La IX cumbre iberoamericana, que se realizará en noviembre en Cuba, debería derivar en un frente común sin exclusiones para enfrentar el impacto de turbulencias financieras externas, de aceptarse la propuesta formulada por el país organizador.
"Hoy ningún país puede resolver por sí mismo todos los problemas, ni siquiera una sola región", alerta, en su párrafo final, el borrador de la Declaración de La Habana, que durante dos días fue tema central de la primera de las tres reuniones preparatorias de la próxima IX cita iberoamericana.
El texto, al cual tuvo acceso IPS, ocupa sólo cinco páginas y media y fue considerado por observadores como moderado y conciliatorio, muy centrado en la búsqueda de consenso y promoción de la unidad.
"La idea es lograr un documento que alcance mayor impacto por su brevedad" y que trascienda hacia la sociedad, comentó Jorge Bolaños, secretario pro tempore de la Cumbre que debe reunir el 15 y 16 de noviembre en La Habana a los jefes de Estado y de gobierno de Latinoamerica, España y Portugal.
El proyecto reafirma en primer lugar el compromiso de contribuir a "la consolidación de las instituciones democráticas, el pluralismo político, el Estado de Derecho y el respeto, defensa y promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo".
"Reiteramos asimismo, el respeto a los principios de soberanía y no intervención y el derecho de cada pueblo de construir libremente, en paz, estabilidad y justicia su sistema político", añade el borrador.
Esos términos son virtualmente una copia al calco de formulaciones contenidas en la Declaración de Guadalajara, emitida por los estadistas iberoamericanos cuando se reunieron por primera vez, en 1991, en esa ciudad de México.
Para el canciller cubano Roberto Robaina, los "principios fundacionales de Guadalajara", junto a la promoción de una agenda común afín a los intereses" iberoamericanos, han permitido a la región "perdurar como familia".
Analistas latinoamericanos consideran que al incluir referencias a la democracia, los derechos humanos y pluralismo político, la isla "sale al ruedo antes que los toros" con temas en torno a los cuales ha sido objeto de fuertes críticas en los últimos meses.
"Ya está dicho lo que interesa a una mayoría iberoamericana, aunque pudiera molestar al anfitrión", comentó un diplomático presente en los debates, de los cuales surgieron sugerencias que la isla debe tener en cuenta para una nueva redacción del borrador a presentar en la reunión de julio próximo.
Al hacer un diagnóstico de la situación, se pone énfasis en la necesidad de concentrar esfuerzos "en los desafíos y riesgos que imponen las actuales tendencias de la globalización que pudieran conducir a una posible crisis económica globalizada".
"En caso de que una crisis económica globalizada se desate, los presentes desafíos que enfrentan hoy nuestros países en el contexto de las actuales tendencias de la economía mundial pueden agudizarse" y tener un impacto negativo sobre la situación económica, social, cultural, ambiental y política, agrega.
Tras alertar que en las últimas décadas se ha ampliado la brecha socioeconómica entre las capas de mayores y menores ingresos, anota que en el campo ambiental se han hecho más evidentes algunos de los problemas ecológicos globales que preocupan a la humanidad.
"Se ha registrado una desaceleración del crecimiento económico a escala mundial, como expresión de un estancamiento relativo de la actividad productiva y del auge de la especulación financiera", afirma el texto.
Estos "síntomas recesivos han alcanzado dimensiones de crisis financieras y económicas en algunas regiones y países que, dada su magnitud, recurrencia y potencial de transmisión o contagio, son percibidos como expresiones parciales de una posible crisis generalizada, que afectaría sobre todo a las economías más débiles", acota.
El texto lamenta que los efectos socioeconómicos de la crisis financiera internacional se han transmitido por canales comerciales y financieros hacia América Latina y el Caribe, poniendo "en peligro los costosos esfuerzos de estabilización y de crecimiento" realizados por los gobiernos del área.
La estrategia de respuesta propuesta por el proyecto de declaración incluye la demanda de un sistema global de comercio abierto, no discriminatorio y equitativo, solución del endeudamiento externo de las economías iberoamericanas e impulso a la cooperación e integración.
"Rechazamos la aplicación de toda forma de condicionalidad política, económica, social o medioambiental para el acceso a los mercados de productos, servicios y capital, así como la aplicación de medidas coercitivas unilaterales dirigidas con tal propósito", apunta.
Ese inciso, incluido en el párrafo 14, clave para los anfitriones de la cumbre, contiene la condena implícita del bloqueo aplicado a Cuba por Estados Unidos desde los años 60, reforzado mediante la llamada ley Helms- Burton de 1996.
El borrador reafirma el "papel estratégico" del Estado en el aumento de los niveles de bienestar social y el fomento de la cooperación internacional que asegure un tratamiento preferencial a los países y regiones menos desarrollados.
Insiste también en la necesidad de promover la integración regional como vía para potenciar las oportunidades y enfrentar los retos derivados de la globalización, además de avanzar en la solución de complejos problemas socioeconómicos, tecnológicos y ambientales que requieren un enfoque concertado.
"En las peligrosas situaciones de riesgo, como la que vivimos junto al mundo, tenemos la convicción de que hay que buscar no sólo la unidad entre todos los países de Iberoamérica sino también la mayor unidad posible dentro de los países", subraya.
La primera reunión de coordinadores y responsables de cooperación puso el pie al acelerador de un proceso de preparación al que Cuba concede atención prioritaria, al margen de las ausencias previsibles en la cumbrd de noviembre.
El presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán, anunció en el precedente encuentro, celebrado en Oporto, Portugal, que su país no asistirá a la cita cubana, pese a que una delegación nicaragüense se hizo presente en La Habana entre los días 7 y 9.
El Salvador, que no envió delegación a esa reunión preparatoria, pudiera ser el otro ausente de la cumbre, dado que dos de sus nacionales resultaron condenados en marzo pasado en tribunales cubanos a pena d muerte por cargos de terrorismo.
No sería la primera vez que una cumbre iberoamericana se realice sin la presencia total de los jefes de Estado o gobierno, pues a la segunda, efectuada en Madrid en 1992, no pudieron acudir por motivos diversos los mandatarios de Portugal, Perú, Colombia y Venezuela.
Sin embargo, Robaina aclaró, al inaugurar los trabajos de preparación, que Cuba no quiere "más protagonismo que el que le pertenece a cada una de las 21 naciones" y tampoco desea ser escenario "de ninguna exclusión o división" dentro de la familia iberoamericana. (FIN/IPS/pg/dg/if-ip/99