El tráfico aéreo de España está sumido en el caos, con grandes atrasos y suspensiones de vuelos, protestas de pasajeros, pérdidas millonarias para el turismo y para la línea nacional Iberia y con los bombardeos a Yugoslavia de ruido de fondo.
Las autoridades niegan que los vuelos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre España afecten el tráfico. Pero los ataques aliados contra Yugoslavia, que comenzaron hace un mes, han coincididido con el mayor caos nunca visto en los aeropuertos españoles, en especial el de Madrid.
Fuentes gubernamentales atribuyeron gran parte del problema a que las compañías aéreas programan vuelos de más, por lo que les solicitó "una autocrítica" y un ajuste de su programación a las necesidades reales de servicio.
Como primera reacción, Iberia anunció el martes que anulará casi 20.000 vuelos en lo que resta de año para reducir atrasos en los despegues. La reducción, según el presidente de la compañía, Javier Irala, le ocasionará 800 millones de dólares de pérdidas netas.
Otras compañías se oponen a la reducción. La privada Spanair anunció que continuará con un proceso de crecimiento por el cual sus vuelos en el aeropuerto de Madrid aumentarán 60 por ciento respecto de los realizados el año pasado.
Un portavoz de Spanair dijo que su empresa rechazó el pedido de Iberia para reducir sus vuelos, pues en la actualidad sólo cuenta con 15 por ciento de los vuelos nacionales y espera elevar esa cuota a 25 por ciento.
Jesús Martínez, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Agencias de Viajes, criticó la reducción y señaló que afectará el turismo, principal productor de divisas del país.
En relación con las causas, dijo que "el recorte del espacio aéreo" que responde a la habilitación de rutas para los aviones de la OTAN "ha creado un caldo de cultivo que los pilotos y controladores aprovecharon para poner de rodillas a la empresa" Iberia.
Fuentes de Iberia expresaron que los pilotos están haciendo una huelga de celo (trabajo a desgano), pero el sindicato que los agrupa rechazó la acusación y achacó los problemas a "fallos en la infraestructura, falta de operatividad y gestión, cuya responsabilidad última es del Ministerio de Fomento".
Los pilotos recordaron que los problemas en el aeropuerto madrileño se vienen sucediendo hace dos años y que la reorganización del espacio aéreo europeo y la guerra de Yugoslavia no son la causa del caos, "sino agravantes circunstanciales".
Los controladores aéreos, que brindan apoyo técnico desde tierra para orientar a los pilotos y organizar el tráfico de los aviones, se niegan a realizar horas extras en demasía, a pesar de que cobran el equivalente de cien dólares por cada una.
Su argumento es que una jornada de trabajo demasiado extensa afecta su desempeño profesional y puede ser causa de accidentes. Por ello, reclaman que se convoquen nuevas plazas y se contrate más personal debidamente formado.
En tanto, prosiguen las cancelaciones y los atrasos. Iberia canceló este miércoles una veintena de vuelos, y todos sufrieron atrasos.
En el plano político, la oposición critica al gobierno y atribuye la mayor responsabilidad del caos al Ministerio de Fomento, del que depende la empresa Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA).
El gobierno, por su parte, acusa a su predecesor socialista de no haber sido previsor.
El ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, anunció que antes de finalizar el año presentará una ley de navegación aérea, algo que, según él, debieron hacer los socialistas en los 14 años en los que estuvieron al frente del gobierno. (FIN/IPS/td/mj/ip if tr/99