EEUU: Países autoritarios reciben ayuda militar multimillonaria

Estados Unidos dio 8.300 millones de dólares en ayuda militar a regímenes autoritarios en 1997, el último año para el que existen datos oficiales, según un informe divulgado hoy por una organización de desarme de este país.

La ayuda incluye la venta de armas, entrenamiento y ejercicios conjuntos, y representa casi 40 por ciento de todas las transferencias militares al exterior, y más de 50 por ciento de las transferencias a los países en desarrollo en ese año, según el estudio.

El informe fue el cuarto de una serie anual compilado por la organización Desmilitarización por la Democracia (DfD), con sede en Washington.

"La política exterior estadounidense promete una nueva era de democracia y derechos humanos, pero esta promesa está sujeta a las demandas de las compañías exportadoras de armas", según la introducción firmada por Oscar Arias y Jan Willem Bertens.

Arias, ex presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz, es autor del Código de Conducta de los Ganadores del Nobel sobre Transferencias de Armas, una iniciativa internacional para limitar la venta de armas.

Bertens, presidente holandés del Comité de Seguridad y Desarme del Parlamento Europeo, desempeñó un papel fundamental el año pasado cuando la Unión Europea (UE) adoptó un código de conducta para la venta de armas.

Ese código, que obliga políticamente pero no jurídicamente a los 15 estados de la UE, pidió a los gobiernos que prohíban la venta de armas a aquellos países que probablemente los utilicen contra otras naciones o para la represión interna.

DfD y otras organizaciones de desarme y derechos humanos en Estados Unidos abogan porque el Congreso de este país adopte un código similar.

El proyecto, aprobado por la cámara baja en 1997 antes de empantanarse en el senado, prohibiría la exportación de armas a los gobiernos que no fueron elegidos democráticamente y que violan los derechos humanos o no adhieren al Registro de Armas Convencionales de la Organización de las Naciones Unidas.

Una iniciativa relacionada, pero mucho más débil, aprobada en marzo por el Comité de Relaciones Internacionales de la cámara baja, pide que el presidente Bill Clinton negocie con otros países el bloqueo de la exportación de armas a gobiernos antidemocráticos o que violan los derechos humanos.

"Europa por sí sola no puede producir el código internacional por el que todos trabajamos", dijo Bertens este miércoles.

Para que este se materialice, Estados Unidos y la UE deben coordinar sus gestiones, según Michael Butcher, del Consejo de Información de Seguridad Británico-Estadounidense.

El asunto debe incluirse en el orden del día de las cumbres semestrales entre los gobernantes de Estados Unidos y la UE, afirmó.

Estados Unidos fue por lejos el mayor vendedor de armas del mundo entre 1991 y 1997. Fue la fuente de más de un tercio de las transferencias monetarias por concepto de armas en ese lapso, 300 por ciento más que sus competidores más cercanos: Rusia, Gran Bretaña y Francia.

Casi 68 por ciento de las exportaciones estadounidenses se destinaron a países en desarrollo, según el Servicio de Investigación del Congreso.

En 1997, este país brindó 21.300 millones de dólares en apoyo militar a 168 países de todo el mundo, de los cuales 123 corresponden el Sur en desarrollo, según el informe.

De estos países, 52 estaban regidos por gobiernos antidemocráticos, según el criterio de DfD, que toma en cuenta si la población goza del derecho de cambiar su gobierno o no.

Algunas de las conclusiones del informe son controvertidas. Por ejemplo, Zimbabwe es considerado "antidemocrático", mientras Perú y Turquía, que algunos analistas independientes califican de autoritarios, fueron puestos en la categoría "democráticos".

Por otra parte, tres países asiáticos, Malasia, Singapur y Tailandia, que antes de la crisis financiera desatada en julio de 1997 eran importantes compradores de armas, son considerados "antidemocráticos" por DfD.

En 1997, según el informe, Estados Unidos brindó más de 1.000 millones de dólares en ayuda militar a Taiwan (6.000 millones de dólares), Arabia Saudita (4.700 millones), Kuwait (1.400 millones), Turquía (1.300 millones) y Egipto (1.200 millones).

De los cinco, el informe consideró "democráticos" sólo a Taiwan y Turquía.

Otros 16 países recibieron más de 100 millones de dólares en apoyo militar. De esos, cuatro se consideran autoritarios: Emiratos Arabes Unidos, Pakistán, Singapur y Tailandia.

Otros receptores autoritarios de la ayuda estadounidense son Bahrein, Indonesia, Jordania, Líbano, Malasia y Túnez.

Estados Unidos entrenó a 9.100 soldados extranjeros en más de 200 ejercicios de combate por el programa Conjunto de Entrenamiento de Intercambio Combinado (JCET), cuya existencia recién se reveló en 1998.

Entre los mayores beneficiados con este polémico programa se encuentran los países "antidemocráticos" de Bahrein, Camboya, Eritrea, Indonesia, Kuwait, Malasia, Tailandia y Zimbabwe.

El Congreso investigó al JCET porque el Pentágono (ministerio de Defensa) lo utilizó para realizar operaciones conjuntas con países que los legisladores habían prohibido participar en otros programas estadounidenses de entrenamiento por razones de derechos humanos.

El principal autor del informe, Paul Alweny, agregó que cuatro de cada cinco ejércitos africanos, cuya mayoría corresponde a gobiernos autoritarios, participó en ejercicios del JCET en 1997. Washington gastó más de 500 millones de dólares en el programa en ese año.

El más convencional programa de Educación y Entrenamiento Militar Internacional capacitó a 3.454 soldados extranjeros en 1997. A diferencia del JCET, este capacitó a los oficiales en Estados Unidos en cursos de doctrina militar.

Del total de 12.554 soldados entrenados por ambos programas, casi 90 por ciento procedían de países en desarrollo y 35 por ciento de ellos eran de gobiernos autoritarios.

Washington argumenta que el entrenamiento de soldados extranjeros aumenta la influencia del gobierno que se puede utilizar para mejorar el respeto por los derechos humanos y ayuda a resolver conflictos.

Pero el estudio señaló que Washington brindó armas y entrenamiento a varios países, entre ellos Argelia, Indonesia, Kenia, Turquía y Uganda, que padecieorn conflictos civiles y cuyos gobiernos están acusados de violar los derechos humanos.

De los 11 países que intervinieron en la guerra civil en República Democrática de Congo (RDC) desde 1998, nueve recibieron armas y entrenamiento estadounidenses en 1997.

Mientras, Eritrea y Etiopía, ambos receptores de ayuda militar estadounidense desde 1997, libran una cruenta guerra desde el año pasado. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/aq/ip/99

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