, incluida la prestigiosa Comisión Legal, en cuya opinión la norma presentaba "ciertas omisiones significativas que perjudican los intereses nacionales".
"Es obvio que los medicamentos esenciales y los necesarios para los programas nacionales de salud pública serán los más afectados", dijo el juez Jeevan Reddy, presidente de la Comisión.
La laxa legislación anterior sobre productos farmacéuticos permitió, durante casi tres décadas, que los fabricantes locales vendieran medicamentos genéricos por casi un tercio de los precios vigentes en países vecinos.
En ese marco, la industria farmacéutica india pasó de una producción por valor de 62 millones de dólares en 1970 a una de 2.300 millones en 1996, y realiza exportaciones anuales por unos 550 millones de dólares.
La doctora Mira Shiva, de la Asociacion India de Voluntarios de Salud, opinó que las compañías locales serán absorbidas por las transnacionales y priorizarán la producción de lucrativos productos "de moda", como el Viagra.
"India todavía lucha contra enfermedades causadas por aguas contaminadas o contra la anemia perniciosa en las mujeres, y ninguna transnacional tiene interés en producir los medicamentos de baja rentabilidad que se necesitan para ello", señaló. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/ego/mp/he ip/99)