Tailandia, la primera economía del sudeste asiático afectada por la crisis de 1997, acusa a los países occidentales de frustrar las gestiones para modificar integralmente el sistema financiero internacional.
"Hasta ahora no hemos restructurado el sistema financiero mundial por la oposición de los países industrializados. Quieren que mejoremos el sistema existente y no que creemos nuevos", declaró a IPS el embajador tailandés ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Asda Jayanama.
Para Jayanama, hay dos propuestas en juego. La creación de una Organización Mundial Financiera para supervisar el capital internacional y la de un Fondo Monetario Asiático que habrá de seguir el modelo del Fondo Monetario Internacional (FMI) de Washington.
Pero Estados Unidos y otros países de Occidente se oponen a esas iniciativas, explicó.
La propuesta para el Fondo Monetario Asiático, con un capital inicial de unos 100.000 millones de dólares de Japón, fue rechazada por Estados Unidos y el FMI, agregó Jayanama.
Esa oposición se debe a la idea equivocada de que los países en crisis no reformarán sus sistemas monetarios si cuentan con asistencia financiera, sostuvo.
Pero los opositores no se percatan de que el nuevo Fondo no tiene el objetivo de entregar "dádivas" sin límite. "Todos sabemos que no existen los almuerzos gratuitos", señaló.
Por otra parte, el FMI no quiere perder el poder y la autoridad que ejerce sobre los países asiáticos, o sobre los otros países en desarrollo, que son sometidos a rigurosas condiciones cuando solicitan préstamos de la institución multilateral, precisó Jayanama.
Desde mediados de 1997, Corea del Sur solicitó un paquete de ayuda del FMI de unos 58.000 millones de dólares, Indonesia pidió 43.000 millones de dólares, Tailandia 17.200 millones y Filipinas 1.000 millones.
Malasia se negó a recibir ayuda alguna porque no deseaba someterse a las condiciones del FMI, como la reducción del déficit presupuestal y las tasas de interés, la eliminación de los subsidios estatales, y una mayor disciplina del sistema bancario.
La semana pasada, la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico (ESCAP) señaló en su investigación anual que se necesitan políticas nuevas en los ámbitos nacional, regional e internacional para superar la crisis económica asiática.
"Se debe superar la falta de crédito actual, fortalecer el sector financiero y restructurar la estructura empresarial", exhortó el organismo.
En primer lugar, "se debe considerar la reforma de la arquitectura financiera internacional y la intensificación de la cooperación regional, incluso la consideración de la creación de un fondo asiático", declaró ESCAP.
Teniendo en cuenta la mayor frecuencia e intensidad de las crisis, causadas en gran medida por grandes movimientos de capital, el informe señaló que es necesario un organismo que supervise el capital internacional, en referencia a la Organización Mundial Financiera.
Esta Organización debe tener un objetivo específico para controlar los movimientos internacionales de corto plazo y desarrollar un sistema normativo para supervisar y, en definitiva, regular esos movimientos.
En tercer lugar, es importante que se llegue a un acuerdo internacional sobre una serie de principios para resolver problemas relacionados con la deuda. La Organización Mundial Financiera podría ofrecer el marco institucional para llegar a ese acuerdo.
En enero, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) también abogó por la reforma radical de la arquitectura financiera mundial.
"Los acontecimientos mundiales desde 1997 dejaron dolorosamente en claro que el actual sistema financiero internacional no puede proteger a la economía mundial de crisis financieras de alta intensidad y frecuencia y efectos devastadores", señaló CEPAL.
El sistema financiero internacional es un todo orgánico y por tanto toda reforma debe abarcar una serie de aspectos interrelacionados de la administración internacional de la liquidez, la consistencia mundial de las políticas macroeconómicas y la regulación financiera, añadió.
Estos ámbitos son esenciales para impedir y administrar las crisis financieras, así como para financiar el desarrollo y resolver la deuda externa.
La rápida propagación de la actual crisis financiera internacional hizo reconocer a "los gobiernos de los países en desarrollo que se trata del acontecimiento más amenazador en más de medio siglo", concluyó la CEPAL. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/aq/if/99