La economía mundial estaría mejor dirigida si los directores del Fondo Monetario Internacional (FMI) fueran despedidos y la institución funcionara un tiempo bajo administración judicial, advirtió un experto en vísperas de la principal reunión anual de las finanzas mundiales.
Robert Blecker, profesor de Economía de la American University, lanzó este consejo mientras los ministros de Finanzas viajan a Washington para la Reunión de Primavera del FMI y el Banco Mundial, en la que discutirán la reforma de las normas e instituciones financieras multilaterales.
Los pedidos de una nueva arquitectura financiera mundial han aumentado desde la crisis en México en 1994 y 1995, y llegaron a su apogeo cuando la crisis financiera asiática de 1997 llegó a Rusia y a Brasil el año pasado.
En cada instancia, el FMI encabezó las gestiones internacionales para proporcionar a los gobiernos afectados los fondos de emergencia para aliviar o prevenir la crisis, sólo para ver luego cómo se multiplicaban sus problemas.
"Si cualquier país democrático hubiera fallado tanto en sus políticas económicas como falló el FMI en un país tras otro, el gobierno habría caído o perdido las elecciones hace tiempo", dijo Blacker en un libro presentado el jueves por el Instituto de Política Económica, en Washington.
Sin embargo, "abolir el FMI sin crear una institución nueva en su lugar nos haría retroceder al siglo XIX de capitalismo no regulado en lugar de avanzar a un siglo XXI de crecimiento más estable e igualitario", agregó.
Las ideas de instituciones alternativas abundan, pero no es probable que alguna se materialice pronto. La mayoría de las propuestas prevén alguna clase de banco central mundial, institución supervisora internacional o cámaras de compensación monetaria internacionales.
"El mundo realmente necesita instituciones financieras internacionales, pero es poco probable que cree entidades nuevas en el futuro inmediato, por lo que es vital concentrarse en reformar la más importante de ese tipo que existe actualmente, el FMI", argumenta Blecker en su libro "Taming Global Finance".
Blecker señaló "cuatro maneras prácticas en que el FMI podría transformarse en una institución más sensible y funcional para la administración financiera global en unos pocos años", la primera de las cuales sería reemplazar a sus responsables.
"Se debería identificar y promover, dentro de la institución en los casos en que sea posible, a pensadores innovadores que no estén unidos a la línea política actual, y también traer sangre nueva", dijo Blecker.
En segundo lugar, propuso hacer que la organización sea más responsable y la toma de decisiones sea más democrática para romper con lo que el economista Jagdish Bhagwati llama el "complejo de la Tesorería de Wall Street".
"La realidad política dicta que Estados Unidos y otras naciones industrializadas, que son los mayores contribuyentes del FMI, continuarán teniendo gran influencia", observó Blecker, pero se debería dar a los países en desarrollo una mayor proporción de votos en el directorio ejecutivo del Fondo.
En tercer término, Blecker aconsejó cambiar la misión de la institución a largo plazo para enfatizar la prosperidad macroeconómica y la justicia social, inclusive los derechos de los trabajadores.
"El apoyo a derechos laborales esenciales (abolición del trabajo infantil, derecho a organizarse) y mejores condiciones laborales (salarios mínimos razonables, protección a la salud y seguridad) debería incorporarse a la política del FMI", explicó.
Eso debería establecerse "para compensar otras políticas" como las devaluaciones de la moneda o la austeridad fiscal "que tienden a recortar los salarios reales", afirmó.
La cuerta recomendación es adaptar los paquetes de ayuda financiera de emergencia a las necesidades específicas de los países y "pasar la mayor parte de la carga del ajuste de los deudores a los acreedores".
Esto implica reconocer que las crisis de hoy son causadas por el "capital de alta movilidad" y no sólo por "las incoherentes políticas macroeconómicas y el tipo de cambio desalineado" de los años inmediatamente posteriores a la segunda guerra mundial, y primeros años del FMI.
Las gestiones de estabilización, basadas en la contracción económica y la austeridad, fueron un precio demasiado alto para los trabajadores y el ambiente como para ser productivas a largo plazo, dijo Blecker.
"Si la competencia excesiva por los mercados de exportación es una causa de crisis monetarias, parte de la solución debe estar en expandir los mercados internos", explicó.
"Esto requiere a su vez un crecimiento más orientado por el salario, que no puede ocurrir cuando los derechos de los trabajadores son violados sistemáticamente y no se aplican los criterios mínimos" de protección, abregó Blecker.
De manera similar, "los países son inducidos a explotar sus recursos naturales de manera más intensa para salir de las crisis de deuda".
Blecker considera problemática la insistencia del FMI en que los países en desarrollo abran sus mercados de capital al flujo extranjero, aunque la agencia mundial actualmente suaviza su mensaje hablando de liberalización "ordenada".
"Los controles de capital están permitidos en la carta del FMI, que debería ayudar a los países a diseñarlos de manera que aumente su efectividad para reducir los movimientos de capital especulativo a corto plazo sin socavar la financiación de las inversiones productivas a largo plazo", dijo Blecker.
Para comenzar a cambiar la institución "sin minar indebidamente la confianza, el FMI debería ser puesto temporalmente bajo administración judicial por los principales gobiernos del mundo, inclusive los de países en desarrollo", dijo Blecker.
Bajo tal acuerdo, un consejo transicional de supervisores, que incluya al "relativamente progresista" hermano de Bretton Woods del FMI, el Banco Mundial, ayudaría a que la agencia cambie su "monolítico punto de vista actual".
Pero advirtió que "será difícil revertir la tendencia conservadora de las políticas del FMI si su gobierno es simplemente abierto a una gama más amplia de ministerios financieros y departamentos de tesorería, que tienden a ser excepcionalmente cautelosos y con frecuencia sirven a intereses financieros".
Blecker opina que, en lugar de eso, el FMI necesita la participación de funcionarios que no estén en el área de las finanzas y de organizaciones no gubernamentales, haciendo eco de pedidos similares de grupos populares, académicos y funcionarios de la ONU. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/at/mj/if dv/99